El Fútbol Club Barcelona nombra a Pep Guardiola nuevo entrenador reemplazando a Frank Rijkaard

Cayó el Barça. Con entereza, pero cayó. Fue una semifinal en la que sacó sus últimos arrestos, pero de la que se va sin marcar ni un solo gol, ni en la ida ni en la vuelta. Por ahí ha muerto. Pasa el Manchester, pero rebaja un poco el punto de exaltación en que habíamos colocado al fútbol inglés, sobre todo tras la eliminatoria entre el Arsenal y el Liverpool, que nos entusiasmó a todos. Pero el Manchester ha sido un equipo rácano en esta eliminatoria, un equipo sin grandeza ni deseo de riesgo. Y su estrella, Cristiano Ronaldo, ha hecho una floja semifinal. Como hace un año, contra el Milán. Preocupante.

En todo caso, habrá final inglesa. La Premier cobra poder, hace tiempo que lo vengo avisando. Hay que prepararse para tiempos difíciles, porque los inventores acumulan dinero, prestigio y buen rollo, y cada vez va a ser más fácil que los grandes del mundo prefieran la Premier a la Liga o al Calcio. No hace tanto de aquella semifinal con tres españoles, Barça, Valencia y Madrid, con final entre los dos últimos. Ahora los ingleses avanzan en todos los terrenos. Madrid y Barça, sobre todo, van a tener que apretarse los machos para competir. Digo ellos dos porque son los más ricos, y los que están más obligados.

Quiero ser optimista. El Madrid está en buen camino de reconstrucción, una vez limpiados los escombros del florentinato. El Barça no lo tiene difícil. Sólo tiene que retirar escombros: Ronaldinho, Henry, Deco (pese a su buen partido de ayer), Márquez, Thuram, Zambrotta… No tiene que fichar tanto como fichó el Madrid. Alves, que ya casi está, apuntalar el resto de la defensa y poco más. Lo demás lo tiene. Lo malo es que lo ha tenido mezclado con esos gloriosos estorbos que han echado al traste dos temporadas. Nadie escarmienta en cabeza ajena. Por eso a Laporta le ha pasado lo mismo que a Florentino.