23 febrero 1946
Aunque el deseo de su fundador es hacer una revista de información política nacional e internacional, esperará a que la situación sea más favorable para ese tipo de información
Nace la revista TRIUNFO fundada en Valencia por José Ángel Ezcurra para hablar sobre cine y teatro
Hechos
En febrero de 1946 nació la revista TRIUNFO.
Lecturas
Fundada en Valencia por José Ángel Ezcurra Carrillo como revista especializada en espectáculos. En 1948 se trasladó a Madrid con un contrato con Prensa Gráfica que duró hasta 1952. En 1962 será adquirida por la empresa internacional Movierecord de Jo Linten y se especializará en información internacional con Eduardo Haro Tecglen como principal firma desde posiciones antimperialistas. Desde 1969 Ezcurra Carrillo sería el propietario único de su empresa editora, Prensa Periódica S. A.
TRIUNFO se fundó en Valencia en febrero de 1946 y empezó a publicarse en Madrid en 1948 gracias a un contrato de co-edición con Prensa Gráfica, que existió hasta en 1952, cuando se trasladó definitivamente a Madrid, la revista se centraba en informar y comentar sobre cine, teatro y espectáculos.
En 1962 la revista pasó a ser propiedad del grupo de prensa internacional Movierecord del antiguo fascista belga Sr. Jo Linten (que había sido un hombre de León Degrelle), que convirtió la revista en una revista centrada de la información nacional. En esa época se ficharía a grandes periodistas analistas de política internacional como D. Eduardo Haro Tecglen, con un tono marcadamente agresivo contra las dictaduras militares extranjeras y contra el imperialismo de los Estados Unidos de América.
En 1969 Movierecord se retira y a partir de ese momento la propia redacción es la que controla la revista con D. José Ángel Ezcurra, D. Eduardo Haro Tecglen, D. César Alonso de los Ríos y D. Víctor Márquez Reviriego. Vinculados todos ellos de una manera u otra al ilegal Partido Comunista de España. Como columnista tenían a D. Manuel Vázquez Montalbán, afiliado al ilegal comunista Partido Socialista Unificado de Catalunya. La revista trataba de disimular su izquierdismo difundiendo su ideología entre líneas de los ataques internacionales, aunque no pocas veces sería objeto se sanciones, multas y suspensiones por parte del ministerio de Información franquista.
El mayor problema para TRIUNFO llegaría en democracia por la escisión de LA CALLE.
El Análisis
Crear una revista dedicada al teatro y al entretenimiento (que durante las primeras décadas es lo que fue, una amena revista de espectáculos) y convertirla poco a poco en la voz del Partido Comunista en plena dictadura franquista tiene mucho mérito. Porque si ya es arriesgado criticar en un régimen autoritario, hacerlo bajo la tutela del PCE, el partido político ilegal más odiado por el Caudillo era prácticamente firmar una sentencia de muerte civil.
Ezcurra Carrillo lo hizo y ese mérito nadie se lo puede negar ni a él ni a su equipo. Especialmente a Eduardo Haro Tecglen, el hombre que había visto como su padre salvaba la vida de milagro tras ser condenado a muerte por los franquistas y que no había dudado en elogiar a Franco y simular afinidad con el régimen, pero que utilizaría sus crónicas de información internacional, donde había más tolerancia a la libertad, para hacer sus críticas al imperialismo y al fascismo y sus simpatías a la utopía revolucionaria, tratando de sortear los obstáculos de la censura.
TRIUNFO nunca fue una revista de masas, tampoco está claro – aunque sus promotores así lo consideren – que fuera una revista con un ideal democrático. Pero lo que ni sus enemigos le pueden negar, es que era una revista valiente. Un islote rojo en un océano fascista.
J. F. Lamata