9 junio 2004

La traducción resultará ser falsa

Detenido en Italia el egipcio Rabei Osman como posible cerebro de los atentados del 11-M tras una conversación en la que aseguraba que ‘el hilo de los atentados era él’

Hechos

El 8.06.2004 fue detenido en Italia el Sr. Rabei Osman por su posible vinculación a la masacre del 11-M.

Lecturas

¿EL TUNECINO O EL EGIPCIO?

serhane_tunecino Hasta la apareción de ‘El Egicio’, Serhane ‘El Tunecino’ (uno de los siete asesinos que se suicidó volándose en Leganés) era el señalado como ‘cerebro’ del comando que perpetro la masacre del 11-M.

EL PAÍS se hizo eco de la transcripción en la que se decía que Rabei Osman había dicho que él ‘era el hilo del 11-M’.

09 Junio 2004

'EL EGIPCIO', PIEZA CLAVE DEL 11-M

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La detención en Milán de Rabei Osman El Sayed Ahmed, alias Mohamed El Egipcio, es uno de los logros más importantes conseguidos hasta ahora para esclarecer la trama del 11-M. La cooperación policial y judicial, en una operación en la que han intervenido agentes españoles, italianos y belgas a instancias de la Audiencia Nacional, ha permitido atrapar a quien se considera pieza clave de las redes de Al Qaeda en Europa. Junto a él han caído en Bélgica 15 miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí que estaban a sus órdenes y preparaban un gran atentado para antes de las elecciones europeas.

Las actividades de Rabei Osman explican la importancia de su detención. Ex militar egipcio, experto en demolición de edificios, desapareció de España, significativamente, justo antes de los atentados. Hasta entonces había sido la sombra de Serhane ben Abdelmajid, El Tunecino, uno de los autores del 11-M que se suicidó después en Leganés. Había reclutado muyahidines en las mezquitas españolas y había estado en contacto con el marroquí Amer Azizi, prófugo de la Justicia y considerado el jefe militar de Al Qaeda en Europa.

Días antes de los atentados, El Egipcio se borró del mapa y se instaló en Milán. Fue un acierto de la Audiencia Nacional solicitar a Italia que fuera vigilado, pues se delató por teléfono jactándose del 11-M y lamentando «no haber muerto» con «sus amigos» en Leganés.¿Es uno de los cerebros en la distancia del 11-M? Existen suficientes paralelismos entre lo que hizo en Madrid y lo que preparaba ahora en Bélgica como para planteárselo.

Debe ser interrogado lo más rápido posible por la Justicia española.Sin embargo, pese a la eficacia mostrada en su detención, la UE tiene puntos débiles en la lucha contra el terrorismo. La euroorden, que entró en vigor el 1 de enero de 2004, permite la entrega inmediata de los terroristas al país donde hayan cometido el delito más grave, pero Italia no ha modificado todavía su legislación para aplicarla. La Justicia española tendrá que recurrir al lento proceso de extradición o pedir una comisión rogatoria para interrogarlo in situ.

Desde el 11-S se ha acelerado la creación de un espacio judicial europeo, pero no a la velocidad que exigen los nuevos retos criminales. Europa sigue sin estar preparada para perseguir a unas redes terroristas que disfrutan de mayor libertad de movimientos en el espacio abierto de la UE que los propios encargados de perseguirlas, todavía constreñidos por las fronteras nacionales.

16 Febrero 2007

UNA APARIENCIA DIMINUTA PARA UNA ACUSACIÓN MONUMENTAL

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Será difícil encontrar en los anales de la historia judicial otro caso de una mayor disparidad entre la monumental pena que solicita la Fiscalía y la imagen diminuta que dio ayer uno de los principales acusados -Rabei Osman, El Egipcio- en el comienzo del juicio por el 11-M.

El Egipcio se presentó como un musulmán moderado, maltratado por la vida, de buen corazón y que repudia la violencia. No dudó en condenar el atentado de Madrid y el resto de los actos terroristas cometidos en Europa y en EEUU. La imagen que ofreció no concuerda nada con la que refleja el sumario, donde se le presenta como el fanático cerebro e inductor de la masacre para el que la Fiscalía pide 38.656 años de cárcel.

