22 febrero 1994

¿Blanqueo al Duque pervertido Jesús Rodríguez Quintero 'el loco de la colina', experto en chapotear en la crónica negra?

ANTENA 3 TV emite en prime time una entrevista al Duque de Feria al día siguiente de que comience su juicio por corrupción de menores

Hechos

El 22 de febrero de 1994 ANTENA 3 TV emite la entrevista a D. Rafael Medina en el programa ‘En la Boca del Lobo’.

Lecturas

EL COMENTARIO DE ‘CHAPETE’.

El crítico de televisión ‘Chapete’ escribió al respecto:

«Antena 3 TV supo esperar el momento oportuno para emitir la entrevista de Jesús Quintero al duque de Feria. Sin embargo, el periodista sevillano volvió a rebelarse contra la actualidad al enfocar, con planos cortos y preguntas de largo alcance, la personalidad de un hombre y no las heridas, abiertas y atractivas, que la televisión suele mostrar».

23 Febrero 1994

LA VALÍA DEL PERDEDOR

Luis Apostua Palos

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Jesús Quintero ha ejercido una de sus funciones, ser el rey de Sevilla. Como tal, no ha absuelto a Rafael Medina y Fernández de Córdoba, pero lo ha inocentado. En efecto, en estos momentos ninguno sabemos quién es el juez oficial que va a dictar sentencia en la audiencia de Sevilla, pero todos sabemos el nombre de este ‘Loco de la colina’ que ha creado un estilo humanísimo y doliente con sus personajes entrevistados. Ya hay una opinión o veredicto flotando en las ondas de ANTENA 3 TV, hecho que prueba una vez más que las instituciones jerárquicas del país van cediendo sus parecelas de poder a favor del nuevo dios contemporáneo, la televisión. Las ondas crean otra cosa, pero cuando se asientan tiene más fuerza que cualquier realidad.

Lo curioso de este programa es que está lleno de defectos técnicos e informáticos. Por ejemplo, en ningún momento se dice cuál es la fecha de grabación, detalle muy importante; se supone que es verano por la luz y el vestuario de los conversadores. Tampoco las preguntas siguen un guión que sistematice sospechas, acusaciones, defensas, explicaciones, arrepentimientos. Pero Quintero saca enorme partido a los perdedores. Los anima e ilumina, los justifica y ayuda; sin decir muchas palabras, ese es su secreto de entrevistador.

27 Febrero 1994

El preso número 067-21160

Antonio Burgos

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El lunes pasado, a las diez de la mañana, teníamos en España todas las papeletas para que nos tocara, con aproximación y centena, el gordo de la demagogia contra parte de la Historia, y fuéramos agraciados con el cuponazo de la venganza populachera contra la que en otro tiempo fue la clase dominante de esta nación. El lunes pasado, a las diez de la mañana, en la Audiencia de Sevilla, parecía que iba a comenzar el juicio popular contra, apunten ustedes y por este orden: la nobleza, la aristocracia, la grandeza de España, las coronas, los duques, los marqueses, los condes, los vizcondes y los barones. Aquí nos gusta un duque y una duquesa más que a Zhirinovski un mapamundi, ¿de qué están llenas, si no, las revistas del corazón? Pero aquí, también, nos sale de vez en cuando, colectivamente, un viejo espíritu del asalto a los palacios. Esa fotografía antológica de la guerra civil de un miliciano sentado en un sillón, ante una armadura, en el Palacio del Liria es todo un símbolo. Y al comenzar el juicio contra el duque de Feria, yo me creía que íbamos a tener otra vez al miliciano sentado en los sillones con coronas ducales.

No ha sido así. De este asunto abyecto, desagradable, degradado, degradante, ha habido algo muy positivo. En un espectáculo colectivo de madurez civil digno de estudio, se ha juzgado a Rafael Medina Fernández de Córdoba y no a la clase a la que pertenece. Yo me creía que todos los nobles de España iban a salir de este juicio chamuscados con las declaraciones de Flora Trabajo, y que iba a parecer que la Diputación de la Grandeza enterita y plena es aficionadísima al dale que te pego a las aberraciones de la Polaroid. El problema de fondo era ver si todos somos o no iguales ante la ley, si las coronas son agravante, en una España en que antes ciertamente fueron atenuante. En la entrevista de Jesús Quintero y luego en las crónicas del juicio, esa gran triste víctima de su popularidad por la prensa del corazón y por el matrimonio con Nati Abascal, ha quedado como el preso número 067-21160. Lo cual dice mucho en favor de la Justicia. Y dice más todavía de un país sin rencores africanos de unas clases sociales contra otras.