28 marzo 2002

En una entrevista en el programa de Carlos Dávila 'Tercer Grado'

Antonio Dorado Soto, obispo de Málaga, declara a TVE: «Se puede ser sacerdote y gay siempre que no ejerza su homosexualidad»

Hechos

El 28 de marzo de 2002 el obispo de Málaga D. Antonio Dorado Soto fue entrevistado en el programa ‘Tercer Grado’ de TVE.

30 Marzo 2002

El armario de Monseñor

Carlos Dávila

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El armario de Monseñor – Como que estamos en Semana Santa y este año TVE ha peinado con especial devoción la procesión de Málaga, Carlos Dávila (El tercer grado, La 2) mantuvo una virtuosísima charla con el obispo de aquella diócesis, monseñor Antonio Dorado Soto. Una conversación tan sorprendente como aprovechable. Se interesó el periodista, por ejemplo, por aquellos célebres y tremendos sucesos que padecieron dos profesoras de religión, meses atrás, y que fueron apartadas de la docencia por tener el alma izquierdosa y el cuerpo da do a tomar alguna copita los sábados por la noche. Respondió el obispo, mansamente: «Sobre los profesores de religión hemos avanzado. Antes no tenían estatuto, ni Seguridad Social. Ahora lo tienen. Hemos tenido algunos problemas con profesores no idóneos. Pero su situación fue falseada. Se les terminó el contrato. Eso fue todo. Y es que el profesor de Religión debe dar un cierto testimonio de vida». Apoteósico punto de vista: el maestro de una materia ha de vivir de acuerdo con ella. Es decir, que los profesores de historia lo tienen crudo. Cuando explican la Alemania de Hitler, por ejemplo, habrán de llevar vida de nazi para mantener la idoneidad que reclama monseñor. Tremendo. Pero el momento más apasionante fue cuando Dávila le recordó a monseñor el caso del cura que salió del armario hace poco. Le preguntó: «¿Se puede ser sacerdote homosexual?» ¡Ah!, qué peliaguda cuestión. El obispo contestó: «No, si la homosexualidad la ejerce». O sea, que mientras se mantenga en plan platónico, no hay problema. Sorprendente. Es lo que el estudioso Denis de Rougemontllamaba el amor cortés y que el movimiento cátaro del medievo practicaba férreamente: el amor ha de ser espiritual y etéreo porque si se ejerce se transforma en carnal y pecaminoso. En suma: según monseñor Dorado el homosexual ha de vivir metido en el armario permanentemente.