17 mayo 2008

La asamblea del club blanco certificará la salida de Alfonso Carrascosa de la dirección y aprobará los nuevos estatutos

Ante la asamblea del Real Madrid, Roberto Gómez publica un artículo a favor de Ramón Calderón y Abellán otro en contra

Hechos

  • El 17.05.2008 – El MARCA publica el artículo ‘Mañana no juega Ramón Calderón’
  • El 18.05.2008 – El MARCA publica el artículo ‘Si yo fuera compromisario (II)’ de José Antonio Abellán

17 Mayo 2008

Mañana no juega Ramón Calderón

Roberto Gómez

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El Real Madrid se juega mañana su futuro. Un equipo anclado en el turbio pasado inmovilista, presidencialista al cien por cien, tiene la oportunidad de ponerse al día. Se celebra la asamblea para la reforma de unos estatutos que deben aprobarse. El domingo no se examina la gestión de Ramón Calderón, aunque la oposición desleal y traicionera espera convertirla en eso. Seguro que se hablará más de Carrascosa y de los avales para ser compromisario que de otra cosa. Seguro que más de uno le pregunta al presidente si Rosety ha devuelto el balón del gol de HIguaín en Pamplona. Seamos claros. Los estatutos no interesan a nadie pero los estatutos que se aprobarán, o por lo menos eso espero, son unos buenos estatutos para el club. No se vota la gestión de Ramón Calderón, pero en las asambleas, y sobre todo en las asambleas controladas por Florentino, ya se sabe. Son unos buenos estatutos para el madrilismo. Son exigentes y transparentes, buenos para el socio de a pie; y malos muy malos, para los figurones que por desgracia tiene el Real Madrid alrededor. Y hay muchos, demasiados. La mayoría de los que acudan mañana irán a hacer sangre contra Calderón, en lugar de interesarse por los estatutos, que son el futuro para tener un Real Madrid democrático, limpio, transparente y que no caiga en manos de la oligarquía financiera madrileña que lleva persiguiendo esto desde hace mucho tiempo.

La reforma del futuro.

El Real Madrid se juega mucho, demasiado: seguir como hasta ahora, en manos de los socios-dueños, gracias a la presidencia de Calderón, o caer en manos de una multinacional. Eso es lo que se juega el domingo. No es un ‘Calderón sí’ o ‘Calderón no’. Son los Estatutos del siglo XXI. Eso es lo que se juega el Real Madrid. Calderón no juega el domingo, juega el Real Madrid.

Sin palabras.

18 Mayo 2008

Si yo fuera compromisario (II)

José Antonio Abellán

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Hoy se celebra la Asamblea Extraordinaria de socios-dueños del Real Madrid y hoy, como hace ocho meses, exactamente el 15 de septiembre del año pasado y con motivo de la Asamblea Ordinaria, me gustaría hacerle a Ramón Calderón algunas preguntas.

Curiosamente, ya entonces, en el “Si yo fuera compromisario (I), entre otras muchas escribí en esta misma columna que me hubiera gustado preguntarle al presidente del Real Madrid por Alfonso Carrascosa. Ya entonces creí que había que preguntarle por cuál era la responsabilidad del señor Carrascosa en el Real Madrid y qué deuda tenía el presidente Calderón con él, con Legálitas, y con Tramitalia.

Hoy, ocho meses después, aquella pregunta ha dejado de tener importancia para mí porque ya sé cuáles fueron sus responsabilidades y cuál es la deuda aproximada que tiene el presidente con Carrascosa. Hoy, si yo fuera compromisario, me interesaría saber otras cosas. Me interesaría conocer, por ejemplo, las verdaderas razones por las que Alfonso Carrascosa se ha retirado de esa segunda o tercera línea en la escala de mando del Real Madrid donde tan divinamente se encontraba. ¿Cuáles son las razones reales? Porque eso de que ha retirado para no perjudicar a su familia y a sus empresas es falso de toda falsedad. Y Ramón Calderón lo sabe. Como lo sé yo. Los dos sabemos que Alfonso Carrascosa se ha retirado para coger carrerilla. Para reflexionar. Para volver. Porque un hombre como él no se retira de ninguna guerra sin haberla ganado. Ahora la va perdiendo porque Ramón Calderón, para lavarse la cara, le está acusando de todo. De todo. Pero eso no es más que una batalla. La guerra es mucho más y mucho más importante. Calderón le está acusando ahora de ser el culpable de todos los trapicheos, intrigas y maquinaciones llevadas a cabo por él y todos sus adláteres desde que pensó en asaltar la presidencia del Real Madrid. Para él, todos esos enredos han sido tramados por Carrascosa.

Y es cierto. Carrascosa siempre fue el cerebro de todas las operaciones que llevaron a Calderón a la presidencia, pero con de todas las alcantarillas del Real Madrid.

Por eso, si yo fuera compromisario, hoy le preguntaría a Ramón Calderón por los listos de su Junta Directiva que han trapicheado y trapichean con su consentimiento y participación directa, por poner otro ejemplo, en el reparto discriminado de abonos a socios-dueños y peñas concretas para pagar favores. Para pagar incluso denuncias en los juzgados cuando Carrascosa apenas cuenta con cuatro. Abonos que, por otra parte, esas peñas agraciadas revendían en una cafetería cercana al Estadio Santiago Bernabéu. Le preguntaría por una agencia de viajes, apalabrada por Carrascosa, que ayudó generosamente en la campaña electoral de Calderón con la promesa de hacerse cargo de los viajes del Real Madrid y, una vez ganadas las elecciones, se quedó sin nada porque otra agencia vino y sin poner un euro se llevó la exclusiva.

O le preguntaría por el contrato de derechos televisivos del Madrid que Carrascosa ya tenía cerrado con Telemadrid e incomprensiblemente se lo quedó Mediapro. O por el nombre de esos directivos que, insaciables, se han quedado con palcos de la UEFA en el Estadio Santiago Bernabeu. Y para terminar le preguntaría si no cree que todos esos abusos han sido la verdadera razón de Carrascosa para retirarse. Yo creo que sí.

Pero sobre todo le preguntaría por qué hay que votar los nuevos estatutos del Real Madrid, su nueva Constitución, en una sola votación y por qué no se puede votar artículo a artículo. ¿Qué trata de ocultar Ramón Calderón queriendo que algo tan importante como son los nuevos estautos de la entidad, en los que se cambia hasta el nombre del propio club, se vote en bloque? Porque eso, se mire por donde se mire, es una chapuza. Una gran chapuza, ya que el Real Madrid se juega mucho y habría que matizar hasta las comas de las frases. Yo, desde luego, no me dejaría engañar por cantos de sirena.

José Antonio Abellán