1 septiembre 1951

Competirá con las revista ¡HOLA! fundada siete años atrás y con LECTURAS, decana del sector

Nace la revista de crónica social DIEZ MINUTOS fundada por el periodista Joaquín Valdés Sancho a precio de una peseta

Hechos

El 1.09.1951 se publicó el primer número de la revista DIEZ MINUTOS.

Lecturas

El 1 de septiembre de 1951 se publica el primer número de la revista Diez Minutos, fundado por la empresa Gráficas Espejo, empresa propiedad de Joaquín Valdés Sancho, que asume su dirección. Nace al precio de 1 peseta y con una tirada de 10.000 ejemplares. Joaquín Valdés Sancho está casado con Manuela Domínguez-Macaya y tiene cuatro hijos, Milagros, Raimundo, Joaquín María y Paloma.

En una entrevista publicada en Diario de Las Palmas el 10 de febrero de 1976 Joaquín Sancho Valdés enumera a sus principales colaboradores en la creación de Diez Minutos: Francisco Narbona es su primer subdirector y cofundador de la revista, su primer redactor jefe es Miner Otamendi y el secretario de la redacción Francisco Mayo. Y asegura que el gran artífice del “Diez Minutos actual” (por 1976) es Javier Alonso Osborne, que en ese momento ya era director adjunto del semanario.

Gráficas Espejo también fundó otras revistas: Marisol, Noche y Día, Sucesos, Chiss y el semanario económico El Europeo. Este último trato de convertirse en el buque insignia de Gráficas Espejo.

Libro 'Yo Acuso'

Jesús Locampos

2007

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Como he contado ya, DIEZ MINUTOS nació de la mano de Joaquín Valdés y su primera portada era una foto en blanco y negro del Generalísimo. Tendría que pasar algún tiempo hasta que se hiciera cargo del semanario Javier Alonso Osborne, quien derivó la línea editorial de un producto hasta entonces hecho con recortes de prensa y curiosidades para convertirse en una revista provocativa tanto en información como en imágenes.

Aún se conserva en la memoria una sección titulada ‘Famosas en la Intimidad’, en la que aparecían las principales estrellas del mundo del cine y ya las primeras de la única televisión de España, a las que se pedía que posaran saliendo del baño con una púdica toalla que dejaba ver hasta el límite mismo que permitía la censura de aquellos años.

Siempre se dijo que aquellos DIEZ MINUTOS tenían más compradores en los cuarteles que entre las amas de casa.