El 19.12.2003 D. Pasqüal Maragall tomó posesión como presidente de la Generalitat de Catalunya.
Pasqüal Maragall (PSC) forma un gobierno tripartido en Catalunya presidido por él y con consejeros de ERC e Iniciativa per Catalunya
D. Josep Lluis Carod Rovira (ERC) será el ‘consejero-jefe’ del Gobierno y hombre fuerte del gobierno catalán.
D. Joan Saura (ICV) será el consejero de Interior, con o cuál estará al mando de los mossos.
Esquerra Republicana
Luis María Anson
Hace diez o doce años los principales dirigentes socialistas estaban de acuerdo en reformar la ley electoral para ayuntamientos y comunidades autónomas con el fin de evitar la proliferación de partidos nacionalistas, de oportunistas de la bisagra, de coacciones ejercidas por grupos minoritarios. De Gaulle había previsto en Francia lo que ha ocurrido en los últimos años en Andalucía, Cantabria, Asturias, Aragón, incluso Madrid. Lo que está a punto de ocurrir en Cataluña.
Esquerra Republicana puede convertirse en el árbitro de la política catalana por encima de los partidos mayoritarios. Los medios de comunicación de Pujol, por un lado, la educación manipulada, por otro, han hecho crecer a Esquerra por encima de lo que hubiera sido normal. La fractura generacional ha beneficiado también a este grupo radical.
De Gaulle estableció en Francia que en ayuntamientos y regiones gobernarse el partido con más votación. La fórmula no puede ser más sencilla y es aplicable en España. En unos sitios saldría más favorecido el PSOE y en otros el PP. Pero se habrían evitado los grupos bisagras, algunos de ellos de un oportunismo deleznable. Populares y socialistas no supieron hacer a tiempo una reforma dictada por el sentido común. Y estamos a punto de que se cree un problema grave porque Esquerra Republicana pedirá el oro y el moro para dar el gobierno del a Generalidad a uno u otro partido, suponiendo que no exija incluso, la presidencia del ejecutivo catalán con la misma desfachatez con que el extinto CDS se encaramó a la alcaldía de Madrid pasando por encima del mayoritario Álvarez del Manzano, pero en el caso de ERC con un mar de fondo de reivindicaciones que producen estremecimiento.
Pascualingrado
Jaime Campmany
Relevo democrático
EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)
Cataluña conocerá al fin la alternancia en el poder tras los 23 años de presidencia de Jordi Pujol. Una nueva y amplia mayoría parlamentaria garantiza la elección como nuevo presidente de la Generalitat de Pasqual Maragall, el candidato socialista que obtuvo el mayor número de votos en las elecciones del 16 de noviembre, aunque su lista quedó en segundo lugar, a cuatro escaños de CiU. La nueva mayoría está basada en un pacto de gobierno, cuya letra pequeña no se conoce en todos sus detalles, entre PSC, ERC e IC. Carod Rovira, el líder de Esquerra, tendrá un lugar destacado en el Gabinete, con el cargo de conseller en cap y un paquete de competencias específicas.
Las urnas arrojaron un resultado que permitía otras combinaciones, pero las conversaciones entre ERC, el partido que contaba con la doble llave para formar Gobierno, y las dos principales formaciones, CiU y PSC, han dado como resultado final un pacto que posibilita la alternancia y la formación de un Gobierno catalanista de izquierdas. Se trata de una experiencia novedosa en la actual etapa de la Generalitat. Aunque la izquierda ha contado con gran arraigo en Cataluña tanto en las elecciones generales como en las municipales, es la primera vez que tiene la oportunidad de encabezar el Gobierno catalán mediante un pacto complejo que exigirá una gestión sutil.
Muchas han sido las descalificaciones contra esta fórmula durante la negociación, y probablemente se intensificarán en las próximas semanas. Para la mayoría saliente, Esquerra ha engañado a CiU con unas falsas negociaciones destinadas a cubrir las apariencias. Pero su crítica más acerba es la que culpabiliza a Carod por permitir que un socialista español ocupe la presidencia de la Generalitat. Simétricamente, desde el PP se presenta esta alianza como una apuesta radical, nacionalista e insolidaria, con el objetivo de dañar a Zapatero en su intento de llegar a La Moncloa en marzo de 2004. Desde ambos flancos se tacha el tripartito de izquierdas de fórmula inestable.
Una parte de estas críticas tienen clara intención electoral, pero otras corresponden al mal perder de una formación que no consigue hacerse a la idea de que su identificación con la Generalitat y con Cataluña tenía fecha de caducidad. Y CiU, aunque haya obtenido el primer lugar en escaños, ha perdido políticamente estas elecciones porque ya no tiene mayoría de Gobierno. Si el Gobierno catalanista de izquierdas es perfectamente legítimo, como cualquier otra fórmula que hubiera conseguido una mayoría alrededor de un programa, ésta es además la única fórmula que insufla aire nuevo en una Administración anquilosada después de más de dos décadas sin cambios. Y es también una fórmula plural, mucho más interesante que la mayoría CiU-ERC, que reunía dos elementos desaconsejables: el continuismo y el frentismo nacionalista.
-
Anteriores
1868 a 1967 -
1968
-
1969
-
1970
-
1971
-
1972
-
1973
-
1974
-
1975
-
1976
-
1977
-
1978
-
1979
-
1980
-
1981
-
1982
-
1983
-
1984
-
1985
-
1986
-
1987
-
1988
-
1989
-
1990
-
1991
-
1992
-
1993
-
1994
-
1995
-
1996
-
1997
-
1998
-
1999
-
2000
-
2001
-
2002
-
2003
-
2004
-
2005
-
2006
-
2007
-
2008
-
2009
-
2010
-
2011
-
2012
-
2013
-
2014
-
2015
-
2016
-
2017
-
2018
-
2019
-
2020
-
2021
-
2022
-
2023