1 mayo 1977

El ex ministro Raimundo Fernández Cuesta será el cabeza de lista por Madrid

Se constituye el pacto Alianza Nacional 18 de Julio entre Falange Española, Fuerza Nueva (Blas Piñar) y la Confederación de ex Combatientes (José Antonio Girón)

Hechos

En mayo de 1977 se presentaron las candidaturas para las elecciones generales de 1977.

Lecturas

FE_JONS_Fernandez_Cuesta  D. Raimuno Fernández Cuesta, Jefe Nacional de Falange Española de las JONS será el cabeza de lista por Madrid, con él estará D. Antonio Gibello, director de EL ALCÁZAR. En la provincia de Madrid la alianza se presentará óficialmente por las siglas ‘FE-JONS’

blas_piñar_1987 D. Blas Piñar López, presidente de Fuerza Nueva, será candidato al Senado por Toledo de la Alianza Nacional 18 de Julio.

D. José Antonio Girón de Velasco, presidente de la Confederación Nacional de Combatientes, no irá en las listas pero apoyará la candidatura de AN18.

26 Mayo 1977

Blas Piñar, 'bombita'

Francisco González Cerecedo

[Cuco Cerecedo]

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Blas Piñar López ‘Bombita’: Toledo, 1918. Matador que, al igual que hicieran en su época los diestros Juan Belmonte y Domingo Ortega, gusta de rodearse de intelectuales. Basta recordar, entre sus más célebres contertulios de los últimos tiempos, a José Fernández Cerrá – autor de la ‘Crítica de la razón pura’ – Carlos García Julia – ‘El ser y la nada’ – Fernando Lerdo de Tejada – ‘Sobre la esencia’ – y José Ignacio Fernández Guaza – «El discurso del método».

Este ambiente de general aprecio a la cultura que se respira en el entorno de Bombita, contra lo que pudiera parecer, no ha dejado de causarle algunos problemas. Finalmente solucionados, justo es reconocerlo, por la encomiable comprensión de las autoridades hacia las cuestiones del intelecto. En ocasiones, en el apasionamiento de tales tertulias taurinas, discutiendo algún lance o alguna fecha, los incondicionales del diestro Blas Piñar no han vacilado en abandonar la reunión, incluso por la noche y dirigirse a cualquier librería, rompiendo los escaparates para solventar sus ansias de conocimiento. Con todos sus defectos, la legalidad franquista tuvo en estas ocasiones el acierto de aplicarles la eximente de «estado de necesidad cultural», figura jurídica muy admirada en el extranjero y por don José María Ruiz Gallardón.

Torero exaltado y mático, prodiga los pases de rodillas, en homenaje a la Santa Madre Iglesia, y brinda siempre que puede la muerte de su enemigo a monseñor Guerra Campos, celoso pastor de Cuenca y gran admirador de su estilo de Lidia. Las corridas en donde interviene Bombita siempre suelen tener el mismo final apoteósico y polémico: nada más arrastrado el enemigo, los peones de Blas Piñar recorren los tendidos, estoque en mano y obligan a levantar el brazo a los espectadores pidiendo las orejas, mientras entonan un alegre pasodoble. La crítica ortodoxa protesta por los métodos de la cuadrilla de Bombita, que considera antitaurinos, pero Blas, por sus conexiones intelectuales, sabe defenderse: «Esta campaña nos produce el orgullo de sabernos elegidos para llevar la cruz por Dios y por la Patria».

En sus tiempos de novillero, nadie podía prever que Blas Piñar se iba a convertir en la figura del toreo tremendista de ahora. Era más bien un diestro corto y tímido que, en 1936, a pesar de ser toledano y tener a su padre y a sus amigos que se habían hecho fuertes en el ruedo del Alcázar de Toledo, en defensa de las esencias de la fiesta, no se atrevió a participar en corrida de tanto trapío. Con los años fue desarrollando el estilo agresivo y espectacular que le conocen los públicos actuales. Incomprendido por la prensa canallesca, ha encontrado calor y apoyo entre la entendida afición taurina de El Palmar de Troya, donde uno de sus portavoces, el obispo Clemente Domínguez, confiado en el capote de Bombita, aseguró que ‘el caudillo de las orillas del Tajo vendría a salvar a España de la impiedad y del codillero comunismo».

Suele hablar mál del resto de sus compañeros de profesión, inclinación que en cierto modo anima la fiesta. De el Posturas de la Moncloa anda diciendo por la calle de la Victoria que es un traidor. Con Manolo Fraga, «El Niño del Referéndum», al que había atacado con dureza en los últimos cinco años, se ha reconciliado finalmente, convencido de que representan el mismo estilo de toreo y hasta le presta en algunas ocasiones su cuadrilla de peones, banderilleros y picadores, reservándose todavía los intelectuales. Al único matador que ha elegido sin reservas ha sido al diestro Manuel Marín García-Verde – triunfador del a feria de Montejurra – que en 1976 organizaba con tanta dedicación ‘El Niño del Referéndum’, a quien el siempre parco en los elogios Bombita, considera ‘un hombre sereno, magnífico, arrogante, que tiene que entrar a matar en legítima defensa de su persona y de sus ideales’. Además, el espada Marín García-Verde no tomó el verduguillo, sino que ‘dejó cristianamente que evacuaran al herido’. Al decir de los entendidos, Blas Piñar ‘Bombita’ no tiene demasiadas posibilidades en la próxima feria de junio, aunque disponga de privilegiadas conexiones con muchos presidentes de las corridas.

