23 noviembre 1991
"EL MUNDO aprovecha cualquier circunstancia para difundir insidias contra la competencia", asegura el Grupo16
EL MUNDO asegura que DIARIO16 ‘está en venta’ en medio del litigio entre sus accionistas Juan Tomás de Salas y Hersant
Hechos
El 23.11.1991 el diario EL MUNDO publicó un artículo en el que aseguraba que su periódico competidor DIARIO16 estaba ‘en venta’.
10 Marzo 1990
Hersant Compra un 30% de «Diario 16»
ROBERT Hersant, el magnate conservador de la Prensa francesa, ha llegado a un principio de acuerdo de paz con el Grupo 16 y adquirirá un tercio de las acciones de Diario 16, según fuentes cercanas al grupo. El presidente de éste, Juan Tomás de Salas, había calificado el año pasado de «tiburoneo» la compra de un 32% de las acciones de su sociedad «holding» por parte de Hersant. El editor español denunció entonces la ideología del francés, al que calificó de «nazi» y «fascista», afirmando que esa ideología imposibilitaba cualquier cooperación. El acuerdo, que deberá ser firmado en los próximos días, prevé que Hersant reduzca en un 17% su participación en Inpulsa, la sociedad matriz del grupo. Simultáneamente, recibirá acciones, por un valor similar, en el capital de la filial Inpresa, la empresa editora de Diario 16, y además Hersant suscribirá un segundo paquete de acciones en esta filial por valor de 2.000 millones de pesetas. Con ambas operaciones el editor francés ostentará un importantísimo paquete, que superará el 30%, de la editora de Diario 16.
Hersant compró las acciones de Inpulsa a varios accionistas españoles, sin conocimiento de De Salas, en unos momentos de gran inestabilidad en el grupo español tras la crisis de Diario 16, iniciada hace justo un año (el 8 de marzo) con el cese de Pedro J. Ramírez, su director. La búsqueda de apoyos financieros extranjeros llevó a De Salas a negociar con el canadiense Conrad Black, editor del Daily Telegraph londinense (negociación que fracasó y acabó propiciando el acercamiento a Hersant), con la editorial italiana Rusconi, que ha adquirido el 10% del «holding» Inpulsa. Cuando Hersant, a través de dos sociedades españolas de su grupo, compró el 32% de Inpulsa, De Salas logró frenar la operación amparándose en la legislación sobre radio y televisión (el grupo posee la emisora Radio 16), que limita a un 25% la presencia de capital extranjero en empresas audiovisuales y que somete esas inversiones foráneas a la aprobación del Consejo de Ministros. Hersant inició entonces acciones judiciales para lograr el ejercicio de sus derechos de accionista de Inpulsa: impugnación de acuerdos de la junta general de accionistas, interdicto para recobrar la posesión de las acciones «congeladas» y recurso contra la aprobación de la inversión «amistosa» de Rusconi, posterior a la del propio Hersant. El acuerdo al que ahora, según fuentes del grupo español, se ha llegado prevé el abandono de todas esas acciones legales y la adecuación de la inversión de Hersant a la ley española.
Como Rusconi posee el 10% de Inpulsa, le queda al empresario francés un 15% para llegar al tope permitido a los paquetes -uno o varios, indiferentemente- de acciones extranjeras. No es un fenómeno nuevo el de la entrada de capital extranjero, no ya en el «holding» central Inpulsa, sino en las distintas filiales del Grupo 16 que editan las distintas publicaciones. Gente y Viajes 16, Marie Claire 16, Motor 16, por ejemplo, también tienen participación de capital foráneo.
23 Noviembre 1991
DIARIO16 en venta
EL litigio entre el Grupo 16 y el Grupo Hersant podría quedar resuelto en breve con la compra por parte de la empresa francesa del 100% de Inpresa, sociedad editora de Diario 16. Las negociaciones se iniciaron la semana pasada ante la amenaza de Hersant de llevar a los tribunales a Inpresa por su actitud en la ampliación de capital que tuvo lugar en septiembre. Juan Tomás de Salas, principal accionista del grupo y director de Cambio 16, contrató los servicios de Johnston Associates, una compañía de valoración independiente con sede en Londres, desgajada de Salomon Brothers, para que realizara la valoración del grupo. Una vez finalizado su trabajo, Johnston Associates estimo el valor de los activos de Inpresa, editora de Diario16, en 7.000 millones de pesetas. Juan Tomás de Salas ha planteado esta valoración como base de la negociación. De Salas, a su vez, ha valorado la participación de Hersant en Inpresa e Inpulsa, además de la «paz en los tribunales», en 3.000 millones de pesetas. Por lo tanto, los franceses tienen la puerta abierta para la compra del 100% de Inpresa siempre que pongan sobre la mesa 4.000 millones de pesetas. La otra alternativa ofrecida por De Salas es la recompra de las acciones a Hersant al precio de 3.000 millones, con lo que se pondría fin a un contencioso que dura ya dos años y medio. El pasado mes de julio, Inpulsa llevó a cabo una ampliación de capital de 1.816 millones. Dado que Hersant contaba ya con el 15% de esta sociedad, le correspondió aportar 300 millones de pesetas. A esta ampliación no acudió el grupo Rusconi, cuya participación en Inpulsa es del 10%.
