22 junio 2006

El artífice del nombramiento de Aznar ha sido su yerno, Alejandro Agag.

El Grupo NewsCorp de Rupert Murdoch ficha al ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, como consejero de su empresa

Hechos

Las principales cabeceras de este grupo son el diario The Times de Londres, la cadena de televisión estadounidense Fox News y el diario New York Post.

29 Junio 2006

El consejero de Murdoch

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Aznar ha estado percibiendo pagos, en la práctica equivalentes a un sueldo, de News International, el conglomerado de comunicación controlado por el magnate australiano-americano Rupert Murdoch, desde septiembre de 2004, pocos meses después de salir de La Moncloa, a través de la empresa familiar que montó poco antes con su esposa, Ana Botella. No se sabe muy bien cuáles son exactamente sus tareas y las contrapartidas a los emolumentos del ex presidente. Murdoch, a través de sus medios, y especialmente la cadena global Fox, defendió fervientemente la invasión de Irak, que también apoyó Aznar en las Azores y en otras ocasiones.

Gracias a la información pública proporcionada por News International a la SEC (Securities and Exchange Commission), el equivalente americano de nuestra CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), a propósito de la incorporación de Aznar como consejero del grupo Murdoch, nos hemos enterado de que el ex líder del PP ya estaba cobrando una mensualidad similar desde hace casi dos años a través de la sociedad familiar. El hecho plantea la eventualidad de una incompatibilidad doble, como ex presidente del Gobierno y luego como miembro del Consejo de Estado desde abril de 2005. Si bien Aznar ha esperado los dos años preceptivos para aceptar el nombramiento como consejero, no debe pasar por alto que parece del todo lógico que informara de la constitución de esa sociedad y de esas actividades e ingresos al Registro de Intereses de Altos Cargos, y que luego hiciera lo propio al Consejo de Estado. Que se sepa, no hizo ni lo uno ni lo otro.

Aznar ha destacado desde su salida del Gobierno por su continua crítica fuera de España a la política exterior de su sucesor, una actitud de dudosa elegancia que ha servido para obstaculizar la progresiva normalización de las relaciones entre Washington y Madrid. El presidente de honor del PP ni se ha ido de la política, como dice, ni ha dejado de influir en el clima de crispación de la vida española. Cabe esperar que no sea ésa la tarea para la que le tiene contratado Murdoch.

09 Julio 2006

'Fox & Friends'

Maruja Torres

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Se me repite un sueño que no dudaría en calificar de húmedo si no fuera por su carácter, digamos, secamente premonitorio. Resulta que estoy trabajando en una redacción -ésta, otra: aunque me resulta difícil imaginarme en otra-, y me dicen que me llama el amo porque tiene algo que decirme.

Tomo el ascensor, me elevo los pisos correspondientes, me persono donde debo, se abre la puerta y: ¡Augggggggggg! Me recibe Alejandro Agag.

-Largo de aquí, dentona -me espeta-. Fuera de esta casa.

El sueño me humedece más en cuanto que ha resultado ser redundante y en forma de serial. Resulta que yo vuelvo a estar en una redacción, después de haber sido expulsada por dentona de la anterior, y me comunican que vaya a ver al principal.

Se abre la puerta del principal y:

-¡A la puta calle! -grita Alejandro Agag, quien, ahora me fijo (durante el primer despido me hallaba demasiado atacada para percatarme), tiene colgado detrás un retrato de José María Aznar sentado ante una mesa, con los pies encima y un friso de cabezas disecadas de enemigos mediáticos adornando la pared.

Noche tras noche, me duermo entre sudores fríos (es curioso, pero nunca nos dormimos entre sudores calientes: así es la vida, lo caliente te lo tienes que ganar despierto, tanto si se trata de comida como si hablamos de sexo). Me duermo, etcétera, y me despierto también entre sudores gélidos (siguiendo la lógica de la narrativa onírica). No falla. Hecha una malva, me encuentro en una nueva redacción, mucho más cutre que las anteriores, rodeada de redactores de la Cope que me dan golpes con Jiménez, y cuando se cansan de dármelos con Jiménez me propinan obispazos y cardenalicios.

Ahora nadie me dice nada. Mientras me desangro aparecen Rupert Murdoch, Alejandro Agag y José María Aznar y profieren estruendosas -e infernales- carcajadas, mientras yo gimo:

-Ya tenía razón aquel párrafo de la Biblia citado por Lillian Hellman acerca de guardarse de las pequeñas zorras que se aferran a la vid hasta que la destrozan. O algo por el estilo.

Entonces despierto (entre sudores y etcétera), pero no tengo consuelo, porque sé que es una pre-mo-ni-ción, una deducción magistral -que Juan Cueto ya apuntó en su columna de televisión de este diario hace un par de semanas-, debida al hecho de que sé sumar. Y la suma «Magnate ultraconservador de la comunicación mundial» más «El Decimocuarto Consejero» (Aznar, El Vengador Mediático), más «El Yerno Alegre» (Alejandro Agag ya acompañó a Rodrigo Rato a la Bagdad de Sadam Husein cuando el asunto Petróleo por Alimentos, que alguien me cuente qué hacía), la suma de estos ingredientes da muchísimo de qué preocuparse.

Mis pesadillas no carecen de fundamento. En un artículo escrito por Donald Trelford y publicado en The Independent el 26 de junio, se aventuraban dos tesis. Una, que la prensa escrita anglosajona está anquilosada. Dos, que los listos abren nuevos mercados en India y otros países de Asia. Y que el más listo de todos, Rupert Murdoch, a pesar de haberlo desmentido, parece tener interés en invertir en España, y que podría interpretarse en esta clave que haya abierto las puertas de su muy cuidadoso consejo de administración al anterior presidente del Gobierno español.

Permítanme que haga una pausa para darme cabezazos contra la pared, aullar, arrancarme los pelos y ducharme en frío.

Realizado ello, paso a insistir en el asunto. ¿No creen que tiene mucha lógica que el visitante del rencor, JMA, ahora investido y avalado por el millonario padrino de su hija -ha tenido el talento de no fichar por el imperio de Berlusconi, el otro padrino: aunque siempre podrá echar una manita-, regrese para preparar una asonada mediática? Cuando el ciudadano Rajoy haya tocado fondo en sus encuestas, Él volverá, volverá como vuelve el ave rapaz a su nido, volverá y nos enteraremos de lo que valen Fox & Friends.

Ni se les ocurra tomar a chacota mi mal sueño. En lo que a mí respecta, me retiraré a Delfos, a oficiar de ayudante de pitonisa, o pitona de Occidente. Una vejez tranquila. Escupiendo.