19 julio 2012

De la Cigoña es el columnista más destacado de la web de LA GACETA

Cruce de ataques entre José Manuel López Vidal (RELIGIÓN DIGITAL) y su ex columnista Francisco José Fernández de la Cigoña (INTERECONOMÍA)

Hechos

En julio de 2012 se produjo una declaración de Guerra formal entre el columnista D. José Manuel Vidal (director de RELIGIÓN DIGITAL) y De la Cigoña (INTERECONOMÍA, antaño columnista en RELIGIÓN DIGITAL).

Lecturas

El 19 de julio de 2012 el responsable de la web Religión Digital (sección de religión de Periodista Digital), D. José Manuel López Vidal publica un artículo contra D. Francisco José Fernández de la Cigoña Núñez (“Así no, De la Cigoña, así no”), en el que el Sr. Vidal reprochaba al comentarista de religión en la web de Intereconomía por haber acusado de simonía al cardenal D. Antonio Cañizares.
El Sr. López Vidal, exsacerdote, está alineado con posiciones progresistas, mientras que el Sr. Fernández de la Cigoña, desde su blog ‘La Cigüeña de la Torre’ está alineado con posiciones conservadora, aunque iniciara su labor como bloguero de temas eclesiales en Religión Digital, precisamente a las órdenes del Sr. López Vidal.

El 23 de julio de 2012 se publicaban dos réplicas contra el Sr. López Vidal con el mismo título (“Así no, Vidal, así no”). Una, firmada por D. Tomás de la Torre en InfoCatólica en la que recordaba todas las veces que el Sr. López Vidal había descalificado a obispos conservadores como el Sr. Martínez Camino o el Sr. Rouco Varela o sus afirmaciones de que “el clero católico está lleno de gays”, la otra publicada por el propio D. Francisco José Fernández de la Cigoña Núñez, en su blog en Intereconomía en la que establece una diferencia entre sus críticas y las del Sr. Vidal, diciendo que mientras que él sólo critica a obispos, el Sr. Vidal dirige su crítica a toda la Iglesia.

19 Julio 2012

ASÍ NO, DE LA CIGOÑA, ASÍ NO

José Manuel López Vidal

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Me cuesta escribir este post. Primero, porque estoy convencido de que «perro no come perro». Segundo, porque Francisco José Fernández de la Cigoña comenzó y se dió a conocer en esta casa. Su nido estuvo en este campanario durante años y a él le debe (como el propio Cigoña suele reconocer sin empacho) gran parte de lo que hoy es en el ámbito de la información religiosa. Y, a su vez, este portal le agradece los servicios prestados. Sabes Pacopepe que siempre di la cara por ti, incluso ante obispos y líderes religiosos a los que ahora defiendes a capa y espada y entonces pedían tu cabeza. ¿Te acuerdas de ‘El Encaminado’?. Desde que cambiaste de campanario y perdiste la oportunidad de ser visto y leído por todas las sensibilidades eclesiales, buscas pelea. Una y otra vez lanzas tus dardos, sin encontrar respuesta. Es una técnica muy antigua. La volvió a patentar Federico Jiménez Losantos con sus quiebros y requiebros contra Iñaki Gabilondo. A su socaire, tanto tú como algunos otros opinadores de tu cuerda la siguen utilizando conmigo. Sin éxito. Porque no suelo contestar a esas, en ocasiones, burdas provocaciones. Sólo lo hice, hasta ahora, en dos ocasiones, si no me falla la memoria. Una, para defender el honor de uno de nuestros blogueros, Jairo del Agua, injustamente atacado por algunos de tus amigos. Y otra, para defender a Don José Sánchez, el obispo emérito de Guadalajara, al que pusiste en la picota, a mi juicio injustamente.

