23 febrero 1994

Carlos Estévez vs Julián Lago

ANTENA 3 TV hace un especial del 23-F que con la participación de Armada, Milans del Bosch y Pardo Zancada y TELECINCO contraataca con un especial con ‘el hombre del Maletín’

Hechos

El 23 de febrero de 1994 tanto ANTENA 3 TV como TELECINCO emitieron programas especiales sobre el 23-F.

25 Febrero 1994

23-F: QUÉ SABE NADIE

José Javier Esparza

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Hoy deberíamos hablar simultáneamente de los dos programas dedicados al 23-F: el de Carlos Estevez en ANTENA 3 TV y el de Julián Lago en TELECINCO. Lo que pasa es que el de Julian Lago no fue exactamente un programa, sino un gallinero donde el propio Lago se creyó con derecho a intervenir a favor de la democracia (si estos son nuestros defensores ¿Para qué necesitamos enemigos?), así que no ha lugar a la comparación. Sólo hubo un programa sobre el 23-F y además un buen programa que fue el de ANTENA 3 TV. Eso es televisión. Lo otro es telememez.

El equipo de Carlos Estévez montó su reportaje sobre una estructura perfecta: descripción de la situación anterior, cronología de los hechos, relaciones de la diversidad de la situación anterior, cronología de los hechos, relación de las diversas hipótesis, desenlace, enumeración de las preguntas que quedan sin contestar… Junto a ello, se ofrecieron testimonios de gran interés como los de los generales Juste, Armada (más interesante por el hecho de hablar que por las cosas que dijo) y Milans del Bosch. No hubo grandes revelaciones. Quizá jamás las haya. Los propios implicados gustan de envolverse en el misterio, y no es fácil saber si se trata de un pose autojustificatoria o si es que realmente hay todavía algún enigma. Caricaturizando al programa de Lobatón, el reportaje tenía que haberse titulado ‘Qué sabe nadie’. Pero lo cierto es que desde el punto de vista estrictamente profesional, el programa de ANTENA 3 delata un trabajo muy largo, muy bien preparado, y, en fin, de calidad muy notable. Ojalá hubiera más programas como éste y menos como el de Lago. Respecto al contenido del programa, lo que más me asombra es la espesa cortina de silencio que sigue envolviendo el golpe. No sé si he contado alguna vez que o viví el golpe como soldado de la División Acorazada, lo cual fue a mis diecisiete años, una aventura extraordinaria. El caso es que yo vi cosas que nadie suele decir, y cuando comparo mi experiencia con las narraciones de los investigadores, siempre me da la impresión de que éstos últimos se bloquean voluntariamente ante determinadas cuestiones, quizá secundarias, per a mi juicio reveladoras. En esas condiciones, lo más probable es que jamás sepamos por qué pasó lo que pasó. En efecto: qué sabe nadie…