29 octubre 1994

El grupo editorial francés lidera el mercado de revistas en España

El Grupo Hacchette Filipacchi asciende a Juan Caño Díaz al rango de ‘vicepresidente editorial’ y a Fausto González al de ‘consejero director general’

Hechos

El 29-10-1994 los diarios económicos anuncian la reorganización de la cúpula directiva de Hachette Filipacchi en España.

Lecturas

El grupo editorial Hachette Filipacchi, frances, ha iniciado un proceso para reorganizar su cúpula directiva en España que tendrá efectos desde el próximo 1 de noviembre. Dentro de este proceso ha designado al hasta ahora consejero delegado D. José Aurelio Herreros de Tejada, adjunto al presidnete.

Además ha nombrado también a D. Patrick Peyrelongue como vicepresidente ejecutivo, a D. Juan Caño Díaz como vicepresidente editorial y a D. Fausto González consejero director general.

Interdeco, empresa de marketing publicitario que comercializa los títulos de Hachette en España, ha nombrado consejero delegado de la compañía a D. Francisco Abad, su actual director general.

D. Patrick Peyrelongue.

Cohabitación

Juan Caño Díaz

Pasando Revista, Pag. 293

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Cuando Gérald de Roquemaurel diseñó la estructura de dirección para el grupo HF en España me explicó que no deseaba dejar todo el poder en mis manos, porque necesitaba que no distrajera ni un gramo de mi potencial creativo con los problemas económicos.

Sabía decisión.

Entonces me nombró vicepresidente (el presidente era él) y yo añadí el apellido de ‘editorial’, vicepresidente editorial, a pesar de que no hubiera otro vicepresidente, porque quería poner de manifiesto mi dedicación primordial al área de editar revistas.

Al mismo tiempo, nombró a Fausto González director general, encargado de la parte económica del negocio. Él había sido seleccionado por una empresa de caza talentos, Egon Zehnder, y provenía de una empresa que fabricaba carburadores de coches.

En aquel tiempo, pobre de mí, pensé que la experiencia de Fausto en cadenas de montaje era un pobre bagaje para trabajar en el sector de revistas. Con el paso del tiempo, cuando llegamos a publicar en la empresa más de treinta revistas, fue muy útil esa experiencia, pues, en realidad, para lo bueno y para lo malo, nos convertimos en una fábrica de revistas.

Tuvimos una cohabitación, un matrimonio. Si yo hubiera detentado el poder absoluto, las revistas creadas habrían sido mejores quizá, pero habrían ganado mucho menos dinero. Fausto era el tío Paco que venía con la rebaja. Rebaja de personal, de páginas, de gramaje de papel… Y, en un negocio, el éxito depende más a la postre de los resultados económicos que de la calidad del producto.

Me costó sangre, sudor y lágrimas aprenderlo y aceptarlo. Yo siempre había puesto por encima de todas las cosas la calidad, pero la realidad te puede venir encima con la fuerza arrolladora de una locomotora.