16 febrero 1994

La pugna entre la OPA de Viacom y la de sus rivales se prolongó durante un año

El grupo Viacom del magnate judío Sumner Redstone compra la productora Paramount tras una encarnicada lucha con QVC

Hechos

El 15.02.1994 se hizo efectiva la compra de Paramount por el grupo Viacom que incluía la compra de la cadena de videclubs Blockbuster.

Lecturas

EL NACIMIENTO DE VIACOM COMO GRUPO

viacom111 La empresa Viacom ha pasado a convertirse en todo un imperio mediático ya que junta en una misma matriz cadenas de televisión de éxito como MTV o la infantil NICKELODION, con la cadena de videoclubs ‘Blockbuster’ y, ahora, con los Estudios Paramount.

Cinco meses y dos días después de presentar su primera oferta de 8.200 millones de dólares (1,1 billones de pesetas) Viacom ha logrado comprar Paramount, al hacerse con el 75% de las acciones del estudio de cine. Viacom pagará por Paramount alrededor de diez mil millones de dólares (1,4 billones de pesetas).

Se cierra así la batalla financiera más importante de la industria de Estados Unidos desde los ochenta. El perdedor es QVC, la cadena de televisión por cable que lanzó una OPA hostil sobre Paramount.

Los accionistas que todavía no hayan elegido vender sus acciones a Viacom o QVC deberán decidirse antes del 1 de marzo. Igualmente, los accionistas que prefirieron vender sus acciones a QVC tendrán hasta la misma fecha de plazo para cambiar su venta a  Viacom. Viacom pagará 107 dólares por acción al 50,1% de los accionistas de Paramount que hayan aceptado su oferta. El resto del capital lo pagará con emisión de deuda.

Tras la compra de Paramount, Viacom deberá cerrar su fusión con la cadena de distribución de videos Blockbuster. Esta operación está siendo muy criticada por los accionistas minoritarios de Blockbuster, debido a la caída del precio de la cotización de Viacom en Bolsa. Una vez resuelta esta cuestión, la nueva compañía tendrá que desinvertir para reducir la deuda.

Líderes

Cuando Viacom y Paramount anunciaron su fusión, comentaron que su objetivo era liderar la industria de las comunicaciones con vistas a la puesta en práctica de la superautopista electrónica.

El nuevo grupo está presente en el negocio de televisión por cable, programación de cine y televisión, distribución de vídeo y tiendas de música, editorial, estaciones de radio, parques de atracciones, y en los equipos de baloncesto y hockey sobre hielo en Nueva York.

16 Febrero 1994

Viacom absorberá Paramount tras vencer en la guerra de OPAs

Marti Saballs

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Cinco meses y dos días después de presentar su primera oferta de 8.200 millones de dólares, (1,1 billones de pesetas) Viacom ha logrado comprar Paramount, al hacerse con el 75% de las acciones del estudio de cine.

Viacom pagará por Paramount alrededor de diez mil millones de dólares (1,4 billones de pesetas).

Se cierra así la batalla financiera más importante de la industria de Estados Unidos desde los ochenta.

El perdedor es QVC, la cadena de televisión por cable, que lanzó una OPA hostil sobre Paramount.

Los accionistas que todavía no hayan elegido vender sus acciones a Viacom o QVC deberán decidirse antes del 1 de marzo. Igualmente, los accionistas que prefirieron vender sus acciones a QVC, tendrán hasta la misma fecha de plazo para cambiar su venta a Viacom. Viacom pagará 107 dólares por acción al 50,1% de los accionistas de Paramount que hayan aceptado su oferta. El resto del capital lo pagará con emisión de deuda.

Tras la compra de Paramount, Viacom deberá cerrar su fusión con la cadena de distribución de videos Blockbuster. Esta operación ha sido muy criticada por los accionistas minoritarios de Blockbuster, debido a la caída del precio de la cotización de Viacom en Bolsa. Una vez resuelta esta cuestión, la nueva compañía tendrá que desinvertir para reducir deuda.

Lideres.

Cuando Viacom y Paramount anunciaron su fusión, comentaron que su objetivo era liderar la industria de las comunicaciones, con vistas a la puesta en práctica de la superautopista electrónica.

El nuevo grupo está presente en el negocio de televisión por cable, programación de cine y televisión, distribución de video y tiendas de música, editorial, estaciones de radio, parques de atracciones, y en los equipos de baloncesto y hockey sobre hielo de Nueva York.

