17 marzo 1976

Su objetivo es ser interlocutores del antifranquismo ante el Gobierno Arias de cara a la preparación de las elecciones previstas para 1977

Las dos principales grupos interlocutores de opositores al la dictadura, la Junta Democrática (del PCE) y Plataforma (del PSOE) se unen en «Coordinación Democrática» (la ‘platajunta’)

Hechos

  • El 17 marzo de 1976 las dos principales organizaciones de la oposición: la Junta Democrática (liderada por el PCE) y la Plataforma Democrática (liderada por el PSOE) se unieron en el Coordinación Democrática ‘La Platajunta’, presentada en Francia por D. Santiago Carrillo (PCE) y D. Enrique Múgica (PSOE).

Lecturas

Desde 1974 los dos principales partidos políticos de la oposición ilegal, el Partido Comunista de España (PCE) y el Partido Socialista Obrero Español Renovado (PSOE) y sus respectivos sindicatos afines CCOO y UGT, habían instigado la creación de sendas plataformas de la oposición para interlocutar con el gobierno una transición democrática, el PCE estaba en la Junta Democrática de España y el PSOE estaba en Plataforma de la Convergencia. Ambas entidades aseguraban ser quienes de verdad representaban a toda la oposición y que tenían carácter transversal.

Miembros de Junta Democrática de España:

  • Partido Comunista de España / Comisiones Obreras.
  • Partido Socialista Popular.
  • Partido del Trabajo de España.
  • Antonio García-Trevijano Forte (representante de D. Juan de Borbón Battenberg).

Miembros de la Plataforma de la Convergencia:

  • Partido Socialista Obrero Español Renovado / Unión General de Trabajadores.
  • Izquierda Democrática.
  • Partido Carlista.
  • Movimiento Comunista de España.
  • Partido Socialista Democrático.
  • Unión Social Democrática.

El 17 de marzo de 1976 el PCE y el PSOE Renovado deciden aplazar temporalmente sus diferencias fusionando las dos entidades creando Coordinación Democrática, más conocida como ‘la Platajunta’, que es presentada en Francia.

Tras mandar comunicados a los medios anunciando su presentación en público en Madrid el 28 de marzo de 1976, funcionarios del ministerio de la Gobernación y policías acudieron al lugar y procedieron a detener a los portavoces de Coordinación Democrática ahí presentes: D. Antonio García-Trevijano Forte, D. Marcelino Camacho  Abad (CCOO), D. Javier Solana Madariaga (PSOE), D. Raúl Morodo Leoncio (PSP), D. Nazario Aguado Aguilar (PTE) y D. Javier Álvarez Dorronsoro (Movimiento Comunista).

Los socialistas Sres. Solana Madariaga y Morodo Leoncio fueron liberados a las pocas horas, al contrario que los comunistas que permanecieron detenidos 25 de mayo, mientras que el Sr. García-Trevijano permaneció en prisión hasta el 12 de junio.

LA JUNTA DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA (CONTROLADA POR EL PCE)

  • Partido Comunista de España de D. Santiago Carrillo
  • Comisiones Obreras de D. Marcelino Camacho
  • Partido Socialista Popular de D. Enrique Tierno Galván
  • Partido del Trabajo de España de D. Nazario Aguado
  • D. Antonio García-Trevijano y D. Rafael Calvo Serer

PLATAFORMA DE LA CONVERGENCIA (CONTROLADA POR EL PSOE)

  • Partido Socialista Obrero Español Renovado de D. Felipe González
  •  Izquierda Democrática (democristiana) de D. Joaquín Ruiz-Giménez (ex ministro franquista)
  •  Unión General de Trabajadores de D. Nicolás Redondo Urbieta.
  • Partido Carlista de D. Carlos Hugo de Borbón y D. José María de Zavala.
  • Movimiento Comunista de España de D. Javier Álvarez Dorronsoro.
  • Partido Socialista Democrático
  • Unión Social Democrática

¿TREVIJANO PORTAVOZ DE LA ‘PLATA-JUNTA’?

