Un sobrino de Encarna Sánchez aparece un año después de la muerte de esta en el programa de Nieves Herrero para reclamar parte de la herencia

A un año de la muerte de la popular radiofonista Encarna Sánchez su legado material sigue coleando. Esto de las herencias es un tema apasionante. Aun en las familias más humildes ha habido navajazos por hacerse con un mondadientes chapado. En este caso se trata de 2.000 millones que Encarna resulta que había ahorrado y ahora, como es natural, hay cola para trincarlos. Nieves Herrero (Hoy es posible, TVE-1) por lo visto también está preocupada por el destino de esta fortuna, y el martes sacó a un sobrino de Encarna, José Luis Sánchez, que en nombre de toda la familia vino a decir que eso de que su tía lo haya dejado todo a una señora que se llama Pilar Cebrián (nombre artístico Clara Suñer), pues que hay que hablarlo. O sea, que aspira a un reparto. Entra dentro de lo normal que la familia de Encarna no se resigne a aceptar la que se supone última voluntad de la finada. Lo que ya no es tan normal es que Nieves convoque a una sola de las partes. En las escuelas de periodismo de antes, y en las facultades de Ciencias de la Información de ahora, se enseñaba y se enseña que cuando uno decide entrar a explicar una pelea, un combate, no vale sacar pegando a uno solo. Hay que mostrar la contundencia de las razones de ambos. Por elemental norma de equilibrio y ecuanimidad. Pero aunque esto hubiera sucedido así supongo que coincidirán en que el tema es chungo, desagradable y, sobre todo, de consumo privado, que ya es bastante. El reparto del sudario de Encarna, aunque sea millonario, es un córvido ejercicio. No un festival