‘Sálvame’ dedica una serie de programas a vapulear a Maika Vergara a los 10 años de su muerte en presencia de su hija

Morena, lozana y con una piel envidiada, Maika Vergara era de esas personas que, a base de luchar contra viento y marea, se habían reinventado. Pertenecer a la familia de «¡Hola!» no fue cosa fácil. Ella lo consiguió al formar pareja artística con Ángel Llamazares, su marido, además, de reconocido fotógrafo de agencia. Estos días me entristece ver y escuchar a su hija Mónica en televisión. Creo que se ha equivocado en saltar a la pequeña pantalla para reclamar algo que sabe, de sobra, perdido. Maika se fue un 2 de diciembre de 2003. En Málaga nos dimos cita Ana Rosa Quintana, Chelo García Cortés y yo. Todos sabíamos de sus historias. Maika hablaba de sus enfermedades, de su relación con Ángel y de su pacto con Chelo García Cortés para cortejar a la Pantoja. Una la engatusaba con su boca perfilada y su bronceado escote, y la otra le juraba fidelidad eterna al confesarle su condición sexual y presentarla a su pareja. Isabel se relajó y dejó que las dos periodistas compartieran más que un camino del Rocío. Me refiero a noticias o reportajes que a las tres beneficiarían, y, por descontado, a «¡Hola!» y «Lecturas», donde ambas trabajaban.