26 febrero 1998

El PSOE acusó al PP de anormalidad democrática y Cascos respondió que 'para anormalidad la del PSOE', pero EL PAÍS tituló sólo con la réplica del PP

El ABC de Giménez-Alemán acusa al diario EL PAÍS de ‘manipulación tosca’ en un titular sobre unas declaraciones de Cascos

Hechos

El diario ABC acusó a EL PAÍS de manipulación por su titular de portada del 26.02.1998.

27 Febrero 1988

Tosca manipulación de EL PAÍS

ABC (Director: Francisco Giménez Alemán)

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La realidad de los hechos no alcanza a reflejarse en el titular de ayer del diario EL PAÍS según el cual Francisco Álvarez Cascos habría calificado de ‘anormalidad democrática’ la etapa socialista. Lo cierto fue que a una pregunta del portavoz de la oposición que consideraba no sin exageración, que ‘no es signo de normalidad democrática que seis, siete u ocho señores decidan montar un complot para aniquilar a un Gobierno democrático», durante los años del gobierno socialista, el vicepresidente del Gobierno denunció el escaso apego a la veracidad que ‘caracterizó la labor de los socialistas en los medios de comunicación pública en la etapa de anormalidad democrática en la que ustedes se responsabilizaron de Televisión Española». Quien primero habló, por tanto, de anormalidad democrática fue el portavoz socialista. Expresión literal que el diario recoge después, debidamente minimizada, en la información y que desvirtúa el titular hasta convertirlo en pura falsedad. Endosar, por tanto, la responsabilidad, de la afirmación, sacada de contexto, a quien sencillamente se limitó a citarla en su réplica, sólo puede ser calificado de manipulación; de tosca manipulación. El particular espejo cóncavo del diario matutino desfigura la realidad y la convierte en esperpento.

01 Marzo 1998

¿Qué dijo Cascos?

Francisco Gor

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Desde diversos sectores se alerta a veces a los lectores de este periódico -es de presumir que con las mejores intenciones- sobre supuestos intentos de manipulación. Hace algún tiempo, Nuevas Generaciones del Partido Popular quisieron demostrar, mediante un pretendido estudio académico, que EL PAÍS manipulaba a sus lectores con informaciones incorrectas y tendenciosas sobre el Gobierno y su partido. Recientemente, el coordinador de Izquierda Unida, Julio Anguita, pretendió lo mismo a raíz de informaciones contrastadas y comprobadas sobre la entrega del fichero automatizado de los afiliados de la coalición a una empresa privada. Los lectores de EL PAÍS deben sentirse halagados por tanta atención. El Defensor del Lector, por el contrario, se siente preocupado. ¿Tendrán algún fundamento tales avisos? Incluso el diario ABC se considera en la obligación de dar lecciones de ética profesional a este periódico tildando de «tosca manipulación» el titular de primera del jueves 26 de febrero que decía: «Cascos califica de «anormalidad democrática» la etapa socialista». Su estima por el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, lleva a ese periódico, como se dice vulgarmente, a meterse en camisa de once varas. Y a errar en su diagnóstico de manipulación hecho sobre este periódico.

Efectivamente, quien primero habló de anormalidad democrática -o más concretamente de «un signo de anormalidad democrática»- fue, como bien dice el ABC, el portavoz socialista en el Senado, pero refiriéndose a las conductas concretas de quienes participaron en la conspiración desvelada por el ex director de ese periódico Luis María Anson. En su réplica, el vicepresidente primero del Gobierno no sólo eludió pronunciarse sobre dichas conductas, sino que, como consumado maestro o incluso inventor de esa refinada técnica de diálogo político que responde al principio del «¡más tú!», vino a decirles a los socialistas -o mejor, les dijo textualmente- que, para anormalidad democrática, la de su etapa de gobierno. ¿Dónde está, pues, la manipulación del titular de EL PAÍS?

Si el ABC ha visto los hechos de otra manera se deberá a que, como afirma erróneamente en lo que se refiere a este periódico, «el particular espejo cóncavo del diario matutino desfigura la realidad y la convierte en esperpento». Por lo que se refiere a los lectores de EL PAÍS, pueden estar tranquilos: Álvarez Cascos dijo lo que EL PAÍS dice que dijo.