27 diciembre 1974

Nueva película de James Bond (Roger Moore) en la que se enfrenta a ‘El Hombre de la Pistola de Oro’ (Christopher Lee)

27 Diciembre 1974

El Hombre de la Pistola de oro

Ángeles Maso

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Segundo ‘James Bond’ de Roger Moore. Guy Hamilton me decía el pasado agosto en los estudios Pinewood de Londres que lo importante era ofrecer una nueva imagen del 007 no realizar una imitación del famoso Sean Connery. Roger Moore nos demuestra que tiene personalidad para dar vida al personaje nacido de la mente de un novelista que lo debe todo al cine, Roger Moore aporta su aire imperturable, su ironía, su buena fecha y, sobre todo, su capacidad para entrar en el karate y el kung-fu que es lo que priva actualmente.

Porque no debemos engañarnos. El James Bond va dirigido a un público amplísimo – para espectadores cuya edad oscila de los ocho a los ochenta años, por lo menos en la mayoría del mundo que conoce a James Bond – capaz de impresionarse por la lucha que el agente de Su Majestad despliegue contra la maldad. Una maldad a menudo complicada y refinada, y sobre todo oscilante. El carácter anticomunista de algunos filmes de la serie evoluciona hacia la alarma de lo que puede resultar un peligro contra la sociedad. James Bond debe adaptarse a los nuevos tiempos. El ‘jamesbondismo’, sin embargo, da primacía al héroe sobre la misión. Lo importante es ver cómo aquél despliega sus facultades en cada momento, como vence etapas. Su espíritu hedonista volcado en el lujo y en los afanes eróticos queda momentáneamente aplazado en el momento de desafiar el peligro. Pero sigue latente en cualquier circusntancia gracias al carácter del personaje que sirve muy bien Roger Moore.

Harry Saltzman y Albert R. Broccoli, los productores, no han regateado medios a la hora de dar vida al nuevo James Bond. ‘El hombre de la pistola de oro’ se ha volcado en la captación de exóticos y maravillosos escenarios. 007 viaja a Macao, a Hong Kong, a Tailandia, a China. La reconstrucción ambiental en el estudio es sobervia. El nuevo James Bond ofrece menos originalidad en el guión, pero una mayor atención a las secuencias de gran impacto visual. Entronca con la moda del karate y con el mundo de hoy, carente de energía.

Una novedad en la serie es el enfrentamiento de dos grandes del cine de acción: por una parte Roger Moore, por la otra Christopher Lee, el especialista en películas de terror que encarna aquí al pérfido Scaramanga. Un actor de corta talla, pero de gran sensibilidad artística es Herve Villechaize, intérprete de Nick Nack. En una de sus primeras apariciones como actriz en Europa aparece Maud Adams, nacida en Suecia, una de las modelos mejor pagadas de Nueva York, que derrocha encanto físico y hace gala de su buena disposición artística. No puedo decir lo mismo de Britt Ekland. Como la ‘Goddnight’ no logra convencer. Su expresión es inadecuada y su porte vacilante. A pesar de su belleza no resulta como chica Bond. Pero los elementos femeninos, tan importantes en los filmes de la serie, no faltan. Incluso se cuentan con unas cuantas chicas que demuestran su capacidad en el karate y sirven de ayuda a James Bond. ¿No es eso una novedad?
El público, el día del estreno, aplaudió algunas escenas del filme. La capacidad de asimilación del especador con el mundo Bond no puede negarse. Un mundo de evasión que se significa por la capacidad del héroe de salir airoso en la lucha y en el amor, por muchos peligros que le hagan frente.

Ángeles Maso