El ex notario D. Antonio García-Trevijano, antiguo apoderado del ‘Diario MADRID’, aspira a la portavocía de Coordinación Democrática a pesar de no pertenecer a partido político ninguno con el argumento de que al ser independiente puede intermediar la tensión existente entre PSOE y PCE desde 1939 para representarles a ambos en unas hipotéticas negociaciones de ‘La Plata-Junta’ con el Gobierno Arias Navarro.

19 Septiembre 1976

Coordinación, Democrática y el Gobierno

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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COORDINACION DEMOCRATICA es un organismo respetable, En él se suman -no es preciso proceder a enumeraciones- partidos políticos de importante raigambre histórica y algo más que probable potencialidad electoral. Todo ello sin contar que la más reciente peripecia de estos partidos arroja un saldo, siempre positivo, de una dura batalla por las libertades formales dentro del Estado español.El actual Gobierno no es menos respetable, aun cuando lo sea por otros motivos. Este Gobierno -guste o no- mantiene la capacidad de pulsar los timbres. No ha dejado el Poder tirado en medio de la calle. Son los propios componentes de CD quienes así lo estiman, y eso -aun en pequeña medida- es una legitimidad de ejercicio que nadie se atreverá a hurtar del «haber» gubernamental.

Si se nos permite la abstracción, se esgrimen en el país unas legitimidades políticas contrapuestas: la de CD (cuyos partidos aspiran a tener el refrendo de los votos y que representan, en parte, la continuidad de la tradición democrática española) y la del actual Gobierno (que no es democrático, pero que ejerce fácticamente el poder). Ambas andan en pugnas o cabildeos.

Hoy, como ayer, los periódicos damos cuenta de un comunicado de Coordinación muy severo para las intenciones del Gobierno, lo que no obsta para que se celebren encuentros políticos y sindicales unilaterales entre el presidente o sus ministros y dirigentes de partidos o sindicales de la oposición.

No vamos a objetar ni esos contactos -propios de personas y entidades políticas civilizadas-, ni vamos tampoco a poner reparos al último comunicado de Coordinación. Lo que EL PAIS tenía que decir sobre la reforma Suárez -está ya escrito e impreso. Apenas- nos gustó su anuncio televisado sobre la proyectada reforma. Algo de positivo encontramos después en el texto concreto de esa reforma. Aunque no dejan para nosotros de primar las serias objeciones que ya pusimos a las lagunas democráticas o a las facultades para hipotéticos trucos electorales que encontrábamos en dicho proyecto reformista. EL PAIS ya ha escrito que la reforma Suárez deja demasiadas e importantes cosas al arbitrio incontestado del Gobierno.

En cuanto a la oposición, pensamos que deben hacerse algunas precisiones. Primera: que el mayor éxito, de Coordinación Democrática en su cumbre madrileña del pasado día 4 consistió en que se evitó la ruptura que muchos temían y hasta vaticinaban.

Segunda: que Coordinación Democrática no debe ser la coartada que algunos e, importantes partidos de la oposición esgriman en momentos determinados para afrontar pública y conjuntamente -decisiones gubernamentales -ante las que individualmente se muestran después con mayor blandura.

Tercera: que en esta historia del tránsito español hacia la democracia no cabe repartir papeles de bueno o de malo de la película. No cabe escamotear crisis internas -las que padece tanto el Gobierno como la oposición- luchando por presentar frentes unitarios cara a la opinión del país y salvaguardando luego toda la capacidad de maniobra, tanteo de pactos, intento de colocación preferente en la recta electoral, codazos, políticos en suma, perfectamente válidos y legítimos en una situación de normalidad democrática.

Entendemos perfectamente todas las violencias internas a que han de someterse el Gobierno y la oposición para aproximarse, no ya a un punto de encuentro, sino a simples posiciones posibilistas. Pero no se puede, siquiera dentro del inevitable juego y maniobra que entraña todo proceso político pretender estar a las duras en Coordinación y a las maduras, de forma individual.

29 Octubre 1976

Una oposición razonable

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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LA OPOSICION democrática ha dado un paso importante hacia su cohesión y credibilidad en la constitución de la Plataforma de Organismos Democráticos y con el documento de nueve puntos por ella emanado. Contra muchos pronósticos, esta oposición prosigue elaborando la pirámide de su unidad y, a medida que avanza por ese camino, se desbroza de maximalismos, utopías y dobleces.En bastantes ocasiones -y también desde estas columnas- se ha reprochado a los distintos organismos de oposición democrática su falta de coherencia, sus debilitadoras disensiones o sus fantasías de tomar el poder movilizando la calle, simplemente.

