2 junio 1977

Hará campaña junto al ex ministro franquista Laureano López Rodó (cabeza de AP por Barcelona) dando mítines en catalán a favor del también ex ministro franquista Fraga (cabeza de AP por Madrid)

El ex secretario de Lluis Companys, Josep Antoni Trabal i Sans, acepta ir en las listas franquistas de Alianza Popular por Barcelona

Hechos

El 2 de junio de 1977  D. José Antonio Trabal i Sans se presentó en prensa como integrante de la lista de AP-Convivencia Catalana por Barcelona.

Lecturas

«CON UN 6 DE OCTUBRE DE 1934 YA HUBO BASTANTE»

En declaraciones a la prensa el Sr. Trabal justificó su evolución de la siguiente manera:

  • Al figurar usted en la candidatura de AP, ¿no se contradice su pasado con esa ideología?
  • No, porque todos tenemos el corazón en la izquierda. Yo fui, y continúo siéndolo, un hombre cordial; hijo de trabajadores, he trabajado toda mi vida con ahinco.
  • ¿En la derecha o en la izquierda, Doctor Trabal?
  • Estoy al lado de lo justo y lo posible.
  • Hábleme de la autonomía de Cataluña.
  • Que nace de una realidad incuestionable, por ser un afán de todos los catalanes, pero que hay que hacerla posible en el Congreso de los Diputados no sólo para Cataluña, sino para las regiones que lo deseen.
  • ¿Tarradellas, presidente de la Generalitat?
  • Mire, la presidencia de la Generalitat duraba cinco años, por tanto desde 1937 – cuando acabó la primera – para ser presidente hoy, debería haber sido elegido Tarradellas ocho veces consecutivas, Lo que equivale a decir que, hoy por hoy, no es presidente y, como tampoco lo fue en el pasado, es una arbitrariedad intolerable. Como lo sería pretender que sin estar aprobado el Estatuto, se creyeran con derecho a alzarlo sobre el pavés mediante una falsa presidencia. Con una desgracia como la del seis de octubre del 34 ya hay bastante. Intentar repetirla sería un crimen.

Trabal morirá en junio de 1980. 

El Análisis

El regreso inesperado de Trabal

JF Lamata

La Transición española trajo consigo figuras políticas de lo más diverso, algunas rescatadas del franquismo, otras renacidas del exilio, y también personajes que reaparecían de manera inesperada en un escenario político en plena ebullición. Tal fue el caso de José Antonio Trabal i Sans, antiguo secretario de Lluís Companys en la Generalitat republicana, que en 1977 sorprendió al anunciar su inclusión en las listas de Alianza Popular por Barcelona, bajo el liderazgo de Laureano López Rodó, uno de los ministros técnicos del franquismo. Su reaparición no podía pasar inadvertida: quien había acompañado a un presidente fusilado por Franco, ahora se alineaba con un partido fundado por exministros del régimen.

El desconcierto que generó su candidatura no fue menor, alimentado además por las viejas dudas sobre su papel en los años treinta, cuando hubo quien lo señaló como posible infiltrado o informante en el entorno de Companys. Si a eso se añade su firme rechazo al reconocimiento de Josep Tarradellas como presidente de la Generalitat en el exilio, el perfil de Trabal se dibuja aún más singular. Sus argumentos eran jurídicamente tajantes: el mandato del president y del Parlament había caducado en 1937, por lo que, según él, Tarradellas carecía de legitimidad alguna. Su declaración de que levantar de nuevo la Generalitat en tales condiciones sería repetir “una desgracia como la del 6 de octubre de 1934” revela no sólo una posición crítica con el pasado republicano, sino también un alineamiento con la visión centralista de AP en aquellos primeros compases democráticos.

La historia ha situado a Trabal en un lugar secundario, casi anecdótico, en el mapa de la Transición, eclipsado por los grandes protagonistas. Pero su caso ilustra hasta qué punto el año 1977 fue un cruce de caminos en el que viejos republicanos, antiguos franquistas y nuevas generaciones compartían listas, escaños y debates. Que un hombre que acompañó a Companys terminara defendiendo los argumentos de AP contra Tarradellas es una paradoja que refleja, con toda su crudeza, la complejidad y la tensión de aquella España que intentaba salir del autoritarismo hacia la democracia.

J. F. Lamata