Valerio Lazarov vuelve por un día a TELECINCO para una entrevista: «Con las mamachichos nos adelantamos a nuestro tiempo, hoy serían ministras»

«¡Qué pedazo de programa! Carapiña, te queremos», reza uno de los mensajes que envían por sms los telespectadores de ‘La Noria’. No es para menos: Jordi González (Carapiña, supongo) entrevista a Valerio Lazarov, maestro de maestros, inventor de la moderna televisión, creador de ese ano audiovisual llamado Telecinco. Al visionario realizador, un tanto amojamado por el paso del tiempo y el ir y venir del zoom, se le cae la baba cuando habla de Berlusconi: «me envió en 1985 para comprar una sede para Telecinco, en un acto de gran valor por su parte puesto que aún no existía una ley de televisión privada». Y defiende con uñas y dientes a las inolvidables mamachicho: «nos adelantamos en el tiempo: ahora quién sabe si no hubiera alguna de ellas en el Gobierno de esta nación».

¿Una mamachicho en el Gobierno de España? Ya estoy imaginando a De la Vega, tijera en mano, recortando sus modelitos de alta costura para adaptarlos a los gustos de Don Valerio. Todo es posible. No olviden que María Teresa asegura que los socialistas creen a pies juntillas en los trasvases. Y lo dice sin ruborizarse, sin meterse debajo de la mesa. Con dos cojones. Y con el apoyo de Zapatero, un presidente orgulloso, incapaz de suplicar, que está siendo reclamado por los principales líderes políticos para encabezar la cumbre financiera de Washington. Pero él, marcando paquete, se resiste. Los tiene bien puestos este Zapatero, hay que reconocerlo.

En estos tiempos de dudas e inseguridades, necesitamos gente como Lazarov y Zapatero, líderes sólidos y creíbles en los que poder confiar. Las cifras confirman esta apuesta. Siendo Lazarov director de Telecinco, la cadena batió todos los records de audiencia con el debate González-Aznar que se celebró el 31 de mayo de 1993: el 75,3 % de los telespectadores vio ese programa. Siendo Zapatero presidente del Gobierno, España destruye empleo por primera vez desde la recesión del año 93. Y puestos a destruir, ¿por qué no descojonar la cuenca del Tajo?

¿Recuerdan ustedes que la pasada semana comentábamos que la primera víctima de la crisis sería el medio ambiente? Pues ahí tienen el retorno de los trasvases. Y noticias tan interesantes como la suspensión provisional de la inauguración del flamante nuevo aeropuerto de Ciudad Real. ¿Saben los motivos? Muy sencillo: carece de declaración de impacto ambiental. El aeropuerto ya está terminado, eso sí. La empresa promotora ha podido acabar el proyecto, desde las pistas a la torre de control pasando por la terminal. Sólo les falta un pequeño detalle, esa minucia sin importancia llamada «declaración de impacto ambiental».

No hay motivos para ser optimistas. Para encontrar una buena noticia hay que leer Público: «los actores de las series españolas, ídolos en Europa». En el diario de Roures ponen como ejemplo ficciones como ‘Los Serrano’, ‘Los hombres de Paco’ o ‘Un paso adelante’, producidas, qué cosas tiene la vida, por Globomedia, sus socios en La Sexta. Series que al parecer triunfan con su costumbrismo cañí en Serbia, Hungría, Moldavia, Eslovenia y la República Checa, entre otros muchos países. Un éxito internacional espectacular sólo comparable al cosechado por Zapatero: a la hora de cerrar este post estaba prácticamente confirmado que, en caso de que Bush le admita en la cumbre de Washington, nuestro presidente acudirá de inmediato con un tarro de vaselina y un plan socialista para rediseñar el capitalismo. Como tiene que ser.