Ahora seis organismos de oposición han logrado un acuerdo que no puede calificarse de insensato. El documento publicado el sábado pasado por la nueva Plataforma podrá, sin duda, disgustar a las derechas intransigentes -que no a la derecha democrática, aunque pueda disentir- y a algún sector del Gabinete. Pero no se debe objetivamente descalificar el documento de esta plataforma o dejar de reconocer su seriedad y hasta su mesura.

Cabe destacar que elementos de moderación, en este caso, ha sido tanto los partidos marxistas como los de inspiración cristiana. Los seis más importantes organismos de la oposición democrática han expresado claramente su voluntad de alcanzar una negociaciñon con los poderes del Estado de diálogo razonables, muchas de las cuales están en el ánimo del presidente del Gobierno y sus colaboradores más allegados.

Igualmente, el nivel depresión que la Plataforma quiere pulsar para hacer valer su programa y sus propuestas se ha vuelto más moderado: movilización ciudadana pacífica en locales cerrados, con expresa renuncia a convertir la calle en un campo de Agramante. Cuando nos encontramos en medio de un otoño que amenazaba ser caliente, a poco que se presionara a una opinión pública o bien desconcertada o bien esquinada por las dificultades económicas y laborales, que los dirigentes de la oposición renuncien a defender sus propuestas políticas en las calzadas, es una muestra de realismo y de voluntad de diálogo.

Por este camino, la oposición democrática puede aspirar a la credibilidad que necesita y el Gobierno debe hoy admitir que la oposición está adoptando posturas razonables. Una lección a aprender y a entender.

Memorias

Santiago Carrillo

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En quel periodo de clandestinidad mantuve varias entrevistas con Felipe González. En general coincidíamos en el enfoque de la situación y él veía como yo, la necesidad en el enfoque de la situación y él veía, como yo ,la necesidad de que la oposición presentarse un frente unido. En vez de preguntarle por qué entonces habían creado la plataforma en contraste con la junta, lo que no hubiera llevado a ninguna conclusión positiva, pese a su pertinencia, lo que yo le hacía eran propuestas para unir ambos organismos. Y efectivamente en marzo se creó la Coordinación Democrática que englobaba a ambas y que resultó ser un paso muy importante para negociar y apresurar el cambio político. (624).

Mi regreso a España, que iba a ser seguido muy pronto por el de Calvo Serer dejaba en París una representación de la Junta que llevaba Pepín Vidal Beneyto. En ese momento actuaba también en la delegación José Luis de Vilallonga, que se había incorporado desde el principio como independiente. Era un escritor en lengua francesa, aunqeu nacido en España, de cuna aristocrática, muy conocido ya en el país galo por sus novelas y su carrera de actor.

Los independientes – una parte muy importante de la Junta Democrática – aceptaron la fusión con la plataforma sabiendo que signfiicaba una disminución de su papel; sólo Vidal Beneyto se opuso; Trevijano entró franca y honestamente en el proceso unitario. A poco de realizarse la fusión, el PSOE comenzó una ofensiva contra los independientes, que se personalizó particularmente en Trevijano. Se manipuló incluso un supuesto dossier para desautorizarle; entonces se hablaba de que el dossier estaba hecho por el Gobierno, pero quienes lo utilizaron eran los dirigentes socialistas. Como he dicho, yo no participaba en las reuniones donde se discutían esas cosas y la información me venía de segunda mano. Defendimos a los independientes cuanto pudimos, a condición de no romper con los socialistas. Mi impresión en aquel momento es que Trevijano, posiblemente asqueado por la historia quineana que le habían montado, no se defendió a sí mismo y optó por apartarse. Siempre he respetado y valorado su actividad de oposición, su seriedad y lealtad en las actividades de la junta, que sin él no hubiera llegado a crearse o lo hubiera sido más tarde y en otras condiciones. (626).