21 febrero 1997

Abel Hernández dimite como Director del YA ante la falta de pago de Rodríguez Menéndez a la plantilla del periódico

Hechos

El 1.02.1997 D. Abel Hernández presentó su dimisión como director del YA. Fue reemplazado por el subdirector, D. José María de Juana.

Lecturas

El periódico YA había reaparecido en los quioscos el 22 de noviembre de 1996 con el polémico abogado D. Emilio José Rodríguez Menéndez como su nuevo dueño y con D. Abel Hernández como director ante la dimisión del Sr. Álvarez Solís tras tres días en el cargo.

Ahora D. Abel Hernández presenta su dimisión por los impagos del Sr. Rodríguez Menéndez.

DE JUANA, NUEVO DIRECTOR DEL YA:

jose_maria_de_juana  D. José María de Juana Mayoz, asumió la dirección del periódico YA tras la dimisión de D. Abel Hernández. Era el tercer director que tenía el periódico desde su ‘reaparición’ en las manos de D. Emilio José Rodríguez Menéndez.

Durante su etapa como director se produciría el mayor escándalo de la historia del YA reaparecido: la entrevista falsa al asesino prófugo Antonio Anglés.

Aquella publicación se saldaría con la dimisión del director del YA. 

02 Febrero 1997

CARTA DE ABEL HERNÁNDEZ A RODRÍGUEZ MENÉNDEZ

Abel Hernández

Leer

Querido presidente:

Sabes bien que he trabajado duro y con gran ilusión, al lado de mis compañeros de redacción, para sacar el periódico adelante en medio de muchas dificultades. El grave hecho de que ni ellos ni yo hayamos percibido en estos meses el salario que nos correspondía, con tremendo quebranto para nosotros y nuestras familias, me pone a mí, como director, en el ineludible trance de presentarte la dimisión con carácter irrevocable. Creo, además, que un mínimo de coherencia con el espíritu original de esta histórica cabecera exige que la justicia social rija las relaciones del a Empresa con los trabajadores. Evidentemente, tal cosa no ha ocurrido hasta ahora.

Los nuevos planes de la Empresa, reduciendo drásticamente la plantilla, y la forma como has decidido contra mi voluntad, algunos despidos me obligan moralmente a dejar la dirección para que tengas las manos libres de cara a estos nuevos planes empresariales, en los que te deseo éxito de corazón.

El único patrimonio que poseo es mi honrada trayectoria personal y mi dignidad profesional. Permíteme que la conserve.

Atentamente

Abel Hernández