Pepe Navarro contrata a una travestí-prostituta apodada ‘La Veneno’ para que haga una sección erótica en su programa ‘Esta Noche Cruzamos el Mississippi’ en TELECINCO

Ahora está pasando en la tele lo que pasó con la prensa al llegar la democracia: descubríamos el sexo en libertad, y en los quioscos de las Ramblas te vendían unas revistas que nos encabritaban. Ahora lo impreso se ha apaciguado: ha entrado en una zona normalizada. En cambio, Pepe Navarro (Tele 5) ha encontrado el filón, la teta, ¡y hay que ver cómo se agarra! La tele está descubriendo las trompas de Falopio, el clítoris, el pene, el escroto, y hasta el ano, y como un adolescente a la salida de la clase de iniciación sexual, va como una moto y se masturba en el váter. Miremos con comprensión esta urticaria: la curan los años. Esta semana hemos visto que Pepe hacía remar en su balsa del Manzanares a La Veneno, aquel transexual impresionante que sacó hace un par de semanas con sus padres. O sea, que se cumple lo que ya les habia advertido: le ha conseguido un trabajo. ¿Y en qué consiste este trabajo? Pues en una línea telefónico-pornográfica abierta al público en general. Llamas, pides algo, y La Veneno te lo hace por la pantalla. El miércoles uno le pidió que le hiciese “una cubana combinada con un francés”, y La Veneno le preguntaba al comunicante las dimensiones de su aparato. O sea, una información reservada. Todo esto es realmente didáctico, como la doctora Ochoa pero en plan bárbaro. Y así pudimos enterarnos de lo que es “hacer una cubana” (solo llegábamos hasta lo del francés) y eso es muy de agradecer: te haces una cultura complementaria. Pero van a tener un problema: se quejarán los empresarios de los teléfonos eróticos de pago. Por competencia desleal.