El seleccionador nacional Javier Clemente anuncia que vetará a TVE por su enfrentamiento con la presentadora Isabel San Sebastián

Se ha equivocado, y gravemente, Isabel San Sebastián. Se ha equivocado con un hombre que es todo un símbolo de la coherencia, de la cultura y de la cortesía. Con independencia de lo anteriormente escrito, Javier Clemente ha demostrado ser un gran entrenador de la Selección Nacional de fútbol. La gesta del pasado viernes no podrá olvidarse en muchos años. Empatar a cero goles con un equipo tan potentes como el de Paraguay es más que un logro deportivo de difícil parangón. Es una merecida consagración personal, el triunfo que necesita Javier Clemente para pasar a la historia del fútbol mundial como un entrenador cimero. A los ignorantes o no aficionados al fútbol es bueno recordarles que a Paraguay no se le gana así como así. En el mundo del fútbol decir Paraguay es decir espectáculo, efectividad, imaginación, orden y virtuosismo. Los futbolistas paraguayos, y su entrenador, están infinitamente mejor pagados que los españoles, que son unos chicos dispuestos a darlo todo, gratuitamente, por dejar España en buen lugar. De ahí que los aficionados no tengamos más remedio que agradecer a Clemente y a sus jugadores el gran partido, táctico y técnico, que hicieron ante el fabuloso equipo de Paraguay. Hasta en el ‘Singapore News’ s ha publicado la noticia que sintetiza el épico esfuerzo, el colosal derroche de amor propio y calidad futbolística, de nuestra Selección, a la que Anasagasti – también injustamente tratado por Isabel San Sebastián  llama la ‘Selección de Clemente’. El ‘Singapore News’ no se anda con chiquitas, y lo ha reflejado en sus páginas de deportes con claridad: ‘Hazaña de España en la Copa del Mundo. Empata con Paraguay’.

Y eso que Clemente no pasa por sus mejores momentos. La inoportuna llamada telefónica de Isabel San Sebastián le ha impedido alcanzar la concentración precisa. Isabel San Sebastián es una periodista vasca que escribe en ABC y colabora en TVE. En esa segunda responsabilidad, ha intentado algo insólito. Entrevistar a Javier Clemente, el gran triunfador. Pero Clemente no ha accedido por varias razones, todas ellas respetabilísimas. Televisión Española sólo abona a la Real Federación Española de Fútbol 21.000 millones de pesetas como patrocinadora de nuestra selección. De esos 21.000 millones, a Clemente le llega una birria, y por ende no se considera obligado a nada. Clemente solicitó cobrar por la entrevista, a pesar de la mala opinión que tiene de la periodista vasca. Según el triunfador, según nuestro glorioso David – Goliat, claro está, es Paraguay – Isabel San Sebastián habla mal de su tierra, que es mucho más la tierra de Isabel San Sebastián que suya. Además, Clemente no consideró oportuno ser entrevistado por la mala impresión que podría haber causado en su partido. Su partido – político , no de fútbol – es el Nacionalista Vasco, ,que ahora anda de rositas y besuqueos con Herri Batasuna. El partido del seleccionador nacional español no quiere saber nada de España, y ahí se alza la coherencia de Clemente. Cobra de la Real Federación Española de Fútbol, e indirectamente de Televisión Española, pero propugna una Selección Nacional vasca y pertenece a un partido que vota a favor de Herri Batasuna. Ejemplar comportamiento.

La culpa de que España no haya redondeado su gloriosa andadura en este Mundial con un triunfo sobre la extraordinaria Selección de Paraguay, la tiene Isabel San Sebastián. Pero tampoco es momento de enturbiar la alegría común con acusaciones personales. Lo que tenemos que hacer los españoles, incluido Clemente, es celebrar la epopeya. España 0 – Paraguay 0.

Alfonso Ussía.

LA SELECCIÓN española de fútbol no es la selección de Clemente. Y los problemas personales del técnico con algunos medios de comunicación no pueden ser más que cuitas de un hombre sometido a escrutinio público en razón de su cargo. Una cosa es que Clemente quiera imponer un estilo de juego a la inglesa (está en su perfecto derecho) y otra que utilice a la selección como caballo de batalla para resolver sus cuentas personales con algunos periodistas. Una cosa es que busque jugadores leales (o adecuados) a su forma de entender el fútbol y otra que los utilice en las conferencias de prensa a modo de escudos humanos para que le aplaudan sus provocaciones o sus respuestas presuntamente ingeniosas.El ambiente de crispación en el que se mueve la selección es un hecho que nadie discute a estas alturas, en plena Eurocopa. Y no obedece a fenómenos propios del fútbol nuestro de cada día: no hay rencillas entre jugadores, no se han detectado camarillas, no hay orgías de alcohol ni choque de personalidades entre alguna estrella y el entrenador. La selección disfruta de una rutina apacible en comparación con otros equipos. Y los jugadores demuestran su disciplina aceptando todas y cada una de las órdenes de Clemente sin un mal gesto.

Ese buen orden ha devenido en ambiente irrespirable por el mero hecho de que Clemente no puede soportar las críticas de algunos medios de comunicación, las convierte en una descalificación global de la selección y las utiliza para poner a prueba la lealtad de sus jugadores, obligados a cerrar filas en tomo a él. Así, una noche de celebración como la del martes se convirtió en una crónica de sucesos por sus insultos a un periodista de la cadena SER.

Clemente insultó al periodista, lanzó un manotazo a su herramienta de trabajo (un micrófono en este caso) y coaccionó al jugador que, libremente, había accedido a hablar con la cadena SER. No es la primera vez que Clemente demuestra su incapacidad para aceptar la crítica, que por otra parte es consustancial a su trabajo, pero tan grave como su comportamiento es el de la federación de fútbol, la parte contratante. Silencio sospechoso, aprobación implícita. Este exceso merece una sanción, salvo que asumamos que en el fútbol español está ya todo permitido.