16 febrero 1932

Para LA TIERRA, Urgoiti sólo ve los medios como un negocio

El diario LA TIERRA de Cánovas Cervantes ataca ahora a LUZ, el diario de Nicolás María de Urgoiti, tras presentarse este medio como un «órgano al servicio de la nueva república»

Hechos

Polémica acaecida en febrero de 1932.

Lecturas

El periódico La Tierra de Salvador Cánovas Cervantes rechaza que el nuevo periódico Luz de Nicolás María de Urgoiti Achúcarro se presente como ‘órgano’ al servicio de la II República, considerando que Urgoiti Achúcarro sólo ve los medios como un negocio. Luz no responde.

16 Febrero 1932

El Sr. Urgoiti, "órgano" de la República

LA TIERRA (Director: Salvador Cánovas Cervantes)

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El diario del ex gerente del Monopolio del Papel, fundador de EL SOL y LA VOZ, en cuyos periódicos apenas si invirtió cien mil pesetas, y que, sin embargo, cobró por su ‘porción’ al venderla ¡dos millones! Y que ahora, en justo castigo a todo lo que hizo padecer a la prensa ‘se está comiendo’ LUZ, diario que no compra nadie, a pesar de ser el ‘órgano’ de la República, quiere aparecer ante el público incauto convertido en un republicano ministerial. ¡Ahora sí, de esos ministeriales del enchufe!…

A pesar de aquel magnífico negocio, Urgoiti quedó muy disgustado con la Papelera (¿qué querría?), por lo cual ha declarado guerra sin cuartel a los diarios por él fundados. Por eso se ha negado ‘Doña LUZ’ a firmar el manifiesto de los periódicos unidos, dispuestos a defender la libertad de Prensa, frente a todo desmán, sin pararse a meditar que no se trata de defender a ningún régimen, sino la dignidad profesional, ¡Pero qué le importa al que decapitó la Prensa libre estas cosas de la dignidad!…

EL SOL y LA VOZ llevan en su cabecera el nombre del Sr. Urgoiti. Así lo hizo estipular el ex gerente del Monopolio del Papel. Lo que no es obstáculo para que los distinga con el calificativo de ‘adversarios de la República’, incluyendo en esta denominación a los diarios republicanos que firmaron el manifiesto encaminado a defender la libertad de pensamiento.

La cosa tiene gracia por tratarse del fundador del Monopolio del Papel, que desarticuló por completo la Prensa libre con su monomanía monopolizadora, y cuya mesa de despacho donde trabajaba el señor Urgoiti estaba instalada bajo un magnífico retrato de D. Alfonso XIII vestido de ingeniero, al pie del cual ostentaba una regia dedicatoria.

El Sr. Urgoiti era entonces un empedernido monárquico, lo mismo que los accionistas de la Papelera; los señoritos de Bilbao, jesuitas de levita y de sotana; el conde de Aresti, don Serapio Huel y otros fervorosos católicos eran amigos incondicionales de Urgoiti. ¿No fueron estos también aportadores del capital con que se fundó EL SOL y LA VOZ? ¿No recuerda el Sr. Urgoiti sus negocios y concomitancias de todo orden con el capitalismo reaccionario? ¿Es que no recordamos todos aquellos tiempos de apoyo decidido a la dictadura de Primo de Rivera por el Sr. Urgoiti? ¿Actualmente los hijos del Sr. Urgoiti no pertenecen a Empresas de capital reaccionario?

Pues si todo esto es cierto, no comprendemos el atrevimiento de Doña LUZ poniendo como lema en su cabecera ‘Diario de la República’ y teniendo el valor de llamar a los demás ‘adversarios del régimen’.

Porque si nosotros somos adversarios, ¿qué calificativo le corresponde a LUZ más que el de fariseo de la República? ¡¡Y aun nos quedamos cortos!!