Cuco Cerecedo

28 Mayo 1977

Girón, 'Fortunita de la Cruzada'

Francisco González Cerecedo

[Cuco Cerecedo]

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José Antonio Girón de Velasco ‘Fortunita de a Cruzada’, Herrera de Pisuerga (Palencia), 1911. Uno de los toreros tremendistas más célebres que ha producido la fiesta nacional. Además de las cualidades propias de su peculiar modo de torear, pasará a la historia de la profesión por ser uno de los diestros que más se ha preocupado por cuidar su futuro al margen de los ruedos, colocando en afortunadas inversiones su ganancias como matador.

Ya en sus tiempos mozos como novillero en Valladolid, en los años 30, destacó en este doble aspecto estético-previsor. Por un lado, se estrenaba en los gimnasios de la capital castellana para que no le temblara el pulso a la hora de entrar a matar. Al mismo tiempo con gran disciplina auricular, inventaba uno de los sistemas más duros y originales para acostumbrar los tímpanos toreros al futuro fragor de los aplausos de las tardes de gloria poniendo bombas en el Gobierno Civil y en la Comisaría de Valladolid. «¡Madre de Dios, que ruido! – comenta el viejo matador ahora partidario del orden -. Fue una explosión inenarrable. Me cargué más de medio millón de pesetas (de las de entonces) en cristales. Toda la Diputación, la Comisaría, el Gobierno civil, una Iglesia…».

Simultáneamente, no descuidaba el porvenir y creó una escuela de Tauromaquia en la que brilló muy alto el genio detallista y la escrupulosidad torera de ‘Fortunita de la Cruzada’, que no sólo ejercitaba a los jóvenes aspirantes a figuras en todas las modalidades de la lidia, especialmente por lo que respecta a la suerte suprema, muy valorada por los aficionados en aquellos tiempos, sino que, llevado de su afán perfeccionista, se preocupaba, incluso de que hicieran bien hasta el clásico paseillo.

Uno de los aficionados que más creyó en el toreo de ‘Fortunita de la Cruzada’ fue el conocido escritor don José María Pemán, candidato, a mediados de los años 60, al Premio Nobel de Ansón, célebre galardón literario que se otorgaba a los amigos en el segundo piso, ascensor del ABC. El diestro José Antonio Girón correspondió a la admiración del maestro gaditano atribuyéndose ‘esa plenitud de gracia que sólo poseen los que tienen el soplo de Dios sobre la frente».

Mandó en los tendidos desde 1941 hasta 1957. Para confirmar la originalidad que ha presidido su vida taurina, basta recordar que fue el primer diestro de la historia del toreo que se enteró por la radio, el 25 de febrero de 1957. Para confirmar la originalidad que ha presidido su vida taurina, basta recordar que fue el primer diestro de la historia del toreo que se enteró por la radio el 25 de febrero de 1957 que había recibido una cornada que le retiraba de los ruedos hasta 1974. Durante todo este periodo practicó un muleteo retórico y con ribetes poéticos que el propio «Fortunita de la Cruzada», supo sintetizar en frases afortunadas: «Pertenecemos a una estirpe de hombre que sólo es racista y que sólo es totalitaria para las cosas del espíritu» señalaba con acierto en 1951. Sobre la relación toro-torero en la arena ofrecemos a la meditación de los futuros novilleros este profundo texto: «Dios nos manda perdonar para que acertemos a herir cuando El nos permitía herir».

Pero lo que realmente presidió sus preocupaciones fue la seguridad social, y tanto esmero tuvo, al fin, su premio. Se calcula que aquel novillero nacional de previsión posee ahora más e mil millones de pesetas en terrenos. Pero el dinero abundante de la fiesta no le ha hecho olvidar, justo es reconocerlo, que hay que mantener las raices hundidas en el pasado. En prueba de ello «Fortunita de la Cruzada», edificó su residencia malagueña sobre un yacimiento arqueológico ibéricopúnico del siglo VI antes de Cristo.

En 1974 decidió reaparecer para salvar a la fiesta nacional del caos sembrando enorme inquietud entre los diestros más jóvenes de su escuela, temerosos de que el ‘toreo pendiente’ de Girón les retrasara su toma de alternativa de los ruedos. La crítica especializada le concede pocas posibilidades para la próxima feria de junio, aunque reconoce que se trata de un dominador de la espada, excelente en el volapié y magistral, sobre todo, en la suerte de matar recibiendo.

Cuco Cerecedo

El Análisis

ANCLADOS EN EL PASADO

JF Lamata

Mal cabeza de lista era Raimundo Fernández Cuesta, figura que a parte de poder presumir de haber compartido codo con José Antonio Primo de Rivera y haber limpiado el tapete para Francisco Franco, no gozaba de gran popularidad ni siquiera entre los propios ultras. Blas Piñar, Girón de Velasco y todos los demás se emperraron en que su misión en la política era defender la memoria del régimen franquista que, a su juicio, no era defendida lo suficiente por la nueva derecha que representaban UCD y Alianza Popular.

Y es que a Suárez y a Fraga les interesaba ser presidente, no reivindicar la memoria de un caudillo muerto. En su obsesión por blanquear un régimen que ellos consideraban soberbio Fernández Cuesta, Piñar y Girón no ofrecieran ninguna alternativa para el presente. Y con la defensa del pasado se podrán llenar plazas los 20 de Noviembres, pero no se logran escaños.

J. F. Lamata