Hersant ha impugnado todas las juntas de Inpresa e Inpulsa (cabecera del Grupo 16) desde que entró como accionista en dichas sociedades, por distintos defectos de forma y por diversas irregularidades. La guerra abierta, sin embargo, se produjo como consecuencia de la última ampliación de capital en Inpresa, por un importe de 2.600 millones de pesetas. El accionista mayoritario de Inpulsa es la sociedad Altaya, en la que figuran como accionistas, además del propio Juan Tomás de Salas, Manuel de la Concha, Carlos Bustelo, Juan Antonio García Díez, Antonio Garrigues, César Ramírez e Isabel Azcárate, entre otros. Altaya tiene el 75% del capital de Inpulsa. A través de Inpulsa, De Salas controla el 65% de Inpresa, mientras que el 35% restante estaba en poder de Hersant hasta el pasado mes de septiembre, en que se produjo la citada ampliación de capital de 2.600 millones. La ampliación fue anunciada en el boletín del registro de sociedades el pasado 12 de septiembre. El plazo de suscripción es de un mes. El día 7 de octubre, Hersant envió tres telegramas a la sucursal 3999 del BBV (Alcalá, 16), comunicando su intención de acudir a la ampliación de capital. En dicha sucursal está la cuenta de Inpresa en la que se tiene que ingresar el dinero correspondiente a la suscripción. Las tres sociedades que tienen las acciones de Inpresa, controladas por el Grupo Hersant, son: Socpresse España; Periódicos Españoles de Provincias, S.A., y Cepresa. El 10 de octubre, el director de la oficina del BBV se puso en contacto con el despacho de abogados Lupicinio Rodríguez; que defiende los intereses de Hersant, para comunicarles la operativa a seguir en la suscripción de acciones. El día 11 de octubre los representantes de Hersant enviaron un fax a la central de operaciones del BBV en Clara del Rey (oficina 866) anunciando la intención de acudir a la ampliación de capital. Las instrucciones las recibió José Antonio Adavín, apoderado de dicha oficina.
El mismo día, desde la oficina central de Banesto (Castellana, 7), Carlos Zipilivan, representante de Hersant en España, formalizaba la transferencia del dinero a la oficina 866 del BBV. Los 910 millones de pesetas que le corresponden depositar a Hersant para suscribir su 35% de participación en Inpresa se consiguen en virtud de un crédito concedido por Banesto. El lunes, 14 de octubre (cuando ya han pasado dos días del plazo de vencimiento de la suscripción), los representantes de Hersant se ponen en contacto con Adavín, que les comunica que todo se ha llevado a cabo conforme a las instrucciones recibidas. Dos días después, el miércoles 16 de octubre, una pequeña nota publicada en ABC da cuenta de que el Grupo no ha acudido a la ampliación de capital de Inpulsa y que, por 10 tanto, su participación queda reducida del 35% al 9,5%. Los representantes de Hersant montan en cólera. No es para menos. Su aventura española les ha costado ya la friolera de 4.500 millones de pesetas, y todo para que su peso accionarial quede reducido al 9,5%. El día 24 de octubre Hersant envió un requerimiento notarial al consejo del BBV. La guerra había comenzado. ¿Por qué no se ingresó el dinero de Hersant en plazo? Esta pregunta, si no la resuelven los tribunales, tiene diversas y, en ocasiones, maquiavélicas respuestas. La primera de ellas, la más inocua, explicaría lo sucedido por un simple defecto de forma. El dinero no entró en el plazo fijado, ya que el talón de 910 millones no se ingresó en la cuenta de Inpresa hasta el lunes 14. En el segundo supuesto, el BBV habría hecho una interpretación excesivamente purista de la legislación del Banco de España, con el fin de tener una posición de control a medio plazo en Inpresa, al haber facilitado un crédito de 875 millones de pesetas a Inpulsa pignorando las acciones de dicha sociedad en la editora de Diario 16. En el tercer supuesto, Banesto habría «hecho un favor a Juan Tomás de Salas» al haber retrasado hasta el límite del plazo la concesión del crédito de 910 millones de pesetas a Hersant, lo que impidió que el dinero fuera ingresado antes de que concluyera el día 12 de octubre. Las amenazas de Hersant, tanto al Grupo 16 como al BBV, de denunciarles ante los tribunales, hicieron que las partes se sentaran a negociar. Como paso previo, Hersant retiró el requerimiento notarial al consejo del BBV. El banco, por su parte, hizo de mediador entre el Grupo 16 y Hersant para buscar una salida pacífica que pusiera fin de forma definitiva al conflicto. Con ese telón de fondo, Luis Blasco, hombre de confianza de Juan Tomás de Salas, se sentó a negociar con Carlos Zipilivan, representante de Hersant. Alfredo Sáenz, vicepresidente del BBV, ha participado como «hombre bueno» en las negociaciones para la venta de Inpresa o bien para que el Grupo 16 recompre las acciones a Hersant. Según las fuentes consultadas (De Salas se ha negado a dar su opinión a EL MUNDO), las negociaciones podrían concluirse en los próximos días. El periódico «milagrosamente poco francés», como lo calificó De Salas en la conmemoración de su XV aniversario, podría acabar siendo «totalmente francés».
