1 enero 1903

El editor de BLANCO Y NEGRO ha creado un periódico cuyo formato será, en fotos y tamaño, como el de una revista

Nace el nuevo periódico monárquico ABC, fundado por Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio y bendecido por el Rey Alfonso XIII

Hechos

El 1.01.1903 salió el primer número del diario ABC cuyo director y propietario sería D. Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio.

Lecturas

El fundador y director-propietario es D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio, presidente de la sociedad Prensa Española S. A. que ya estaba en el mercado como editor de la revista Blanco y Negro.

D. Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio estará al frente del ABC hasta su muerte, en abril de 1929.

En cumplimiento de un deber

Editorial (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez-Ossorio)

01-01-1903

Leer

En cumplimiento de un deber

ABC es un periódico de información universal que nace para ser diario. Lo sería desde el presente número si la complicada maquinaria indispensable para editar una publicación de esta índole estuviese ya montada en nuestros talleres, como confiadamente esperábamos.

Entre aplazar su aparición o esperar andando hemos preferido publicar los primeros números semanalmente.

Pretende ABC ser, no un periódico más, sino un periódico nuevo por su forma, por su precio, por los procedimientos mecánicos que empleará y por la índole de sus trabajos.

No ambiciona la gloria que en su día pueda corresponder a esta innovación. Aspira modestamente a que la opinión le preste su concurso y a ser el abecé de lo que considera que, mejorado, ampliado y perfeccionado por otros, puede constituir la prensa diaria del porveir.

ABC cultivará preferentemente la información gráfica, haciéndola objeto de especial cuidado para ofrecer en ella cuanto pueda interesar al público. En política no seguirá bandera alguna para no mermar su independencia, dentro de la cual se propone vivir sin abdicar uno solo de sus fueros.

Es este primer número de ABC un testimonio de sus propósitos; es su credo, su programa, su plan de trabajo. Si en algo le modifica algún día, será para mejorarle. Va resueltamente al éxito feliz ó al más lamentable fracaso. No caben en la labor que se ha impuesto términos medios. El favor del público ha de acompañarle desde el primer momento si acierta a interpretar sus deseos, o ha de abandonarle si, con la mejor buena fe, se equivoca.

Con o dicho y dedicando un cariñoso saludo a la Prensa española, cumplimos el deber de presentarnos al público, de quien todo lo esperamos.

El Rey y la Prensa

Aspira ABC como es natural, a ser un periódico grato al público. Pretende también hacer algo nuevo, explorando para ese fin el juicio de aquellas personas que por su posición y por sus conocimientos pueden orientarnos acerca de lo que debe ser la Prensa del porvenir.

Nada más natural, por consiguiente, que procuremos conocer el criterio de esas personas empezando por la que, en virtud de su altísima representación, es el primero de todos los españoles al ser su magistrado más augusto, Jefe Supremo del Estado, Rey Constitucional de la nación.

Al tener el honor de ofrecerle nuestros respetos nos ha dispensado el de escuchar los propósitos que dan vida a este periódico y el de mostrar un interés digno de nuestra profunda gratitud de periodistas y de ciudadanos, por cuando significa Prensa, cultura literaria, progreso de las ciencias y de las artes industriales en España.

Con ingenuidad que hacen más simpática la lozanía de su juventud y la viveza de su inteligencia, nos habló Don Alfonso de la Prensa, ponderando lo mucho que ésta representa en cuanto a la prosperidad del país atañe.

“El periódico verdaderamente imparcial que aplauda todo lo bueno y que censure con energía todo lo malo – nos decía – merecerá siempre el aplauso sincero de los que anteponen los intereses generales de la nación a cualquier otro orden de consideraciones”.

Después de dar las gracias a SSMM y AR por la bondad de su acogida, nos retiramos de Palacio satisfechos de poder ofrecer al público una impresión de lo que piensa el Jefe del Estado acerca de la Prensa periódico, en la cual ocupamos un modesto lugar.

El Análisis

Un nuevo siglo, un nuevo periódico

JF Lamata

La aparición de ABC en los quioscos madrileños marca, sin duda, una novedad rotunda en el panorama de la prensa nacional. No por sus opiniones —que las tiene sobrias, moderadas, fieles al orden constitucional y a las buenas formas— sino por su continente, por su hechura. En una ciudad acostumbrada a desplegar cada mañana los grandes pliegos sabaneros de El Imparcial, La Correspondencia de España o El Liberal, este nuevo diario, más pequeño, más limpio, más legible, ha sorprendido al lector no por lo que dice, sino por cómo lo dice. Y eso, en estos tiempos que ya huelen a siglo nuevo, no es poca cosa.

Torcuato Luca de Tena, que ya había demostrado su sensibilidad artística en Blanco y Negro, ha querido aplicar esa misma mirada al periodismo diario. Ha creado un periódico donde la lectura no es un esfuerzo sino un placer; donde la letra no es diminuta ni la columna interminable; donde el espacio se respeta y la imagen ocupa un lugar privilegiado. Solo ABC puede jactarse de tener portada —portada de verdad, con una gran fotografía que habla por sí sola— en un país donde los periódicos empiezan en seco, con titulares apretados y tipografía de hormiga. Por eso, aunque joven, este diario no se presenta como un experimento, sino como una alternativa decidida a lo de siempre.

El tiempo dirá si los veteranos de la prensa logran adaptar sus formas a los nuevos gustos o si su peso los condena a la inmovilidad. Pero si algo parece ya claro es que ABC no ha venido a ocupar un rincón, sino a liderar. Su propuesta visual, su estilo limpio y moderno, y su firme voluntad de ofrecer un diario elegante sin renunciar a la información, lo colocan en la vanguardia de este siglo que empieza. No es un periódico más; es el primer periódico del siglo XX.

J. F. Lamata