18 septiembre 1970
El Secretario General hizo entrar a 29 miembros de su confianza encabezados por Pilar Brabo en el Comité Central
Santiago Carrillo expulsa del PCE al General Enrique Líster, pro-soviético, tras alterar la composición del Comité Central

Hechos
En septiembre de 1970 entraron 20 nuevos miembros en el Comité Central del Partido Comunista de España (PCE).
Lecturas
La oposición de Enrique Líster Forján, célebre figura comunista por su labor militar durante la Guerra Civil española, discrepa radicalmente de la estrategia del secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo Solares, de distanciarse del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y de su régimen, para dar una imagen más acorde con las democracias occidentales, una estrategia compartida con los partidos comunistas de Francia e Italia y bautizada como eurocomunismo.
Desde el PCUS animaron a Líster Forján a que plantara batalla a Carrillo Solares postulándose contra este, pero el secretario general del PCE contaba con el apoyo de la mayoría de cuadros del partido y el resultado de las maniobras de Líster ha sido su expulsión del partido.
Líster Forján ha seguido, por tanto, el camino de D. Eduardo García y D. Agustín Gómez, apartados del equipo de Carrillo por considerarse que eran más fieles a la URSS que a la dirección española, y ahora le toca a Líster. Enrique Líster fundará su propio partido político comunista denominado Partido Comunista Obrero Español, con una única misión: atacar a la persona de Santiago Carrillo.
–
«Aquel gran jefe militar era un mal dirigente político. El ego le llevó a Líster a convertirse en un instrumento de los dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética contra el PCE, encabezando acciones fraccionales. Llegó incluso a crear otro partido con el nombre de comunista, Partido Comunista Obrero Español, que no llegó a ser ni siquiera un grupúsculo. Falleció en Madrid habiendo arruinado el gran prestigio que legítimamente había conseguido en la guerra» (D. Santiago Carrillo en su libro ‘Mis Viejos Camaradas’).

Memorias
Enrique Líster adquirió el compromiso con los dirigentes del PCUS de pasar a la lucha abierta contra la dirección del partido. En una reunión del Comité Central intentó montar una acusación contra mí, no sobre bases políticas, sino tratando de presentarme como un ‘agente del enemigo’ en la más pura tradición estaliniana. Se quedó sólo, en compañía de un par de camaradas que vivían en Moscú desde el fin de nuestra guerra, y que respondían a los mismos compromisos que él. Los tres fueron expulsados y terminaron creando un pequeño grupúsculo que se llamó PCOE. Líster escribió las más inauditas calumnias contra mí y Pasionaria. Cuando yo fui expulsado del PCE Gerardo Iglesias recuperó a Líster y hasta lo cooptó al Comité Central.
Líster había demostrado entre el 36 y el 39 poseer buenas dotes de jefe militar; adquirió una merecida fama. Ella le valió su promoción a la dirección del partido. Terminada la guerra fue siempre un problema para el partido; su vanidad sólo era comparable a su incompetencia política. Tenía unos celos enfermizos del general Modesto, que en contraste con él, siempre fue un ejemplo de sencillez y modestia, valga la redundancia.

Santiago Carrillo, crónica de un secretario general
En diciembre de 1969 el comité central decida expulsar a Eduardo García y Agustín Gómez. Líster y algunos otros miembros del organismo votan en contra o se abstienen. El general, que durante la conferencia internacional había sido objeto de eseciales halagos y atenciones por los soviéticos, pasó poco después con armas y bagajes al frente anticarrillista y dio rienda suelta al odio que había ido acumulando contra su jefe de la víspera. En el invierno de 1969-1970 se intensifica la campaña contra Carrillo, teniendo como base principal a un sector importante de la organización del PCE en Moscú, que naturalmente no podía realizar esta actividad sin el respaldo del PCUS.
–
A la actividad de los prosoviéticos en el seno del partido Carrillo respondió con su método habitual: nada de debate en profundidad de los problemas teóricos y políticos que involucraba la cuestión soviética (el debate implicaba el riesto de desintegración de la ambigüedad ideológica con que Carrillo manejaba tan espinosa cuestión), sino medidas de organización para marginar o expulsar uno tras otro a los seguidores de Eduardo García, Agustín Gómez y Enrique Líster. Después de la cumbre de Moscú, Carrillo decide dar un golpe maesro para fortalecer sus posiciones, tanto hacia dentro del partido como hacia Moscú. A la reivindicación de convocar el VIII Congreso del partido, agitada por los prosoviéticos, responde reuniendo un pleno ampliado del comité central, es decir, una asamblea en la que además de los miembros titulares asisten otros, seleccionados por la dirección.
–
¿Quién mejor que el prestigioso general comunista de la guerra civil para servir de acusador? Sólo Pasionaira podía ser mejor candidato, pero la faena era demasiado sucia como para que ella se embarcara, pese a que evidentemente discrepaba de Carrillo en esta cuestión. Ya es significativo que la presidenta del partido no haya hecho nunca críticas públicas a los soviéticos.
–
El comité central decide expulsar del partido a Líster y otros cuaro miembros de dicho organismo. Entre ellos figuraban Pilar Brabo, Fernando Soto, Eduardo Saborido y Vicente Cazcarra que desemepñarían un papel destacado en los años sigueintes entre los colaboradores más próximos de Carrillo. Todos compartían el independentismo de Carrillo respecto a Moscú. El Kremlin ya no podía hacerse ilusiones sobre cambios a corto plazo en la orientación del PCE y adoptó una táctica de rpudente hostigamiento bajo declaraciones de fraternal solidaridad, al mismo que ayudaba discretamente a los ‘partidos’ de Eduardo García y Enrique Líster (enfrentados entre sí), que cosechaban escaso éxitos.
El Análisis
Ni el PCE ni sus militantes podían ser anti-URSS, un régimen por el que sentían simpatía, pero había una diferencia entre simpatía y la sumisión al PCUS que pudiera existir en los años 30. La imagen del PCUS tras la invasión de Checoslovaquia por ‘reformista’ había quedado muy deteriorada y más si el Sr. Carrillo quería aparecer como un ‘defensor de la democracia’ ante una población occidental con la española, no podía aparecer junto a carteles de apoyo al camarada Leonidas Brézhnev.
Los del PCUS tomaron la peor decisión del mundo intentando que el general Enrique Líster liderara una oposición a Carrillo. Líster podía tener mucha popularidad como general de la guerra civil española, pero a efectos de militancia, todos estaban con Carrillo, tras tantos años liderando el partido desde la clandestinidad, algo que quedaría claro en el VIII congreso celebrado en Rumanía.
Enrique Líster a partir de ese momento viviría con una única misión, dictaminada por Moscú: atacar a Santiago Carrillo siempre que pudiera con un tipo de discurso que disfrutaban más los anticomunistas que los militantes de aquel partido.
J. F. Lamata