15 octubre 1965
Su cambio supone la retirada política del veterano Esteban Bilbao, diputado tradicionalista durante la II República, encarcelado por la izquierda durante la Guerra Civil española
Antonio Iturmendi nuevo presidente de Las Cortes franquistas

Hechos
En octubre de 1965 el General Franco designó a D. Antonio Iturmendi nuevo presidente de Las Cortes y del Consejo del Reino reemplazando a D. Esteban Bilbao.
Lecturas
Esteban Bilbao presidía las cortes desde 1943.
El 4 de octubre de 1965 D. Antonio Iturmendi Bañales es elegido nuevo presidente de Las Cortes y del Consejo del Reino en sustitución de D. Esteban Bilbao Eguía tras superar el mecanismo previsto: formar parte de la terna (tres nombres) propuesta por el Consejo del Reino al dictador de España, D. Francisco Franco Bahamonde.
Un vasco franquista, D. Antonio Iturmendi, reemplaza a otro vasco franquista, D. Esteban Bilbao, como presidente de Las Cortes y del Consejo del Reino en un acto presidido por el General Franco en presencia de varios Procuradores y Consejeros del Reino como D. Pedro Lamata Mejias.
Unos meses atrás el Sr. Iturmendi había dejado el ministerio de Justicia a D. Antonio María de Oriol y Urquijo, precisamente abandonó el Gobierno para asumir la presidencia de Las Cortes cuando acabara el mandato del Sr. Bilbao.
Al abandonar la presidencia de Las Cortes el político D. Esteban Bilbao, que fue diputado de la derecha durante la II República y encarcelado por la izquierda durante la Guerra Civil.
Iturmendi ocupará la presidencia de Las Cortes hasta noviembre de 1969
El Análisis
En el cerrado universo político del franquismo, donde todas las familias de la derecha española —militares, falangistas, monárquicos, carlistas, católicos integristas y tecnócratas— comparten una fidelidad inquebrantable al Generalísimo pese a sus profundas diferencias internas, el relevo al frente de las Cortes y del Consejo del Reino se ha consumado con una peculiar continuidad: un vasco franquista sustituye a otro. Don Antonio Iturmendi, antiguo ministro de Justicia, sucede a don Esteban Bilbao en un acto presidido por Franco y arropado por Procuradores y Consejeros del Reino, entre ellos don Pedro Lamata Mejías.
La designación de Iturmendi desbarata el cliché —difundido desde el exilio por el PNV— de que el franquismo sea, en esencia, un régimen antivasco. Lo cierto es que el aparato del Estado cuenta con no pocos apellidos vascos: de José Félix de Lequerica a los Ybarra, de Antonio María de Oriol Urquijo al propio Esteban Bilbao, pasando ahora por el nuevo presidente de las Cortes. En el franquismo, la identidad regional pesa menos que la lealtad al Caudillo y al ideario nacionalcatólico. La sucesión no responde a una ruptura, sino a la lógica interna del régimen: continuidad personal, disciplina jerárquica y ausencia de sorpresas.
Iturmendi había cedido el Ministerio de Justicia a su paisano Oriol y Urquijo meses atrás, en un movimiento que parecía ya preludiar su salto a la presidencia de las Cortes. Con él se mantendrá el carácter de este órgano: no un parlamento en sentido liberal, sino el foro donde las distintas corrientes del franquismo debaten, pactan y escenifican su unidad ante Franco. Un hemiciclo sin oposición, sin izquierda y sin voto libre, pero con un ritual que sirve para cohesionar a las diversas familias de la dictadura en torno al hombre que las une a todas: el Generalísimo.
J. F. Lamata