16 marzo 2009

Esa frase literal nunca fue pronunciada por la actriz

Ana Obregón: «Si me hubiera quedado en EEUU quizá tendría ahora un Óscar como Penélope Cruz» ¿Manipulación de EL MUNDO?

Hechos

Fue noticia el 16.03.2009.

Lecturas

Durante una entrevista en ‘Ratones Coloraos’ en CANAL SUR la actriz Dña. Ana García Obregón realizó una reflexión sobre su carrera: «Si me hubiera quedado en Estados Unidos quizá las cosas hubieran sido diferentes». Comentario ante el cuál el presentador, D. Jesús Quintero, comentó «igual ahora tendrías un Óscar como Penélope Cruz».

Ante esa entrevista el diario EL MUNDO tituló que la Sra. Ana Obregón había dicho «Si me hubiera quedado en EEUU quizá tendría ahora un Óscar como Penélope» en una información firmada por Dña. Carmen Rigalt que además consideró que aquello era una ‘frase tonta’ de la actriz. (a lo que podían haber agregado que, además, era una frase manipulada).

14 Marzo 2009

«Si me hubiera quedado en EEUU quizá tendría ahora un Oscar como Penélope»

Carmen Rigalt

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Su respuesta no es una frase: es un acto. Desde que Ana Obregón le retiró los embajadores a su polaco de cabecera (aquel Darek que ocasionó tantas pesadillas nocturnas) no había vuelto a levantar cabeza. Todo hay que decirlo: levantó la patita en Mira quién baila, que bien mirado tiene más mérito, y luego en ¡Hola! con un posado a lo Ann Margret, modelo de starlette cuyo recuerdo se pierde en la noche de los tiempos. Entre medias le alcanzó la mononucleosis, que no es una especialidad de bioquímica, sino algo más prosaico: la enfermedad del beso. Ahora vuelve por donde solía, al primer plano de la actualidad, risueña, cascabelera y dispuesta a recuperar el tiempo perdido. Ana, como Benjamin Button, recorre el camino de la vida en dirección contraria y declara: «Si hubiera ido a Hollywood yo tendría un Oscar, como Penélope». Pues que bien.

Es difícil luchar contra el tiempo cuando una se ha fabricado una imagen inamovible. Mientras Penélope crece y se multiplica, consigue cotas de madurez envidiables y acumula en su rostro la sólida juventud del tiempo ganado a pulso, Ana trata de aferrarse a un cliché momificado que, lejos de favorecerle, contribuye a potenciar su caricatura.

Ana Obregón vuelve ahora con toda la infantería de sus sentidos.Es cómica y lo sabe. Es lista, y también. Tiene suerte, ganas de vivir, una familia que la arropa y una economía a prueba de caprichos. Pero está empeñada en hacer trampas y falsear la Historia.Para empezar, se quita vida y se añade currículo. Anacronismo de difícil resolución. El día menos pensado nos sorprenderá afiliándose a las juventudes del pepé y regresando a la primera comunión.