18 Febrero 1994

Tres superempresas, ya, en la «autopista de la información»

Carlos Fresneda

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PRIMERO fue el bombazo Time-Warner; después, «la fusión del siglo» entre Bell Atlantic y TCI; y ahora, el «matrimonio» Viacom-Paramount, el tercer y recién nacido coloso multimedia que compite por construir la primera «autopista de la información».

Estados Unidos pretende adelantarse cinco años al siglo XXI. En 1995, la simbiosis perfecta entre comunicación, ocio e informática dejará de ser una utopía para convertirse en delirio (o quizás en una pesadilla). También lo llaman la «revolución interactiva»…

Televisor, ordenador y teléfono serán todo uno. Ya no se hablará de espectadores, sino de «interactores» capaces de traspasar desde el sillón de casa las fronteras más inimaginables. Salir de casa será un capricho.

La «revolución interactiva» lleva fraguándose desde hace diez años. La tecnología estaba ya ahí; sólo faltaba esperar ese momento que los expertos llaman «la madurez del mercado».

La fusión de Viacom y Paramount, consumada esta misma semana, es un paso de gigante en ese camino: una inmensa red de telecomunicaciones se pone al servicio de una de las principales multinacionales del ocio.

Se calcula que el nuevo coloso facturará al año billón y medio de pesetas. Directamente, la Viacom-Paramount ha pasado a ocupar el tercer lugar en el «ranking» de empresas multimedia, detrás de Bell Atlantic-TCI y de Time-Warner.

El presidente de Viacom, Sumner Redstone, se coloca así entre los nuevos «grandes hermanos» de la comunicación con su imperio que incluye la productora de cine Paramount, la cadena de televisión musical MTV, la prestigiosa editorial Simon & Schuster, una veintena de cadenas de televisión por cable, el Madison Square Garden de Nueva York y el equipo de baloncesto de los Knicks, entre otras menudencias.

La fusión se llevaba fraguando desde septiembre del año pasado, pero la «boda» tuvo que aplazarse porque a última hora salió un «novio» imprevisto, QVC Network, que asaltó la Paramount a caballo de una OPA hostil.

Al final, con tribunales de por medio, Viacom hizo valer su derecho de pernada por la nada despreciable cantidad de 10.000 millones de dólares (casi billón y medio de pesetas). El QVC Network de Barry Diller tendrá que apurarse para buscar otro socio: cada vez van quedando menos. Entre las multinacionales «casaderas», la Walt Disney, la Sony-Columbia y la MCA.

La compañía AT&T, que controla casi todo el mercado de la telefonía internacional en Estados Unidos, está moviéndose también para no quedar fuera de juego. El verano pasado firmó un acuerdo con McCaw Cellular, la empresa más importante de teléfonos portátiles.

Pero el primer eslabón de la cadena, el que allanó definitivamente el terreno a las autopistas informativas, fue el de la Time con la Warner. El gigante multimedia acaba de dar un nuevo paso hacia la televisión interactiva con el acuerdo firmado con US West, la quinta empresa de telefonía del país.

En octubre del año pasado llegó «la fusión del siglo» entre la compañía telefónica Bell-Atlantic y Telecommunications Inc. (TCI), líder de la televisión por cable. El nuevo coloso se encaramó automáticamente al primer puesto del «ranking» multimedia (en cuatro billones y medio de pesetas se cerró la operación).

La tendencia está muy clara; lo que está aún por ver es la respuesta del mercado. Y es que los antecedentes no son que digamos nada alentadores.

Ya en 1980, la cadena Knight-Ridder puso en marcha sin demasiado éxito en Florida el primer experimento de televisión interactiva. Nueve años después, la J.C. Penney se gastó 106 millones de dólares en un proyecto de telecompra que cerró con más pena que gloria. La Sears Roebuck y la IBM lo intentaron un año más tarde y perdieron 800 millones de dólares en otro experimento llamado Prodigy Services Corp.

Los expertos en «marketing» justifican el triple fracaso por una misma y simple razón: sobreestimar las necesidades de la demanda. ¿Pasará ahora lo mismo? ¿No tiene ya bastante la gente con «escuchar» el televisor como para encima ponerse a «hablar» con él? El tiempo es sabio consejero…