David Cantero abandona El Telediario de TVE y ficha por informativos TELECINCO

¿Por qué me gusta tanto Iñaki Gabilondo? No hace falta que responda rápido, así que hablemos primero de David Cantero. Por esas cosas de la vida, David Cantero, presentador de TVE «desde que era chavalín», contó ayer aquí los avatares de su fichaje, que en principio le pareció «impensable», por TELECINCO. Le dijo a Isabel Gallo algo que conviene subrayar para una posible enciclopedia del ego de los presentadores. Dijo Cantero: «Sabía que la noticia iba a levantar expectación, pero nunca pensé que tanta». Es imposible meterse en la cabeza de Cantero; no solo es imposible: es impensable, como diría él. Por eso uno no sabe qué significa para él la expectación ni qué significa la palabra «tanta», que es tan ambigua como generosa.

Periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente, decía el impar Eugenio Scalfari. Pues he aquí que un presentador de televisión juzga que su fichaje no solo era impensable, sino que era una noticia que creaba expectación. ¿Noticia? Pues sí, pero no hay que parar las máquinas. Noticia es que el hombre muerda al perro; no me imagino a Álex Grijelmo uniendo a las nociones de noticia la de que un presentador se cambia de cadena. La noticia sería que el presentador muerda al perro; y eso no sería noticia tan solo: sería materia para una novela de Cantero.

Los presentadores de las noticias en televisión son presentadores de las noticias en televisión. Y nada más. A lo que hay que añadir lo que se añade en estos casos: y nada menos. Dicho esto, subrayemos algo interesante que añadió Cantero. Tiene 49 años. A esa edad es «el nuevo» en su cadena. Eso le produce un sentimiento «entusiasmante»; lo vive «como una gran oportunidad». Qué tiempo este en que se subraya lo raro que es ser recibido como nuevo a los 49 años. Pero así son las cosas. Él es el nuevo, es verdad, y es raro, porque ahora a los 49 ya te empiezan a mirar de reojo por la calle. ¿Irá al asilo? Si estuviera en la BBC ahora estaría empezando. En todo caso, les debo una respuesta. Por qué me gusta tanto Iñaki Gabilondo. En octubre cumplirá 68 años. Ahí está, en CNN+, dando confort informativo, es decir, poniendo orden en el caos de lo que le ocurre al mundo. Ese sosiego que mantiene es una novedad. ¿Cosas de la edad? No, cuestión de oficio. Por eso me gusta.

J. F. Lamata