Sin duda, las apariencias engañan porque el acusado sí es un exaltado islamista que, como reflejan las cintas grabadas en Italia, justifica y alienta el terrorismo. Significativamente, El Egipcio se negó ayer a responder a las preguntas de la Fiscalía y el resto de las acusaciones, pero contestó luego a un cuestionario de su abogado.

El principal elemento incriminatorio son esas cintas grabadas por la Policía italiana, en las que él se jacta de haber organizado los atentados de Madrid. Pero caben serias dudas de que sus palabras sean algo más que un farol, ya que demuestra en esas grabaciones una enorme ignorancia sobre los autores y los detalles del atentado. En una cinta grabada dos meses después de la masacre, afirma que el islamista El Morabit había muerto en Leganés cuando se había publicado que estaba detenido.

Su conexión con los miembros del comando parece endeble y lo único que quedó acreditado ayer es que había sido alumno de El Tunecino, que le dio clases de castellano.

El Egipcio afirmó categóricamente que abandonó España en febrero de 2003, un año antes del 11-M, y que jamás volvió hasta su entrega por el Gobierno italiano. Para condenarle, harían falta pruebas más sólidas que su probablemente fantasiosa autoincriminación en las cintas, habría que acreditar la naturaleza criminal de sus contactos con otros imputados o habría que demostrar que estuvo en Morata en vísperas del 11-M, como mantiene una testigo.

El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermudez, interrumpió con buen criterio la sesión para que acusado y abogado pudieran escuchar las grabaciones antes de responder a las preguntas de hoy. Gómez Bermudez presidió con autoridad el juicio, demostró que conoce el sumario y que tiene una gran experiencia procesal. Pero intimidó al abogado defensor de El Egipcio y se excedió al no permitirle que preguntara si el acusado condenaba el 11-M y al reprocharle con ironía fuera de lugar que quisiera asumir el papel de la acusación. Tal vez actuó así porque quiso transmitir el mensaje de que no va a tolerar que el proceso se le escape de las manos.

Entre tanto, fuera de lo que sucedía en el juicio, la cuestión de los explosivos seguía centrando ayer la atención de los medios y los dirigentes políticos. Especialmente llamativas resultan las declaraciones de Rubalcaba, que, emulando el «vale ya» de la fiscal Olga Sánchez, aseguró que no cabe duda de que los análisis corroboran que el explosivo de los trenes fue Goma 2 ECO, al igual que el hallado en Morata, la Kangoo y la mochila. El problema para el Gobierno es que la Goma 2 ECO no contiene el dinitrotolueno (DNT) que han detectado los nuevos análisis. Ello queda reforzado hoy por un informe del Ministerio de Industria, que se suma a los de la Guardia Civil y del fabricante, y corrobora que ese componente no forma parte de la Goma 2 ECO. Es más, señala que esta dinamita se comenzó a producir para eliminar el DNT que sí tenía la Goma 2 EC, lo que implica que la tesis de la contaminación supondría atribuir a Unión Española de Explosivos el mayor de los fiascos comerciales.

31 Mayo 2007

La dudosa validez de las cintas de 'El Egipcio'

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Un cierto estupor envolvió ayer la sala donde se celebra el juicio del 11-M en el momento en el que los dos intérpretes de árabe expusieron sus conclusiones sobre la traducción de la policía italiana de las conversaciones de Rabei Osman El Egipcio. Su informe -realizado con el consentimiento del tribunal a petición de su letrado, Endika Zulueta- establece que la transcripción incluye graves errores debido a «malas interpretaciones» o al «desconocimiento del árabe clásico». Resulta que, al contrario de lo que señala el informe italiano, El Egipcio no pronuncia en ningún momento la expresión «Al Qaeda» y tampoco la frase «el hilo de la operación de Madrid fue mío», que la versión oficial apunta como prueba clave de su participación en la masacre. Rabei Osman sí dice, por ejemplo, que «estaba al tanto previamente», pero también que «exactamente lo que iba a pasar no me dijeron», lo que le podría situar como conocedor de planes terroristas inconcretos, pero en ningún caso como cerebro del atentado. En realidad, la pericial de ayer no hace sino confirmar nuestra primera impresión: que El Egipcio era un inmigrante sin recursos económicos ni intelectuales para estar detrás de una masacre de la complejidad del 11-M. Rabei Osman es sin duda un hombre de ideología islamista, pero será muy difícil condenarle a más de 38.000 años de cárcel como autor intelectual del atentado.

