21 marzo 1992

El grupo francés Hachette está dirigido en España por Juan Caño y Fausto González

El grupo Hachette crea SUPER TELE, que será su segunda revista de televisión en España tras comprar la histórica TELEPROGRAMA (TP)

Hechos

El 16 de marzo de 1992 se publica el primer número de la revista SUPER TELE.

Lecturas

Este 21 de marzo de 1992, cuando la gran fiesta olímpica y cultural se está convirtiendo en el mayor espectáculo de la tele, el Grupo mediático francés Hachette Filipacchi liderado en España por D. Juan Caño Díaz ha decidido crear una segunda revista de televisión que sumar a la que ya tenía, TELEPROGRAMA (TP), para ello ha creado la nueva revista SUPER TELE. Cuesta 90 pesetas y llevaba al presentador D. Jesús Vázquez en la portada, aunque sale el día 21 de marzo de 1992, viene fechado como 16 de marzo de 1992. .

En formato revista, con la explosión de los canales autonómicos y privados, dedicaba sus páginas a la ficción internacional, tanto series como cine, reportajes y entrevistas, pero tiene entre sus planes incluir también en breve otras secciones como agenda de espectáculos, ocio y estilo de vida.

La revista SUPER TELE, cuya primera directora será la periodista Dña. Charo Carracedo, da una gran importancia a su servicio como guía de televisión y radio, pero pretende diferenciarse de TELEPROGRAMA (TP) la gran revista de televisión del Grupo Hachette, incluyendo reportajes alegres.

D. Alfonso Ibarrola será el «Defensor del Telespectador». Una sección de SÚPER TELE que imitando a los ‘defensores del lector’ que tiene algún periódico (principalmente EL PAÍS) tendrá una sección para recoger quejas de los telespectadores.

La sección ‘TeleTropezones’ pretende señalar pifias y errores ocurridos en televisión esa semana.

Siendo el año 1992 no pueden faltar los cómics de Cobi y Petra, las mascotas de las olimpiadas de Barcelona 92, para las partes lúdicas de la revista.

21 Marzo 1992

Porque la televisión es otra cosa

Charo Carracedo

Directora de SUPER TELE

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El 16 de marzo es un día importante para los amantes de la televisión. Es el día en que nace SUPERTELE, una revista ágil  divertida que pretende que usted, telespectador, disfrute más y más de ese extraordinario y mágico aparato llamado televisor. Y es que la tele no es un electrodoméstico perjudicial, como pretenden hacernos creer algunos intelectuales. Es otra cosa. Es información y es comunicación, sí, pero ante todo, es un espectáculo que derrocha ilusión y fantasía y que permite soñar durante la mayor parte de nuestro tiempo de ocio. Por eso, SUPERTELE incluye una programación clara, cuidada información sobre películas de todas las cadenas y un completo calendario sobre las transmisiones deportivas. Además, le proporciona todos los teléfonos y direcciones que necesita para participar en los concursos de la televisión y numerosas páginas prácticas, con carátulas y etiquetas de películas para que organice su videoteca particular… Pero, en fin, juzgue por sí mismo. Esperamos no defraduarle.

Charo Carracedo

No codiciarás los conceptos ajenos: Robo a la maqueta de SÚPER TELE

Juan Caño Díaz

Una historia de amor y un decálogo, 1999 (Pag. 41-42)

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Desarrollaba yo para Hachette, donde trabajaba ya entonces, un proyecto de nueva revista de televisión cuyo nombre clave era ‘Capricornio’, siguiendo la norma que establecí de poner el nombre de un signo del horóscopo a cada nuevo proyecto, para preservar su confidencialidad.

Todo era secreto alrededor de la nueva revista. De hecho, la redacción fue instalada en un piso fuera del edificio central de Hachette en un intento de que no hubiera indiscreciones entre los periodistas de la nueva revista y los de la ya existentes.

Ante mi gran sorpresa, cuando apenas faltaban tres semanas para el lanzamiento del primer número, el entonces consejero delegado del Grupo Bauer, Carsten Otto, que editaba TV Plus, me telefoneó para informarme de lo siguiente: “Juan, me han ofrecido la maqueta completa del número 0 de SÚPER TELE y me han pedido por ella un millón de pesetas. Naturalmente, les he dicho que no la compraba y me apresuro a contártelo”.

Me quedé de piedra. No sólo se sabía ya el nombre de la nueva revista antes del anuncio oficial, sino que cada una de sus secciones y la original forma de facilitar la programación habían sido vistas por uno de nuestros directos competidores, según me enteré después.

Carsten Otto me había cotado que no pagó el millón solicitado, pero me ocultó que envió a un empleado a la cafetería California de Callao para entrevistarse con el vendedor de la información, que resultó ser menos avispado de lo que podría suponerse, ya que dejó ojear su mercancía. Al finalizar el repaso, naturalmente, no merecía la pena pagar un millón de pesetas por esa maqueta. Los elementos más importantes habían sido memorizados por el emisario del Grupo Bauer, Manuel de Haro, hoy gerente de la pujante empresa de servicios editoriales Redes.

Sin contar con otra información, pensé que era de suma importancia averiguar la procedencia de esa grave filtración de información. Si me hubieran advertido de la cita en la cafetería habríamos enviado un detective para pillar in fraganti al empleado desleal o a su representante.

Cualquier cábala nos hacía suponer que alguien de nuestra propia redacción había reproducido las páginas de un número 0 de SUPER TELE para venderlas. Seguramente valían un millón o más para un competidor…

Un competidor había dicho que no. Pero quedaba otro: Mariano Nadal, editor de TELEINDISCRETA, que seguramente se vería afectada por SUPER TELE como así ocurrió, y de CLAN TV. Me atreví a llamarle para asegurarle que yo no creía que él fuera a comprar esa maqueta robada, pero que nos haría un favor a nosotros y a toda la profesión ayudando a descubrir al vendedor si se presentaba por allí.

De verdad yo estaba convencido de que Nadal no iba a comprar un número 0. Al margen de la cuestión ética, lo que conocía de él me indicaba que contaba con reflejos tan rápidos que esperaría a ver el número 1 de verdad de SUPER TELE y, en el mínimo espacio de tiempo, cambiaría lo que quisiera de sus revistas. Aún más, se adelantaría promocionándolas fuertemente para hacer más difícil nuestro despegue.

Nadal quedó muy extrañado de mi llamada y de la historia de la maqueta robada, pero prometió contactarme de inmediato si se la ofrecían.

No se la ofrecieron y nosotros nos quedamos sin saber quién era el empleado desleal. Tras advertir a la directora de la publicación, Charo Carracedo y al director de arte, Miguel Hidalgo, iniciamos una investigación con toda la discreción. La empresa de detectives contratada al efecto nos dio una magnífica noticia: “Todos los empleados de Hachette están fuera de sospecha. Seguramente un oficial de la fotomecánica fotografió las páginas…”.

Son precisamente los servicios auxiliares culpables de las más graves filtraciones en nuestra profesión.