19 abril 2002

Telefónica deberá emitirlos en abierto a través de su propio canal, ANTENA 3 TV, en cumplimiento con la Ley del Fútbol (interés general)

VÍA DIGITAL no podrá rentabilizar los derechos del Mundial 2002 que adquirió a precio millonario tras la negativa de TVE a comprárselos

Hechos

El 18.04.2001 RTVE confirmó que no emitiría los partidos en abierto del Mundial 2002 cuyos derechos eran propiedad de VÍA DIGITAL (Telefónica).

28 Agosto 2001

José María García: "Yo jamás habría pagado lo que ha pagado Vía Digital por el Mundial de Japón y Corea"

María Penedo

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Visto lo que está ocurriendo en países de Europa como Francia, Italia y Gran Bretaña donde ninguna televisión ha comprado todavía los derechos del Mundial de Japón, ¿puede pensarse que Vía Digital compró demasiado pronto y pagó demasiado caro? El precio rondó los 25.000 millones de pesetas.

Cuando llegué a esta casa eso ya estaba comprado. El pasado es algo que no me corresponde o que no debo analizar.

Pero no deja de ser significativo que en Francia, con 20 millones más de habitantes que España, Kirch esté pidiendo el mismo dinero que pagó Vía Digital y nadie lo compre.

Le repito que es algo que estaba hecho cuando yo he llegado a esta casa. Es más, lo digo por si busca ese titular, yo jamás habría pagado lo que Vía Digital ha pagado por el Mundial. Entre otras cosas, porque hay algo absolutamente decisivo que es el horario. El Mundial es en Corea y Japón. 

El Mundial tiene pinta de ser un río de pérdidas. De lo contrario todas las cadenas europeas se habrían lanzado a comprarlo.

Eso parece. 

21 Abril 2002

El interés del Mundial

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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La renuncia de Televisión Española a comprar los derechos de retrasmisión del próximo Mundial de fútbol a Vía Digital -la plataforma de pago de Telefónica- deja en entredicho, por si no lo estuviera ya, la llamada doctrina Cascos sobre el interés general de este deporte, que obliga a dar en abierto los partidos de la selección española de fútbol. No es que esta doctrina gozara de buena salud, pero la situación creada por la negativa de la televisión pública puede acabar dándole la puntilla definitiva.

 Vía Digital posee los derechos televisivos para España del Mundial de fútbol que se celebra a partir del 31 de mayo en Corea del Sur y Japón, tras adquirirlos al grupo de comunicación aleman Kirch, ahora quebrado, por la nada despreciable cifra de 190 millones de euros, y ninguna ley puede obligarle a cederlos gratuitamente. Pero al mismo tiempo, la doctrina del interés general aplicada al futbol, elaborada a marchas forzadas por el Gobierno para dirimir a favor de sus amigos del momento la guerra desencadenada en 1997 sobre los derechos televisivos, obliga a retransmitir en abierto todos los partidos de la selección española y la final del Campeonato Mundial de fútbol. El ministro portavoz señaló al final del Consejo del viernes la voluntad del Ejecutivo de que todos los que lo deseen puedan acceder a la visión en abierto de esos encuentros.

Está claro que Vía Digital se hizo con esos derechos, que pueden terminar por hacer aún más grande su agujero financiero, pagando por ellos más de lo debido, en medio de una guerra audivisual auspiciada desde el Gobierno con una ley del fútbol que irrumpió en el mercado televisivo sin tener en cuenta su evolución ni la propia de los clubes. Si Vía Digital pensaba que TVE podía recomprarle más adelante esos derechos, la jugada le ha salido mal. Es posible que en algún momento esa operación tuviera visos de realizarse -al fin y al cabo, TVE y los medios de Telefónica convergen en la misma zona de interés informativo del Gobierno-, pero, a la hora de la verdad, ni la ultradeficitaria TVE ni Hacienda -que debía autorizar la partida de gasto- se han atrevido a desembolsar los 150 millones de euros incialmente barajados por 25 partidos ni los 43 millones finalmente exigidos por un lote de 10.

Nadie podría reprochar a TVE, endeudada hasta las cejas con cerca de 5.500 millones de euros, que se niegue a hipotecarse aún más pagando cifras infladas en su origen por unos derechos de retrasmisión que hoy están llevando a la ruina a más de una televisión de pago. Véase en este sentido el panorama de algunos canales europeos, británicos y alemanes especialmente. Pero el Gobierno no puede quedarse quieto sin hacer el más espantoso ridículo con su ley del fútbol.

El concepto de interés público aplicado a este deporte ha sido pulverizado en la práctica, pero resultaría políticamente engorroso para el Ejecutivo que esa evidencia se manifestara precisamente en un Mundial de fútbol, dejando privados de ese acontecimiento a una mayoría de españoles. El Gobierno, por ello, está obligado a desenredar esta situación, bien propiciando un acuerdo económico entre TVE y Vía Digital, que no descarta el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, bien convenciendo a Telefónica para que el Mundial de fútbol lo emita Antena 3. En el primer caso, el interés general del evento lo pagaría el contribuyente; en el segundo, los accionistas de Telefónica. El fútbol no es gratis y miente quien diga la contrario.

19 Abril 2002

La Televisión pública no debe pagar errores ajenos

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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TVE ha decidido no adquirir a VÏA DIGITAL los derechos de retransmisión de los partidos del Mundial de Fútbol de Japón y Corea. Javier González Ferrari tomó ayer esta decisión al considerar inasumible la oferta de la plataforma de pago, en coherencia con la estricta política de contención presupuestaria que se ha impuesto la cadena pública. La justificada postura de TVE deja a VÍA DIGITAL en una situación comprometida, obligada como está a facilitar la emisión en abierto de los encuentros de interés general. Tanto la ley española como la FIFA le exigen que cumpla con este requisito ineludible, que incluiría todas las confrontaciones de la selección, el partido inaugural, las semifinales y la final.

La plataforma de Telefónica es víctima de sus propios errores. Obsesionada por mejorar su implantación y competencia en el mercado audiovisual compró a Kirch los derechos para España de los dos próximos mundiales por 190 millones de euros, una cantidad que se antoja desorbitada para las posibilidades de rentabilización publicitaria y de audiencia de una televisión de pago. Sin duda contaba con que TVE asumiría parte de su arriesgada operación – 42 millones de euros por sólo diez partidos – apoyándose en que así lo había hecho en ocasiones precedentes. Pero la situación actual no permite los dispendios del pasado. VÍA DIGITAL debería darse cuenta de que hoy no compensa pagar tan alto precio por unos derechos que, sin ir más lejos, han llevado a Kirch a la bancarrota y a la británica ITV a amenazar con suspender sus emisiones si los clubes no ceden en sus desmesuradas pretensiones económicas.

Como a TVE no le salen las cuentas, VÍA DIGITAL tendrá que presentar una oferta equilibrada. De lo contrario, cumplir con la emisión en abierto le obligaría a alcanzar un acuerdo con ANTENA 3, controlada también por Telefónica. Esta alternativa representaría todo un despropósito económico para la compañía que sostiene tanto a la plataforma digital como a la cadena de televisión generalista. La proximidad de las fechas del Mundial no deja apenas margen para la negociación con TVE. Si persisten sus diferencias, la Secretaría de Estado para el Deporte tendría que actuar en papel de arbitraje fijando un precio justo para que los ciudadanos puedan ver los partidos de interés general. De no hacerlo, la FIFA podría retirar a VÍA DIGITAL los derechos adquiridos a Kirch.