15 noviembre 2000

El grupo es el propietario en España del periódico EL MUNDO

Se suicida Edoardo Agnelli, el hijo del magnate Giovanni Agnelli [dueño de FIAT], después de haber sido descartado como heredero en favor de su sobrino John Elkann

Hechos

El 15 de noviembre de 2000 fallece Edoardo Agnelli.

Lecturas

Giovanni Agnelli acudió el 15 de noviembre de 2000 personalmente a los pies del viaducto de Fossano, en las proximidades de Turín, para certificar la muerte de su único hijo varón. Las primeras hipótesis apuntaban a un accidente de tráfico, pero los indicios de última hora insinúan que el proprio Edoardo Agnelli había decidido suicidarse.

El cadáver apareció hacia las 10.30 horas de ayer junto a un torrente que atraviesa el viaducto de la autopista Turín-Savona. Las investigaciones de la policía sostienen que Edoardo Agnelli, soltero y de 46 años, habría aparcado el coche junto al arcén antes de precipitarse voluntariamente al vacío.

La muerte del hijo del Avvocato sorprende a la familia y la opinión pública italiana sin apenas tiempo de encajar la reciente desaparición de Govanni Alberto Agnelli. El sobrino del patriarca, víctima de un cáncer de estómago a los 33 años de edad, se había erigido en el heredero del imperio FIAT en vista de que Edoardo rechazaba involucrarse en cualquiera de los negocios familiares.

El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y el primer ministro, Giuliano Amato, encabezan la lista de las personalidades que han mostrado su condolencia a la familia de Giovanni Agnelli.

CRÍTICO CON LA SUCESIÓN.

Edoardo Agnelli no había mostrado demasiado interés por asumir los negocios de su padre y era considerado un playboy, por lo que no constaban reparos a que las riendas fueran asumidas por su primo, Giovanni Alberto Agnelli [hijo de Umbergo Agnelli, hermano del patrón Giovanni Agnelli]. Pero, tras la inesperada muerte de este, quedó señalado como heredero John Elkann, hijo de Margherita Agnelli [hija de Giovanni Agnelli y, por tanto, nieto del patrón]. Tenía 22 años. En enero de 1998 Edoardo Agnelli había sorprendido con unas declaraciones en el periódico italiano IL MANIFIESTO en las que se oponía a que su sobrino Elkann (de 22 años, él tenía 44) asumiera los negocios de su padre a la muerte de este. El grupo trató de aplacar la crisis integrado a Edoardo Agnelli en la dirección del grupo. La muerte pone fin definitivo al conflicto por la sucesión, pero asesta un golpe mortal al patrón Agnelli, de avanzada edad, al ver morir a su único hijo varón antes que él.

16 Noviembre 2000

El heredero involuntario

Rubén Amón

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La muerte de Edoardo Agnelli, ayer, ahogado en un torrente bajo un viaducto de la autovía Turín-Savona, entraña tantas incógnitas como su propia vida. Las investigaciones judiciales no descartan que pueda tratarse de un suicidio, pero queda pendiente resolver las razones y los misterios que han malogrado al heredero involuntario del imperio Fiat.

Edoardo Agnelli, nacido en Nueva York hace 46 años, había rechazado cualquier puesto de responsabilidad entre los jerarcas de la sociedad paterna. Era un hombre melancólico, taciturno, desprovisto del instinto empresarial que le hubiera conducido al trono de Turín, según las normas de una dinastía industrial forjada hace 101 años.

Las distancias del hijo rebelde explican que el gran patriarca Giovanni Agnelli hubiera derivado la sucesión familiar en favor de su brillante sobrino, Giovanni Alberto, pero todas las esperanzas se truncaron en diciembre de 1997, cuando un cáncer de estómago irremediable apartó del camino al nuevo heredero antes de cumplir los 34 años.

Desde entonces, Edoardo Agnelli ha tenido que sobreponerse a las presiones de un príncipe que se niega a convertirse en rey porque su vida, sus estudios y su espíritu sólo encontraban acomodo entre la religión -vivió un tiempo en el monasterio de San Francisco de Asís-, las filosofías orientales y la remota India. «No tengo la menor intención de integrarme en la Fiat ni de trabajar en la compañía de mi padre», había declarado a la prensa en enero de 1998 para disipar dudas sobre la sucesión.

Edoardo Agnelli, soltero, nació accidentalmente en Nueva York en el año 1954. Estudió la educación elemental en los colegios más reputados de Turín, pero más tarde se trasladó a Inglaterra para matricularse en el Atlantic College y profundizar en el estudio de las religiones. No quería dedicarse a los ambientes económicos y empresariales, de modo que viajó hasta la Universidad norteamericana de Princeton decidido a obtener el doctorado en Historia y Filosofía de la Ciencia.

A mediados de los 80, Edoardo Agnelli se avino a participar en el consejo de administración de la Juventus, probablemente porque el fútbol y los colores de la vecchia signora eran una de las pocas cosas que le emparentaban de forma incruenta con los negocios de la poderosa dinastía familiar.

Hay que remontarse a los inicios de la década de los 90 para encontrar uno de los episodios más controvertidos de su biografía, cuando las autoridades de Kenia le detuvieron en Nairobi con unos cuantos miligramos de heroína. El tribunal optó por absolverlo, pero el hijo del Avvocato se declaró entonces profundamente solo y desamparado. «Edoardo Agnelli era un alma sensible», decía ayer John Pepper, profesor en la Universidad de Princeton y viejo amigo suyo. «El problema es que siempre vivió intimidado por su padre», añadía Pepper en alusión al presunto conflicto de la identidad personal.

El caso es que Edoardo Agnelli restringió sus vínculos personales a un par de miembros de la familia. Por un lado, su tío materno, que lo alojaba frecuentemente en su domicilio romano. Y por otro, Margherita, su única hermana, exiliada voluntariamente en Rusia, casada en segundas nupcias lejos de Turín y convertida a la religión ortodoxa.