1 abril 1986

Es la primera vez que un grupo francés publica una revista para el mercado español, y esta es sólo su primera fase

El grupo editorial francés Hachette Filipacchi llega a España aliado a Joquín Bordiú creando la revista FUTURO EMPRESARIAL

Hechos

El 1 de abril de 1986 se publica el primer número de la revista FUTURO EMPRESARIAL.

Lecturas

El 1 de abril de 1986 se publica el primer número de la revista Futuro Empresarial.  La revista tiene como director a Joaquín Bordiú y como Subdirector a Joaquín de Pablo.

La revista Futuro Empresarial es propiedad de la empresa Ediciones Universales, una empresa propiedad al 50% de una sociedad formada por Joaquín Bordiú y Esteban Molina (empresarios miembros del Opus Dei) y el 50% restante de la sociedad SGEL, una sociedad española propiedad del grupo francés Hachette Filipacchí.

LOS SOCIOS DE LA REVISTA FUTURO.

D. Joaquín Bordiú Ximénez de Embún y D. Esteban Molina son los principales accionistas españoles de la revista FUTURO, controlan el 50%. El propio D. Joaquín Bordiú asume el cargo de Director de FUTURO.

El Grupo Hachette Filipacchí presidido en España por Frank Ténot es el titular del 50% restante. Su principal directivo en Francia es Gerald de Roquemaurel, y su fundador es Daniel Filipacchí.

D. Joaquín de Pablo Torrente es el Director Adjunto de FUTURO.

Dña. María Luis Malibrán es la subdirectora de FUTURO.

01 Abril 1986

Un cuento de hadas

Joaquín Bordiú

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Los empresarios españoles llevan muchos años quejándose de la crisis, independientemente de quien gobierne en cada momento. Quejarse se ha convertido en un hábito con pocas excepciones.

Pues bien: cada vez quedan menos excusas. Los precios del petróleo han bajado un 50% desde noviembre pasado y el valor del dólar cayó en más de un 25% a lo largo del pasado año.

En ese número encontrará el lector especificadas las consecuencias concretas de estos temas para nuestra economía y un completo análisis de coyuntura por el mejor equipo de expertos que nunca haya tenido una publicación. Por otra parte, José Manuel Núñez Lagos, un hombre que no necesita presentación, analiza las espectaculares consecuencias de esta situación en la Bolsa.

Esta es una de las tareas que nos hemos marcado en FUTURO: ser útiles, informando en profundidad, para que cada uno pueda tomar sus decisiones. Quedarse parados en estos momentos supone quedarse descolgados de la nueva situación y, lo que es peor, no contribuir a aprovechar una ocasión casi milagrosa para despegar.

Sin ir más lejos, en diciembre pasado Economía mantenía un optimismo oficial verdaderamente temerario. Se estimaba que la reactivación había comenzado, cuando lo que había era un adelanto de ventas como consecuencia de la implantación del IVA. Por otra parte, se seguía hablado de un aumento del Índice de Precios al Consumo, cuando el Banco de España advertía de una posible subida del 7% en los tres primeros meses como consecuencia de dicho impuesto. El parón de la demanda y la subida de un 2,8% del IPC en enero prueba que el Banco de España no iba tan desorientado.

Lo que ha pasado después parece un cuento de hadas: el petróleo y el dólar han continuado bajando y la economía europea ha dado un fuerte tirón. España, que se había autorrecetado para este año la aplicación radical del IVA, más la entrada en la CEE, más un incremento salarial medio rondado el 8,5% se encuentra ahora en una posición favorable para afrontar el primer año de nuestra integración definitiva.

Evidentemente, el Gobierno no es el artífice de esta situación y, evidentemente también, como es normal, se apuntará el tanto.

Hay que ser justos, sin embargo: El Gobierno socialista – no hablamos de justicia, ni de educación, ni de política sanitaria, ni de otros muchos temas – ha sido en tiempos muy difíciles correcto, equilibrado y en ocasiones valiente. España se ha ahorrado gracias a ello los errores económicos de la primera mitad del mandato socialista francés y el caso económico de los dos mandatos socialistas en Grecia.

Uno piensa honradamente que en nuestra historia económica en lo que va de siglo tendrán un lugar de honor Alberto Ullastres, Enrique Fuentes Quintana, Miguel Boyer y Carlos Solchaga.

La gran pregunta ahora es si esta pequeña prosperidad caída del cielo va a ser aprovechada. No hay que olvidar que el fenómeno afecta a todos los países desarrollados y todos ellos están mejorando su posición relativa frente a nosotros. Aquí, con un 8,5% de subida salarial media, que puede suponer un 10,5% por deslizamiento, no están las cosas para grandes alegrías, a pesar de que es casi inevitable que aumente la presión sindical.

El Gobierno debe ser capaz de mantener la línea seguida hasta ahora en concertación social, continuar la reconversión – sobre todo en sectores básicos como el carbón – y dejar actitudes de adolescente ‘progre’ ante la energía nuclear. Si supera en estos casos las fuertes presiones políticas que ha soportado y tendrá que soportar, tendremos que reconocer entonces que esta vez la mayor responsabilidad de lo que pase va a caer sobre los empresarios.

Joaquín Bordiú Ximénez de Embún