8 febrero 2015

A la expresidenta de Madrid le dio igual que su marcha fuese grabada ante el 'alargamiento' del debate por su contendiente

‘Salvados’ emite una entrevista-debate de Jordi Évole Requena a Esperanza Aguirre que termina con la política saliendo de escena al alargar el presentador el tiempo pactado

Hechos

Emisión de ‘Salvados’ del 8 de febrero 2015.

09 Febrero 2015

Hechos y ensoñaciones de un verso libre

Ángel Sánchez Harguindey

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La cámara de 'Salvados' la sigue en una tarde lluviosa por las inmediaciones de la calle Génova. Esperanza Aguirre es la estrella de la 'rentrée' del programa

La cámara la sigue en una tarde lluviosa por las inmediaciones de la calle Génova. Va canturreando. Entra en la cafetería donde la espera Jordi Évole. Comienza una nueva tanda de capítulos de Salvados. Esperanza Aguirre es la estrella de la rentrée.

La primera duda que surge al contemplar el programa es la de si la desfachatez pesa más que el desparpajo en el carácter de la presidenta del PP de Madrid, o viceversa. Tiene la desenvoltura de quien está acostumbrada a mandar desde la cuna pero, y ahí surge la perplejidad, esa constancia en el mando parece haber dinamitado la línea divisoria entre la realidad y la ficción.

Tan acostumbrada está a que nadie la rechiste que no distingue los hechos de las ensoñaciones. Un ejemplo: niega la mayor cuando oye hablar de recortes en Sanidad y Educación en la región. Es más, Aguirre afirma que hay «posiblemente más profesores» y «más personal sanitario» en Madrid. Para ella, el ahorro se debe a que «se han cortado los gastos que eran innecesarios». Y cuando Évole muestra su estupefacción, la condesa consorte de Bornos remata lo dicho con un «le puedo asegurar que la gente de la Marea Blanca está de acuerdo con lo que digo» que tiembla el misterio.

Su fijación con Podemos permite entrar en ese complejo territorio en el que el amor y el odio se entremezclan y confunden. Si el presentador saca el tema de la corrupción, y nótese que ya están en la sede central del PP, la de las obras de rehabilitación pagadas con dinero negro, la presidenta del PP habla de Podemos. Si se le recuerda que nombró a Mercedes Rojo como consejera de Caja Madrid sin tener ningún conocimiento financiero y que se gastó 120.000 euros con la tarjeta black, la lideresa responde con un «pues mire, Iñigo Errejón tiene una beca black«. Un verso libre (maverick prefiere ella desde su cosmopolitismo) del que no sabemos si la desfachatez gana al desparpajo o son fifty-fifty.

La entrevista a Esperanza Aguirre con la que el programa de Jordi Évole volvió a la noche de los domingos fue lo más visto del día con 4.635.000 espectadores (21,2% de cuota de pantalla). Así, este domingo Salvados logró el segundo mejor dato de su historia tanto en cuota de pantalla como en cifra total de espectadores (el programa más visto de su historia fue la entrevista con Pablo Iglesias emitida el 26 de octubre de 2014: 4.942.000 espectadores y 23,8% de share). Además, el espacio se convirtió en el programa más visto de todo el fin de semana.

El programa es líder entre los espectadores de 25 a 34 años (24,8%), de 35 a 44 (23,1%), de 45 a 54 (22,9%), de 55 a 64 (22,4%) y mayores de 65 (21,8%). Además, es líder en todos los ámbitos geográficos menos en Canarias y Baleares. Destaca el dato en Madrid (34,1%), en Euskadi (25,4%) y en Aragón (25,6%).

Mientras, en Telecinco, Gran Hermano VIP : El Debate, logró reunir a 3.422.000 espectadores (23,5%). En Antena 3, 2.253.000 espectadores (11,6%) se apuntaron a ver la película Gangster squad: Brigada de élite. El estreno en Cuatro de Los Gipsy Kings fue seguido por 2.171.000 espectadores (10%). La película Ghost Rider, en La 1, fue vista por 2.120.000 espectadores (9,9%), mientras que El Objetivo, emitido tras Salvados en La Sexta, congregó a 2.360.000 espectadores (11,5%).

15 Febrero 2015

La merecen

Carlos Boyero

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Hay mucha gente en este país anhelando no ya que la revolución llegue a las urnas, sino simplemente no volver a ver ni a oír a los mentirosos contumaces

“Nadie que no haya vivido antes de la revolución ha conocido la dulzura de vivir”, afirmaba Talleyrand. Su certidumbre tiene misterio y se puede interpretar de muchas formas. Y en función de los que tienen hambre o están saciados. Pero debe de ser hermoso creer que el estado de las cosas va a cambiar. ¿Y qué ocurre con la revolución? El agonizante Palance y el cínico Lancaster hablaban así de ella en esa película maravillosa titulada Los profesionales.Decían: “¿La revolución? Cuando el tiroteo termina, los muertos se entierran y los políticos entran en acción. Y el resultado es siempre igual: una causa perdida. Como el amor, tiene un enemigo terrible: el tiempo. La revolución no es una diosa sino una puta. Nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta. Así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero solo son asuntos mezquinos. Lujuria pero no amor, pasión pero sin compasión. Y sin un amor, sin una causa, no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fe. Nos marchamos porque nos desengañamos. Volvemos porque nos sentimos perdidos. Morimos porque es inevitable”.

 Hay mucha gente en este país anhelando no ya que la revolución llegue a las urnas, sino simplemente no volver a ver ni a oír a los mentirosos contumaces, corruptos ancestrales o renovados, servidores bien pagados del auténtico poder, que se ha repartido o alternado la tarta de la cosa pública desde su divinizada Transición. No ha sido cuestión de manzanas podridas. Todo el árbol desprendía hedor. Es su naturaleza. El cenagal siempre existió. Que nos hayamos enterado ahora de la décima parte de delitos que han enfangado colectivamente la cueva de Alí Babá es mosqueante. La denuncia igual ha partido del mismo sistema, porque convenía cambiar de disfraz, para perpetuarse después de convencer al encolerizado y menesteroso rebaño de que la justicia existe.

A la que no habrá forma de dejar de ver es a la señora Aguirre. Aseguran que es muy lista. Mi concepto de la listeza es diferente. Nunca lo he confundido con la desvergüenza. En su partido, al parecer, están muy contentos porque su entrevista con Évole (y eso que se fugó de forma grotesca cuando olió el peligro) arrasó en la audiencia y en las redes sociales. Está claro que Madrid se merece a esta prócer.