14 octubre 2008

Seguidores del Desfile militar de la Hispanidad abuchean al reportero Maldo de ‘Caiga Quien Caiga’ cuando se acercaba para burlarse de ellos: ¡»Rojos, no!» «¡Viva Intereconomía!»

Hechos

Emitido el 12 de octubre de 2008.

14 Octubre 2008

¡Corríais como ratas! ¡rojos no!

Ferrán Monegal

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El ejercicio especial, la edición extraordinaria del “Caiga Quien caiga” sobre el paisaje humano, civil, que seguía el domingo el desfile militar de Madrid, nos ha deparado algún momento interesante. Por ejemplo, cuando el reportero Maldo se acercó a un grupo de criaturas, talluditas todas, caballeros en la flor de la tercera edad, y al ver que eran las cámaras de La Sexta uno de ellos, uno que llevaba la bandera de España enrollada en el cuerpo, a modo de capa pluvial, gritó en tono muy jocoso: «¡Viva Intereconomíal ¡Cómo me gustó veros correr como ratas por allí, para que no os pillasen!» Y los otros caballeros circundantes, seguramente amigos suyos, entonaron a coro «¡Rojos no! ¡Rojos no!» con mucha energía.

Advirtamos que lo de Intereconomía iba por aquel lance que ya les conté aquí y que le sucedió hace tres semanas a Estíbaliz Gabilondo, reportera del programa, cuando intentaba entrevistar al presidente de la Diputación de Castellón, el controvertido Carlos Fabra. No pudo ni acercarse, porque unos fornidos elementos, rodeados de cámaras de Intereconomía TV, se lo impidieron de manera drástica, incluido algún empujón sobre la marcha. O sea, que este ciudadano de la bandera-chubasquero enrollada al parecer disfrutó mucho con el caso, y asimilaba a Estíbaliz con una rata, probablemente rata vietnamita, que son las más malas. Lo del coro gritando «¡Rojos no!» es otra cosa, más entusiástica. Seguramente Jaume Roures, gran capo de La Sexta y Mediapro, habrá tenido un repunte de felicidad al escucharlo: desde aquellos tiempos, lejanos, en que era marxista-leninista no le habían vuelto a llamar rojo ni por casualidad.

Sigamos, no obstante, con el reportero Maldo. En su labor de observación del paisa je humano que seguía el desfile de los soldados se topó con Federico Trillo, aquel que fue ministro de la guerra con Aznar. Le pidió que resaltase alguna cosa positiva de la conquista de América. Y Trillo exclamó: «Están civilizados con nuestros propios valores. Si no que se lo pregunten a Telefónica o a Repsol. ¡Eso son valores! ¡Valores cotizables! Aunque solo fuera por eso ya ten drían que estar agradecidos». ¡Ah! En casa nos quedamos mudos y pasmados. Solo Papitu, el canario flauta, iba mascullando «Manda güevos, manda güevos» desde su jaula.