11 julio 2001

Un comando de ETA en Madrid asesina al policía nacional Luis Ortiz de la Rosa el día de la investidura del lehendakari Ibarretxe

Hechos

El 10.07.2001 D. Luis Ortiz de la Rosa murió asesinado al ser alcanzado por la explosión de un coche bomba en el barrio madrileño de Aluche.

11 Julio 2001

ETA y la investidura

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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ETA saludó ayer a distancia el debate de investidura de Ibarretxe como lehendakari y el inicio de una nueva legislatura vasca con otro asesinato en Madrid. Un coche bomba mató al policía nacional Luis Ortiz de la Rosa, que procedía a desalojar a los ciudadanos que transitaban cerca de una Delegación del Ministerio de Justicia en el barrio de Aluche, tras una llamada telefónica que había anunciado la existencia de una bomba en el lugar. Una llamada que en este caso fue a todas luces una trampa mortal. Doce días han tardado los terroristas en volver a actuar en Madrid, después de la bomba que causó graves heridas al general Justo Oreja al día siguiente del debate sobre el estado de la nación. La casualidad entre el debate de investidura que se inicia hoy en Vitoria y el nuevo atentado es meramente retórica. ETA asesina cuando tiene posibilidades de hacerlo. Y lo hace donde puede.

El itinerario de los atentados más recientes viene a confirmar los peores temores ya expresados por Interior: parece evidente que ETA tiene una infraestructura estable en Madrid. Su desarticulación debe ser ahora mismo el objetivo prioritario de las fuerzas policiales. Frente al desistimiento que la organización terrorista busca por parte de una sociedad asqueada frente a tanto crimen no hay medida más adecuada que la eficacia policial. Hoy, como siempre, es necesaria una mejor coordinación entre todas las fuerzas policiales, sea cual sea su ámbito de actuación.

Del discurso de investidura de Ibarretxe cabe esperar hoy un compromiso firme en este sentido, que restablezca la cooperación exigible a todas las fuerzas policiales en la lucha contra el terrorismo. Los ciudadanos, sea en San Sebastián o en Madrid, tienen derecho a confiar en que todas las policías hacen cuanto está en su mano para detener a los etarras y para impedir que continúen sembrando el terror. Para ello es imprescindible restaurar la confianza institucional entre los Gobiernos de Madrid y Vitoria.

11 Julio 2001

Un nuevo asesinato de ETA, una vieja contradicción del PNV

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Para terminar de disuadir a quienes todavía creen que el debate político en el País Vasco puede desarrollarse prescindiendo de la violencia de ETA, la banda terrorista cometió ayer un nuevo atentado en Madrid, que marca el discurso de investidura que hoy pronunciará en el Parlamento vasco Juan José Ibarretxe. No es que ETA necesite una efeméride señalada para perpetrar sus atentados, pero es obvio que el propósito de éste ha sido teñir de dramatismo la ocasión, en la que estará presente la muerte del policía nacional Luis Ortiz así como las contradicciones a las que el PNV se enfrenta con cada atentado. En los últimos días, en medios vascos se había avanzado que la lucha contra la violencia se convertiría en el tema prioritario del discurso del lehendakari, algo que ya dejó traslucir tras las elecciones y que se convierte hoy en ineludible.

Pero resultará clamorosa la incongruencia de esbozar esa política, al tiempo que se alimentan tejemanejes sobre una consulta de autodeterminación y se diseña un Gobierno de carácter excluyentemente nacionalista y sectario. Los pronósticos indican que Javier Balza seguirá ocupando la Consejería de Interior, como en la legislatura anterior, marcada por la colaboración con EH. Su gestión se ha caracterizado por la pasividad de la Ertzaintza ante los actos de terrorismo callejero, amplificador de ETA. Mantener a Balza en su cargo no es el mejor signo de una nueva política, ni tan siquiera de una nueva imagen, del Ejecutivo vasco.

Si, como parece, el gabinete se apuntala con el nombramiento de Sabin Intxaurraga como consejero de Educación, Ibarretxe terminará de completar un ejecutivo que despertará un hondo recelo en la mitad de la sociedad vasca. Intxaurraga representa el ala más dura de EA -socio gubernamental del PNV- y, como tal, está más próximo a la izquierda abertzale, cuyos postulados sobre la desobediencia civil ha defendido públicamente. Y todo apunta a que ahora pretende dejar bien guardada la Consejería de Justicia y Trabajo que ha ocupado hasta ahora con la que ha sido su número dos, Angeles Iztueta.

El atentado de ayer tiene también aspectos policiales que no se pueden soslayar, como la confirmación de la cómoda presencia de ETA en Madrid, donde se han sucedido recientemente varios atentados similares. Es obligado pedirle a Interior que redoble los esfuerzos y los medios para desmantelar esta infraestructura, pero también que revise métodos como el que ayer llevó a un policía desprotegido a una zona y en un momento en el que, dada la verosimilitud de la amenaza, la misión era altamente peligrosa.