26 febrero 1974

La decisión del Gobierno de expulsar al prelado del país fue anulada a las pocas horas después de estar apunto de costar la ruptura con El Vaticano

Furia del Gobierno Arias contra el obispo de Bilbao, Añoveros, por una pastoral en defensa de los derechos del pueblo vasco

Hechos

El 27.02.1974 el Gobierno informó de que ‘como medida protectora’ había sido retenido el obispo de Bilbao, monseñor Antonio Añoveros.

Lecturas

piocabanillas El ministro franquista de Información, D. Pío Cabanillas Gallas, fue el encargado de transmitir la indignación del Gobierno a la Conferencia Episcopal, que presidía monseñor Vicente Enrique Tarancón.

 

05 Marzo 1974

EL INCIDENTE AÑOVEROS

YA (Director: Alejandro Fernández Pombo)

Leer

La nota de la Santa Sede sobre los recientes sucesos de la diócesis de Bilbao permite abrigar esperanzas de que el incidente encuentre la pronta y digna solución que sin duda desean todos, pero que necesita un clima de serenidad, al que este comentario pretende contribuir.

Digamos, pues, que el documento que ha originado el incidente nos pareció desafortunado e inoportuno, aunque no justifique algunos calificativos que se le han aplicado…

Pero añadimos que asimismo reprobamos cualquier clase de reacciones estridentes, con las que nada pueden salir ganando la Iglesia y el Estado, ni la conciencia de tantos buenos ciudadanos, justamente escandalizados con estas fricciones, que tan dolorosamente les afectan y cuya frecuencia nos obliga a todos a hacer un esfuerzo máximo para suavizarlas donde se produzcan nos obliga a todos a hacer un esfuerzo máximo para suavizarlas donde se produzcan, sin mirar tanto a sus causas como a sus consecuencias, concediendo con magnamidad el beneficio de la buena fe, especialmente cuando se trata de personas con las altas cualidades pastorales y el profundo sentido social y cristiano de aquella a la que nos referimos… incluso pensamos si este incidente no deberá servir en el futuro para que la colegialidad episcopal, aún en rodaje, evite situaciones locales penosas, que tengan resonancia nacional y deban ser tratadas a este nivel. Es una sugerencia que dejamos aquí prendida para que sea recogida, si es merecedora de ellos, cuando las aguas se hayan calmado. Pero conseguir esto es lo primero, y para ello sólo hay un camino, y no es el de las mutuas recriminaciones, sino el de las mutuas generosidades.

No agravar los hechos, sino reducirlos a sus justos límites, y en seguida, templarlos. Si en alguna parte se produce un fuego, lo lógico es apagarlo; no soplar sobre las llamas y mucho menos echar más combustible. Pues bien; de eso se trata; de no perder los nervios, considerando que asuntos de esta clase tienen sus cauces naturales de negociación, fuera de los cuales nadie puede ganar nada y todos perderán bastante. Y si hubo precipitación en alguno, razón de más para que los demás no incurran en ella y no hagan escuela.

El Análisis

MAL MOMENTO

JF Lamata

¿Era tan grave que el obispo de Bilbao defendiera el derecho de la lengua vasca? ¿Tanto para que un gobierno, que se jactaba de católico, intentara echar del país a un obispo emulando lo que hizo la II República con el cardenal Segura? Es cierto que el franquismo era opositor visceral del separatismo… ¿pero acaso no habían mantenido ciertos fueros? ¿Acaso no conocían muchos jerarcas del régimen el arraigue del euskera? Probablemente el verdadero problema no era tanto lo que decía, sino el momento: una organización separatista vasca había asesinado al Presidente del Gobierno franquista D. Luis Carrero Blanco. Por lo tanto, durante los siguientes meses, todo discurso separatista era vinculado con los asesinos. De ahí que el pequeño discurso en favor de la lengua vasca, por ser apenas un mes después del asesinato del almirante, convertía al obispo en sospechoso de ser pro-terrorista a ojos del franquismo.

J. F. Lamata