01 Junio 2007

¿Traducción desmentida, o nada de nada?

Víctor de la Serna Arenillas

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La cobertura de la última sesión de la semana en el juicio del 11-M ilustra de nuevo las fuertes discrepancias entre medios a la hora de valorar los mismos testimonios. Esta vez era la discutida traducción de las conversaciones de El Egipcio. Para ‘La Razón’ y ‘El País’, la versión revisada no cambia en nada la situación procesal del supuesto cerebro de los atentados; para ‘ABC’ y EL MUNDO, sí.

Ricardo Coarasa, en La Razón, lo explicaba así: «En la nueva traducción sí están incluidas otras frases que comprometen al acusado: ‘Todos son amigos míos’, ‘…fue mi gente’, ‘Yo estaba al tanto previamente, pero exactamente lo que iba a pasar no me lo dijeron’ (aunque de esta última afirmaron no tener constancia). Zulueta ni las mentó, pero salieron a la luz cuando el abogado Antonio Segura, de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo, solicitó al tribunal que se facilitase a las defensas la nueva transcripción».

José Yoldi y Jorge A. Rodríguez, en El País, eran los más rotundos al afirmar que aquí no ha cambiado nada: «Durante una hora tuvo un pie en la gloria y luego se hundió en el abismo. Los traductores oficiales del juicio descalificaron ayer por la tarde la traducción que los peritos italianos habían hecho de las conversaciones mantenidas por Rabei Osman, Mohamed el Egipcio, y que son la base para su acusación como uno de los autores intelectuales de los atentados del 11-M. Los traductores aseguraron que las frases más comprometedoras para el acusado no habían sido pronunciadas jamás. Pero una hora más tarde, cuando se conoció su traducción alternativa, se evidenció todavía más clara la participación de El Egipcio. (…) El sobresalto en la sala fue evidente, pero al final, respecto a El Egipcio, estamos donde estábamos». Y Ernesto Ekaizer, claro, lo ratificaba: «La frase que los peritos consideran correcta no parece ser menos inculpatoria que la versión italiana».

Para Manuel Marraco, en EL MUNDO, el islamismo militante de Osman no está en tela de juicio, pero sí su supuesto papel de organizador, y por ende los 38.000 años de cárcel que se piden para él: «La nueva traducción sigue siendo claramente incriminatoria: evidencia su amistad con los autores de la masacre y refleja un perfil islamista que sostiene la Fiscalía. Pero el tribunal sólo puede condenar a El Egipcio si le relaciona con el atentado concreto del 11-M, puesto que ya ha sido condenado en Italia por su pertenencia a una organización terrorista, y no puede serlo otra vez en España. Cuando concluya el juicio, la Policía le devolverá a Italia para que siga cumpliendo los 10 años de prisión».

Algo parecido adelanta -con prudencia- Germán Yanke en ABC: «Aunque no es la conversación literal el único indicio de su participación en el terrorismo islamista, no deben desdeñarse las consecuencias de esta nueva traducción. No para el proceso en general, me parece, sino para la imputación concreta».

El Análisis

CEREBROS POR DOQUIER

JF Lamata

Durante el tiempo que duró el 11-M, muchos terroristas fueron señalados como ‘cerebros’ del 11-M: Serhane El Tunecino, Rabei Osman El Egipcio, Jamal Ahmidan El Chino o A. Lamari. Alguna de las informaciones parecían un tanto interesadas. Por ejemplo, cuando detuvieron a Osman, un sector de la prensa se apresuró a señalar que Osman habría ideado el atentado del 11-M antes de la entrada de España en Irak. Por lo que conseguían su deseo de desvincular el atentado con el Gobierno Aznar.

Visto con los años, en el caso de Rabei Osman quienes metieron la pata hasta el fondo fueron los traductores, pués según la sentencia del 11-M el Sr. Osman no tenía vinculación con el 11-M a pesar de sus simpatías con Al Qaeda.

J. F. Lamata