Javier Tebas asume la presidencia de la Liga de Fútbol Profesional sustituyendo a Astiazarán e incrementando su poder en el fútbol como contrapeso a Federación y a los presidentes de los Club estrella

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A todas las cosas que se dicen sobre Javier Tebas, el aludido pone sonrisa de crupier: que nunca se sepa lo que piensa. La verdad es que es vehemente, y lo demuestra en el ejercicio de una profesión que en su caso es también pasión, pero ya ha generado anticuerpos. Sin ellos, el fútbol no deja una neurona en su sitio. Abundan los ejemplos. Los va a necesitar en la nueva aventura que inicia, a partir del día 26 de abril, como nuevo presidente de un fútbol en crisis. Inmerso en más de un concurso de acreedores, una de sus especialidades, este abogado de 51 años deja los bastidores de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), donde se ha movido con la habilidad de un Richelieu, para ponerse bajo el foco.

Pregunta.- Hay que empezar por la crisis, que lleva a un club tras otro al concurso. ¿Hay salida?

Respuesta.- Lo que todos ven como algo negativo, yo lo observo desde una óptica positiva: que haya clubes en concurso significa que han tomado la medida idónea para superar la situación. La ley les ampara.

P.- Pero la aplicación de la Ley Concursal en el fútbol tiene algo de trampa: compiten quienes pagan contra quienes no lo hacen.

R.- Entonces deberíamos decir que el concurso de acreedores desnaturaliza la libre competencia en cualquier sector. ¿No lo hace un banco al que le han inyectado dinero? Hay cosas que desnaturalizan más al fútbol y no las queremos decir…

P.- Dígalas, dígalas…

R.- Las subvenciones públicas desmedidas, los contratos de canales autonómicos inflados, los patrocinios de instituciones sin retorno realmente publicitario, la predeterminación de los resultados, con amaños de algunos partidos… Eso sí que influye y no los concursos. Le digo más: todos los clubes que han ido a concurso han sacado el convenio, con la aprobación de los acreedores. En el resto de los sectores, el 90% va a liquidación.

P.- El borrador de la nueva ley del deporte profesional que maneja el Consejo Superior de Deportes (CSD) impone la negociación centralizada de los derechos de televisión. ¿No es una intromisión del Estado en la esfera privada?

R.- No es novedoso, se ha hecho en otros países. Pero el problema que tenemos en el fútbol español no ha sido nunca la venta centralizada, ha sido el reparto. ¿La venta centralizada dará más dinero a los clubes? Tengo mis dudas. Pero puede aportar paz al sector audiovisual, y eso redundará en mejoras para todos. Necesitamos una explotación más racional de los recursos audiovisuales. Durante años iban dirigidos a una plataforma, Sogecable, y eso ha perjudicado la explotación de la televisión de pago en España. La clave está en el reparto centralizado.

P.- Y más equilibrado.

R.- En esto, falta información. Ahora mismo estamos 1-6. Hace dos años estábamos 1-13. Esto ha pasado porque, en noviembre de 2010, 34 clubes llegamos a un acuerdo de cómo hacer el reparto. Los que ahora ayudan más son Madrid y Barcelona, que ponen 10 millones de euros para que se repartan en Segunda y entre los seis de Primera que menos cobran. Hemos de entender que hay clubes diferentes a otros. Me preocupa oír que haya que ir a sacar el dinero a Madrid y Barcelona a lo Curro Jiménez y repartirlo. Tenemos que tener cuidado: no podemos descapitalizar a Madrid y Barça. Sería una catástrofe para el fútbol nacional que los grandes clubes de este país perdieran la capacidad de tener a estrellas como Cristiano, Messi, Iniesta, Sergio Ramos…

P.- ¿Pues cómo reequilibrar entonces deportivamente la Liga?

R.- Primero hay que respetar a la competición, que no sólo es la disputa del título. Tenemos que conseguir que los clubes que puedan ser alternativa a los grandes disminuyan su deuda. Así dentro de tres, cuatro o cinco años, ese dinero que ahora se destina a amortizarla será para mantener a sus activos.

P.- En el convenio de control que la Liga firmó con el CSD no se renuncia a la reivindicación de cerrar el partido abierto.

R.- Hay reivindicaciones nuestras que las veo complicadas por la situación del país, como la reducción del IVA. Pero en otras que no cuestan dinero al Estado, vamos a seguir insistiendo, y eso pasa por los derechos sobre el partido en abierto y los resúmenes, porque esto es una selva. Es una expropiación. Si lo recuperamos, garantizamos al Estado que saldaremos antes la deuda con la Administración.

P.- ¿Es comercial jugar un lunes a las 10 de la noche en Getafe?

R.- Una televisión como Cuatro lo retransmite y saca un 12% de share. En la explotación audiovisual es rentable. Para la asistencia, no. Pero no somos la única liga que juega los lunes.

P.- Usted ha sido uno de los pocos dirigentes que ha denunciado el fraude en el fútbol español. Ahora ya tenemos una Ley. ¿Por qué no se dirigen a la Fiscalía?

R.- Si soy presidente, prometo una conducta muy proactiva contra cualquier indicio o rumor de amaño. Y será denunciada ante los órganos que corresponde, la policía y la justicia. Es una realidad que hay amaños en España.

P.- ¿Va a trasladar la sede de la Liga a la Ciudad del Fútbol de la Federación?

R.- Es mi intención. El modelo exige coordinar competencias, algunas de la Federación, como la disciplina deportiva, los arbitrajes…

P.- Curiosa cohabitación entre Ángel Villar y el hombre que lo llevó ante la justicia.

R.- Estuve el otro día con Villar y se lo dije claramente. No quiero ser amigo suyo, busco sólo que respeten mis criterios y mi forma de pensar. Que defender lo nuestro no lo interprete como una deslealtad con él, lo tenga a un metro o a 10 kilómetros.

P.- El caso Federación se ha vuelto a abrir…

R.- Sí, una pieza. Pero no vamos a ejercer como acusación particular, ni yo ni la Liga, no vamos a seguir. No significa que la conducta de los directivos que seguían no fuera totalmente punible en lo ético y reprochable en lo penal, pero creo que por responsabilidad la Liga no debe seguir con esta batalla.

P.- ¿Qué cosas de su organismo quiere cambiar?

R.- La Liga se debe abrir a la sociedad, porque tenemos una imagen negativa. Además, va a seguir siendo patronal, pero debe ser también un organismo regulador. El fútbol español pesa 150 kilos porque le hemos dado muchos pasteles a los clubes, el Estado el primero. Ahora hay que tomar pastillas para regularse y bajar a 80.

P. – El Estado ha sido débil con el fútbol.

R.- Es cierto.

P.- Usted ha sido un personaje al que se ha acusado de oscurantismo, abogado de Piterman y muy poco políticamente correcto. ¿Le preocupa esa imagen?

R.- Siempre sale lo de Piterman (risas). He de recordar que soy abogado, no bombero, ni sacerdote, y tengo clientes. Mi profesión me encanta y dos o tres veces al año me pondré la toga. Todo eso no me preocupa. Lo de ser políticamente incorrecto es fruto de una decisión. Me han preguntado hasta si soy de extrema derecha. Si serlo es estar contra el aborto y a favor de la familia y de la unidad de España…