Las amistades peligrosas de Juan Tomás de Salas
La venta de Diario 16, para la que ha habido además del propio grupo Hersant otros novios nacionales, supondría el punto de inflexión de uno de los grupos de Prensa con más solera del país. Las deudas, 4.500 millones, las pérdidas (sólo Inpresa perderá este año entre 700 y 1.000 millones), y la política, según sus detractores, sectaria llevada a cabo en los últimos tiempos, han llevado a que Juan Tomás de Salas esté a punto de tirar la toalla en la realización de su sueño dorado, convertirse en el editor más influyente y poderoso de España. No se puede poder en duda el importante papel de este grupo en la transición política española. Las acusaciones infundadas e injustas realizadas en un libelo en forma de libro editado recientemente han provocado la lógica solidaridad de toda la Prensa. Los activos del Grupo 16, así como los de su editor, Juan Tomás de Salas, son evidentes. Pero algunas fuentes le acusan de una tendencia progresiva a hacer de los medios que controla el escudo para sus amigos y sus especulativos negocios. Según las informaciones a que ha tenido acceso este periódico, las empresas del Grupo 16 llegaron a suscribir un pagaré del Grupo Ibercorp (controlado por su amigo De la Concha) por 450 millones de pesetas en 1989.
24 Noviembre 1991
DIARIO16 no está en venta
Ante las versiones tendenciosas publicadas ayer por EL MUNDO sobre una supuesta venta de DIARIO16, la empresa editora de este periódico, Informaciones y Prensa (Inpresa), se ve en la necesidad de manifestar lo siguiente.
Uno – Es rigurosamente falso que DIARIO16 esté en venta, en contra de lo que dice el título elegido por EL MUNDO para vender torcidas insinuaciones sobre este periódico. Dicho título queda incluso desmentido en el texto, en el que por dos veces se dice que DIARIO16 trata de comprar la participación de un socio minoritario. EL MUNDO ha elegido para su título la versión más escandalosa que, además, es falsa.
Dos – El texto publicado por EL MUNDO está lleno de errores e inexactitudes (nombres de accionistas, porcentajes de participación, confusión de fechas, valoración de Johnton Associates, etc.). El texto contiene además insidias sobre presuntos negocios y supuesta protección de amigos del presidente del Grupo16 que, como bien saben los directivos empresariales y algunos periodistas de EL MUNDO por propia experiencia nunca ha sido práctica de esta casa.
Tres – No es cierto, en contra de lo que se insinúa, que el grupo francés Hersant haya ingresado 4.500 millones de pesetas en el Grupo16. Sí es posible que el total de los pagos que haya realizado en España alcance esa suma o incluso pueda superarla si se tiene en cuenta las sustanciosas plusvalías pagadas a algunos antiguos accionistas del Grupo16 – plusvalías generadas con el esfuerzo de tantos trabajadores durante tanto tiempo – con las que han podido financiar el periódico que ahora vierte insidias contra la sociedad editora de DIARIO16.
Cuatro – Las insinuaciones sobre actuaciones de algunos bancos dictadas por razones oscuras y de amiguismo, habrán de ser los propios bancos los que se encarguen de desmentirlas. Pero por lo que el Grupo16 conoce, dichas actuaciones de los bancos han sido en todo momento de absoluto respeto de la legalidad vigente. El Grupo16 niega, por lo demás, la existencia de ningún pacto oculto.
Cinco – En cuanto a las amenazas, según EL MUNDO, ha realizado el grupo Hersant contra el BBV y el Grupo16, Información y Prensa manifiesta que desconoce las primeras y tiene que negar la existencia de las segundas. Las gestiones que el grupo Hersant ha realizado con el Grupo16 nunca han estado sometidas a ningún tipo de amenaza.
Seis – Información y prensa reitera que, en contra de lo que manifiesta EL MUNDO, DIARIO16 no está en venta. Inpresa ha recibido varias ofertas de compra por un inmporte superior al mencionado en el tan sesgado reportaje y que han sido sistemáticamente rechazadas por quienes ostentan la mayoría de la sociedad.
Siete – La empresa editora de DIARIO16 quiere llamar la atención sobre los métodos de EL MUNDO, que aprovecha cualquier circunstancia para difundir insidias sobre la competencia (ya lo ha hecho con otros medios), con la finalidad de conseguir con ello lo que no es capaz de obtener en el libre juego del mercado.