El Banco Banesto entra en el operador TELECINCO a través de Jacques Hachuel (Servifilm) que compra un 15% del capital a través de la sociedad Invermedia

Por llevarse una parte del pastel, hay Iscariotes que no dudarían en el mercado de valores, Judas dispuesos a especular con el nazareno de turno, Pilatos que van a todas partes con la pastilla de jabón y las toallas en el ataché por si la necesitan.

El superpastel de TELECINCO es una tentación demasiado fuerte. Por hincarle el diente, hay quien no le hace ascos al trabajo sucio de cerrar un diario, trabajo de sayones, de sicarios expertos en la degollina de inocentes e independientes. No están los tiempos para independencias ni disidencias, Hachuel desembarca en TELECINCO, auspiciado por la ONCE, y Mario Conde adquiere un pequeño porcentaje de las acciones de ANTENA 3 TV.

Los medios de comunicación han entrado de lleno en el mercadillo financiero del trueque y la OPA. Sólo los ingenuos pueden seguir creyendo que el negocio de un periódico, o de un canal de televisión, se basa en la noble competencia profesional, en la venta de periódicos o en el inremento de la audiencia. Diarios y canales, revistas y emisoras son codiciadas casillas en el tablero del Monopoly gigante que se juega sobre el parqué universal de la bolsa.

Periodistas, presentadores, reporteros locutores y profesionales de la comunicación en general son comparsas de lujo, peones que se ganan o se pierden en el curso de una feroz partida, sin que su desaparición llegue a preocupar a los amos del juego que muchas veces les utilizan para agredir el franco de sus rivales en el juego de las finanzas.

Miguel Durán ha utilizado a Hachuel como un alfil sesgado para el gambito del diario EL INDEPENDIENTE, inmolación, sacrificio de una ficha propia pero incómoda que se resiste a sucumbir; aunque de momento sus trabajadores vayan a engrosar las cifras ascendentes del paro, a unirse a la nómina de los 2.300.000 desempelados que rellenan sus ocios frente al televisor.

No creo que los colegas ‘independientes’ incrementen sustancialmente la audiencia de TELECINCO. Sólo Michi Panero, insobornable crítico, seguirá montando guardia y afilando su plumar frente a la pantalla amiga.