Ésta es, pues, la tercera ocasión en la que te contesto. Y Como en ocasiones anteriores, no me lo pide el cuerpo ni las esttrategias comunicativas, pero sí la conciencia. Y mi conciencia me dice que, en el último post que dedicas al cardenal Cañizares, has cruzado todas las lineas rojas. Te has pasado tanto que no sé (letrados y jueces hay) si habrás incurrido en el delito de difamación. Porque creo sinceramente que no se puede acusar a un cardenal de simonía sin probarlo, sin presentar pruebas fehacientes. Una cosa es lanzar rumores o, incluso, inventar apodos, como los ya célebres Nostach y Encaminado, como hacías cuando estabas con nosotros. Una cosa es opinar sobre palabras, gestos e, incluso, omisiones de obispos y cardenales. Una cosa es jugar a adivinar nombramientos episcopales o a zurrar de lo lindo a cualquier clérigo (especialmente si es religioso o religiosa) que vista de calle. Una cosa es promover la sensibilidad más conservadora de la Iglesia y abominar, despreciar, ridiculizar y anatematizar a las otras sensibilidades, especialmete a sus obispos y teólogos más comprometidos…

Una cosa es eso, lo que hacías cuando tu nido estaba en el muelle de RD, y otra acusar sin pruebas a un cardenal de «simonía». Un cardenal como Cañizares que, amén de ser el ministro de Liturgia del Papa y uno de sus más cercanos amigos y colaboradores, no representa precisamente al ala más progresista de la Iglesia española. Conozco (creo que bastante bien), al cardenal Cañizares. Le tuve de profesor en el Instituto de Pastoral y segui toda su carrera. Desde Añastro a Roma, pasando por Ávila, Granada y Toledo. He discrepado con él y de él en múltiples ocasiones. Pero siempre he reconocido que es un obispo sincero, sencillo, entregado, dialogante, bien formado, con un enorme celo pastoral, con una profunda espiritualidad y, sobre todo, honrado.

Sabes muy bien que Cañizares «no es de los míos», como tú dices. Y, por eso, también me siento más libre para defenderlo. Sabes muy bien que «el pequeño Ratzinger» milita en una sensibilidad eclesial conservadora, con la que coincido en algunas cosas y discrepo en muchas más. Pero por pasado, por presente y, quizás, por futuro, sé muy bien que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. En esto soy también agustiniano: «Unidad en lo necesario, libertad en lo opinable, caridad en todo».

Yo como periodista y tú como opinador tenemos el derecho y el sagrado deber de ser la conciencia crítica del poder (también del eclesiástico) y de enjuiciar a los obispos. Y lo hacemos a diario. Cada cual con su sensibilidad y sus formas. Yo también critico (y a menudo) a algunos obispos. Por poner un ejemplo, al cardenal Rouco o a monseñor Munilla. Pero por lo que dicen, hacen o dejan de hacer. Y si algún día los acuso de un delito, tendré que presentar las pruebas. O atenerme a las consecuencias. De hecho, en 30 años de profesión, nunca pasé por un juzgado. Has intentado copiar, Pacopepe, la estrategia de Jiménez Losantos, con sus ataques ad hominem, de los que yo también fui víctima. Pequeña víctima, pero víctima. Y con su estrategia de la descalificación, de las pullas, y de lanzar insinuaciones y acusaciones que son o rozan el delito. Por eso, el ex locutor de la Cope pasó ya unas cuantas veces por los juzgados. No es un buen ejemplo periodístico a seguir. Y menos, en nuestro negociado de la información religiosa. Cambia de estrategia, hermano, o te veo paseando por los juzgados.

Eso sí, si publicas pruebas en las que se demuestre la simonía del cardenal Cañizares, seré el primero en defenderte. Mientras tanto, suspendo el juicio sobre tu persona y sobre lo que puedas decir y escribir en tu blog.

José Manuel Vidal

23 Julio 2012

ASÍ NO, VIDAL, ASÍ NO

Tomás de la Torre

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Quien se convierte en prototipo de profesionalidad periodística, debe estar abierto a que otros le digamos, los mismos consejos que él da a uno hace unos días. Voy a recordarle cinco ejemplos claves de su profesionalidad intachable.

