25 junio 2008

El programa se emite para CUATRO-Sogecable

Pablo Motos (presentador de ‘El Hormiguero’) posa enseñando músculo para la portada de la revista MEN´S HEALTH

Hechos

El acto se celebro el 25.06.2008.

02 Julio 2008

El increíble Motos y el sublime mecanismo alarga pichas

Javier Pérez de Albéniz

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El cuerpo humano es una máquina en ocasiones hermosa, a veces perfecta, siempre sorprendente. Si usted sale del cine de ver ‘El increíble Hulk’, se pasa por el kiosko y compra la revista Men´s Health (con Pablo Motos en portada), y después se instruye contemplando en La Sexta la publicidad de Jes-Extener (un alargador mecánico de penes), tendrá una idea muy aproximada de cómo, en el siglo XXI, el cuerpo es concebido no como un envoltorio, sino como un objeto de culto. Un tótem que, trabajado con constancia y disciplina, alejado de dietas sabrosas, sólo puede depararnos sublimes alegrías

No se trata de un fenómeno nuevo. El hombre, desde Atapuerca, ha estado pendiente del cuerpo. El piadoso, del cuerpo de Cristo. El pecador, del cuerpo de baile del Folies-Bergére. Lo del increíble Hulk, y su masa muscular verdosa, es un portento bien conocido por todos. Lo de Pablo Motos, el secreto mejor guardado de Cuatro. ¡Quién iba a pensar que el presentador, tercera hormiguita del juvenil programa, escondía tamaño equilibrio físico, semejante perfección muscular!

Motos ha esperado a que la selección española ganase la Eurocopa para mostrar su torso desnudo. Puede que siguiese órdenes de Cuatro, con objeto de no eclipsar tan histórica victoria. En cualquier caso, un detalle para con Casillas y sus compañeros que, tras admirar el pecho dibujado a cincel de Motos, no se hubieran mostrado tan alegremente en paños menores después de ganar a Alemania.

Un Motos que, como Hulk, ya es leyenda. Lamentablemente sus seguidores deberán conformarse con la imagen de portada: en el interior de Men´s Health no hay ni una sola foto que muestre otra perspectiva de esa maravilla renacentista. Si soñaban con nuevas imágenes del presentador exhibiendo depilación y pectorales, puede que para dar rienda suelta a sus prácticas onanistas, quizá para ver si se ha utilizado Photoshop, sufrirán una enorme decepción. La foto de la portada es la única imagen de Motos marcando paquete… abdominal.

Y hablando de paquetes… En una pausa publicitaria de «Me llamo Earl» (La Sexta), la mejor serie que se puede ver en televisión, anuncian un producto fabuloso, digno de los mejores inventos del inolvidable profesor Franz de Copenhague. Un ingenio mecánico que, dicen, «te devuelve la confianza en ti mismo», y que consiste en unas barritas de aluminio, unas gomitas y unos plastiquitos que, correctamente acoplados a nuestros miembros viriles, harán que éstos ganen unos jugosos centímetros. Sin dietas, sin gimnasios, sin viajes a Lourdes. Con Jes-Extender el que no tiene una minga de las que no caben en un vaso de tubo, como la de Nacho Vidal, es porque no quiere.

«A mi, no sé que dirán las demás, pero me gustan grandes», reconoce con toda naturalidad una señorita al volante de un coche. ¿Quién puede negarse a darle ese capricho a su parienta por 149,90 míseros euros? Recuerden: nada de cirugía, nada de pilas, nada de religión. Sólo acoplar su modesta picha a esta ingeniosa catapulta y su músculo favorito alcanzará dimensiones que ni Hulk ni Motos jamás hubieran soñado con sus programas culturistas.

Pero no todos somos esclavos de nuestros órganos contráctiles. Algunos individuos, pocos, dotados por la madre naturaleza de una genética perfecta, hemos logrado emanciparnos del gimnasio y liberarnos de las dietas espartanas sin perder un ápice de musculación, sin ganar un gramo de grasa. Los que no tenemos necesidad de hacernos las ingles brasileñas, matarnos a flexiones o dejar de beber cerveza para tener un cuerpo perfecto somos, lo reconozco, afortunados. Si además, como es mi caso, en lugar de un Jes-Extender necesitamos un Jes-Reducer, pues ni les cuento…