26 febrero 1977

En el periódico DIARIO16

Acusan a la TVE de Rafael Ansón de vulnerar la neutralidad en el programa ‘La Prensa a Debate’ de su hermano Luis Mª Anson

Hechos

El 26 de febrero de 1977 se publicó el artículo editorial ‘Una televisión sin trampa ni Anson’.

Lecturas

UNA TELEVISIÓN SIN TRAMPA NI ANSON

El periodo preelectoral en que el país está ya plenamente zambullido pide con urgencia unas normas que garanticen la neutralidad de los medios oficiales de difusión y, en especial, de la RTVE. No basta con establecer unos criterios para el acceso equitativo de todos los partidos a esos medios durante la campaña electoral. Desde ahora mismo hay que montar unos mecanismos de control de la programación de radio y televisión, sobre todo de los programas informativos, para evitar esos enfoques parciales que todavía tenemos que soportar y que llegan a extremos intolerables como en el caso del espacio de TVE ‘La prensa en el debate’, que dirige el presidente de la agencia EFE, Luis María Anson. Su programa de anoche fue una lamentable muestra de ese carácter tendencioso.

Se ha dicho refiriéndose a sus efectos sobre el consumo que un anuncio en TV es como una orden de compra. Y un senador francés, oponiéndose hace años a la publicidad en ese medio, afirmaba que el monopolio electrónico equivaldría a una patente para fabricar billetes de banco. Desde una perspectiva política habría que decir que ese monopolio puede obligar a comprar ideas, imágenes, candidatos y programas políticos. Si falta el contraste, la competencia y el debate, la TV puede imponer unos criterios y contribuir a que se obtengan ciertos resultados electorales de una manera abusiva y nada democrática, especialmente cuando como aquí no hay rodaje político. Hasta ahora éste es el modelo que sigue RTVE, donde están ausentes la mayor parte de las tendencias políticas del país. Insistementemente se asomban a la pequeña pantalla los hombres del franquismo y sólo esporádica y fugazmente aparecen algunos de los representantes de las nuevas corrientes políticas. Esta asuencia de neutralidad se acepta sin rubor en las esferas oficiales como acaba de ratificar el director general del organismo, otro miembro del clan Anson, al asegurar que RTVE adoptará la postura que diga el Gobierno, puesto que todavía no hay otro organismo más autorizado para representar al pueblo español’. Es como prevenirnos para que nos dispongamos a aguantar todas las arbitrariedades en nombre de una transición de una provisionalidad que está sirviendo para justificar demasiadas cosas injustificables.

Con una televisión beligerante no hay juego político limpio. Reconocido el pluralismo, la RTVE debe neutralizarse, lo que equivale a decir que ha de reorganizarse porque con la actual estructura no hay garantías en ese sentido. Y mientras llega esa reorganización es preciso que el Gobierno se tome en serio este problema evitando que el poderoso medio se convierta en instrumento entregado al capricho de unos pocos y en plataforma de lanzamiento de unos cuantos. El equal time de los anglosajones que equipara estrictamente el tiempo de antena de los partidos y de los candidatos no puede ser un criterio para aplicar exclusivamente durante le campala electoral, sino un principio permanente. En ningún momento es admisible que a una determinada tendencia o a unos determinados personajes se les prime en detrimento de los demás.

Una de las medidas más urgentes que el Gobierno está obligado a adoptar es la regulación del derecho de réplica en RTVE para evitar la impunidad con que ahora se maneja el medio que continúa en línea recta la tradición franquista que hizo de los medos electrónicos del Estado un sistema institucionalizado de engaño y manipulación. La irresponsabilidad de la RTVE debe terminar. Antes tenía patente de corso el inefable ‘maestro de periodistas’ Emilio Romero, y ahora le tocó la licencia de corsario a ese gran chambelán de la prensa nobiliaria, Luis María Anson. Ya está bien.