El 27 de abril, sobre Martines Camino, escribía que más que obispo actuaba como un político, y que debía salir de su cargo cuanto antes. El día 29 de abril escribía sobre la antievangélica homofobia de la jerarquía más conservadora. Donde podemos leer esto: “Porque, el clero católico está lleno de gays”. El día 8 de julio escribía sobre el nuevo obispo auxiliar de Getafe, a quien llamó una mitra gris. Lo juzgaba sin conocerlo, solamente por ser: “El instigador, impulsor y máximo promotor (desde hace años) de las “advertencias” episcopales a José Antonio Pagola y a Andrés Torres Queiruga”. El 16, julio, ponía la valentía del cardenal Rouco por detrás de la Alianza Evangélica de España, hablando sobre la crisis justificándolo así: “El cardenal Suquía, primero, y Rouco después rompieron con esa estrategia y volvieron a uncir a la Iglesia católica con la derecha.” El valor de la hemeroteca está ahí. Menos mal que no la borra como hizo la cadena Ser con los terroristas islamistas suicidas de los trenes del 11 de marzo de 2004, que nunca aparecieron, ni muertos ni en la fonoteca.

Tomás de la Torre Lendínez    

23 Julio 2012

ASÍ NO, VIDAL, ASÍ NO

Francisco José Fernández de la Cigoña

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Tomás de la Torre acaba de dedicar a José Manuel Vidal un artículo con el mismo título que el que el director de RELIGIÓN DIGITAL me dedicó a mí. Sólo cambia el «de la Cigoña» vidaliano por un «Vidal». Por supuesto que ante todo mi agradecimiento al blogger jiennense. Y después sólo un par de comentarios.

Dirigidos a Vidal y no a Tomás de la Torre. Por ahí nos andamos los dos gallegos en criticar a obispos. Aunque no coincidamos en los criticados. Creo, sin embargo, que en mi Blog, aunque se critiquen personas no se critica a la Iglesia. En el de Vidal, y en la web que dirige, hay una permanente crítica a la Iglesia.

Con lo que los obispos alabados por él, que los hay, quedan en una incómoda situación. ¿Serán de esa Iglesia que le gusta a Vidal y que en nada se parece a la de Benedicto XVI? Es evidente que algunos no lo son. Por ejemplo Cañizares. Pero tanto amor a más de uno le resultará sospechoso.

Todo tiene una explicación. La página de Vidal, tantas veces extraeclesial, necesita una coartada para no aparecer como un medio más de ataque abierto a la Iglesia. Aunque lo sea. Es además un negocio, bueno o malo que eso no lo sé. Y no quiere convertirse en un Atrio o en unas Redes Cristianas de escasísimo eco. Pues hay que dar jabón a algunos obispos y colocar a otros en portada para disimular. Yo fui incluso algunos años utilizado como coartada. Somos tan abiertos que aquí cabe desde La Cigüeña a Casaldáliga. Pero lo tradicional era el disimulo y la contestación la sustancia.

Tomás de la Torre señala varios casos de ataques inmisericordes de Vidal a algunos obispos. La hemeroteca podría traernos bastantes más. Pero él es el bueno y unos cuantos obispos le respaldan, parecen hacerlo o él se encarga de que lo parezca. Y a alguno más se lo quiere ganar. Atacándome a mí aunque sea con falsedades. Como siempre he ido solo por el mundo ni busco apoyos ni los necesito. Tal vez porque no tenga nada que disimular. Si hablo bien de un obispo es por parecerme que lo ha hecho bien y si mal por creer que se ha equivocado. No me paga ningún obispo, ni puede ascenderme o degradarme, ni necesito disimular mis posiciones detrás de capisayos episcopales. Es clarísimo lo que pienso y lo que amo. ¿Qué a algunos les parece mal? Me la refanfinfla.

Francisco José Fernández de la Cigoña