7 noviembre 1988

Juan Caño, exdirector de TV PLUS, asume el cargo de director de TP

El grupo Hachette destituye a Francisco Yagüe como director de la revista TELEPROGRAMA (TP) por su oposición a ‘informatizar la redacción’ instalando ordenadores

Hechos

El 7 de noviembre de 1988 TelePrograma (TP) anuncia el nombramiento de D. Juan Caño Díaz como director en sustitución de D. Francisco Yagüe.

Lecturas

El 31 de octubre de 1988 se publica el último número de la revista TP bajo la dirección de Francisco Yagüe. En el número de 7 de noviembre de 1988 Francisco Yagüe pasa a figurar como ‘Editor’, mientras que como director figura Juan Caño Díaz, Alonso Ibarrola como Subdirector y Óscar Weinberg como Redactor Jefe.

SE CONSTITUYE EL PRIMER STAFF EN LA REVISTA TP:

Desde 1967 el único nombre que figuraba en el staff de la revista Teleprograma (TP) hasta el 31 de octubre de 1988 era D. Francisco Yagüe como director, sin mención a ningún otro cargo.

A partir del 7 de noviembre de 1988 figura como director de TP D. Juan Caño (que ha asumido el cargo de director de publicaciones de todo el grupo Hachette, dueño de TP a través de Ediciones Universales S. A.), desplazando a D. Francisco Yagüe que queda con el cargo honorífico de ‘editor’. Y también entran D. Alonso Ibarrola como ‘Subdirector’ de TP’, D. Óscar Weinberg como Redactor Jefe, y Dña. Charo Ayan como Secretaria de Redacción.

ME HICE CARGO DE TELEPROGRAMA

Juan Caño Díaz

Pasando Revista, 2018

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Hachette y Gérald de Roquemaurel ya tenían una pica instalada en España, una pica que se convertiría en la joya de la corona del grupo, cuya expansión internacional fue imparable desde entonces.

Y yo tuve la enorme suerte de ser fichado justo al comienzo de esa historia de éxitos. Y de establecer una relación de colaboración con Gérald que ha desembocado en profunda amistad.

El primer contrato que me hizo fue como director editorial. Poco más de un año después me nombró miembro del consejo de administración de Hachette Filipacchi España.

Nada más entrar en la empresa como director editorial y segundo del Consejero Delegado, José Aurelio Herreros de Tejada, me hice cargo de TELEPROGRAMA. La experiencia que había acumulado en TV PLUS, de la mano de Bauer me proporcionó los conocimientos precisos para modernizar el producto, que estaba muy anticuado a pesar de su éxito económico.

Toda la revista, menos un cuadernillo central, se imprimía en blanco y negro, lo que presta un aspecto muy triste al producto. Mi primera decisión fue poner color en todas las páginas.

La segunda, instalar ordenadores en todas las mesas. Si había una publicación que pedía a gritos la ayuda del ordenador ésa era TP: las parrillas de programación eran muy repetitivas. Necesitaban exactitud y precisión, algo en lo que los ordenadores nos prestan valiosa ayuda.

Pero me tropecé con un escollo importante: el director de la revista [Francisco Yagüe] odiaba los ordenadores. De hecho, ejercía como comentarista deportivo por las tardes en un periódico, en cuya redacción ya todo el mundo funcionaba con ordenadores menos él, que había atado con una cadenita la máquina de escribir a su mesa para evitar que se la llevaran, como habían hecho a otros recalcitrantes y retrógrados redactores.

Nuestro enfrentamiento desembocó en su dimisión. Y en la mejora inmediata de la revista, que llegó a tener hasta once ediciones diferentes para dar albergue a la programación de las emisoras autonómicas que nacían entonces. Lo habíamos aprendido del TV GUIDE, la revista norteamericana, también de formato pequeño, que tenía hasta 112 ediciones diferentes y vendía la friolera de 14 millones de ejemplares cada semana.  Fue una vaca lechera produciendo beneficios durante cierto tiempo. La compró el magnate Rupert Murdoch por 365 millones de dólares (el mismo número de días del año), igual precio pagado en la sala Sothesby por un coleccionista anónimo en esos días por el cuadro Los Lirios de Van Gogh. El magnate australiano, al comentar su adquisición afirmó: “¡Tanto el cuadro como la revista no son caros, porque son irrepetibles!”.