16 agosto 1975

La marca 'PROA' fue reclamada por el titular Juan Bautista Cendrós

El Jefe de la Prensa del Movimiento, Emilio Romero, modifica el nombre su periódico en León: de PROA a LA HORA LEONESA

Hechos

El 16 de agosto de 1975 el periódico PROA tuvo que modificar su nombre por LA HORA LEONESA.

Lecturas

Por instancias del Delegado Nacional de Prensa y Radio del Movimiento, Emilio Romero Gómez, el periódico de la Cadena del Movimiento en León, Proa, pasa a denominarse La Hora Leonesa, una imagen renovadora con la que Romero Gómez busca tratar de subir la venta del deficitario medio. El primer número de La Hora Leonesa se publica el 15 de agosto de 1975.

16 Agosto 1975

EDITORIAL EXPLICANDO EL CAMBIO DE NOMBRE

La Hora Leonesa

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Pero navegar es necesario, dijo el poeta. Y ya estamos con la nueva denominación: LA HORA. La hora de todos, pero fundamentalmente, porque tal es nuestra consigna y nuestro destino, la hora de nuestra provincia, necesitada de buenas naves que lleven su nombre y que vigilen sus costas.

Cuando, también en una hora especialmente apretada de la historia de la patria – grande y pequeña, ancha y entrañable – salimos a la calle proclamando nuestra fe y dando testimonio de nuestras esperanzas para el mejor futuro de los españoles, el nombre marinero de PROA fue acogido sin sorpresa, porque, León es puerto de tierra adentro, y en sus cantares algo se dice del amor y del arriar de las velas para aprovechar las noches estrelladas para el amor.

Y las buenas gentes leonesas, las de la ciudad y las del campo; las del cemento y las del surco, acogieron nuestra PROA con el alborozo de algo suyo, con la confianza de una bandera.

Y así, durante cuarenta años. Toda una vida. De generación en generación se transmitió no tanto el mensaje, porque no habíamos nacido para proclamaciones, sino para confirmaciones, sino el pensamiento, la fe, la esperanza y el amor con que PROA se lanzaba a la conquista de su inmenso pequeño mundo. 

Tocamos, pues (que tal era y es nuestro cometido), en todos los puertos, siempre en son de paz, pero sin eludir el compromiso serio de la pelea, cuando defensas sagradas nos lo imponían. Y conseguimos – lo demuestra la audiencia – ese margen de confianza que se otorga a quienes navegan a bandera alzada contra viento y marea por la dignidad de los españoles. Que es la consigna de Franco y de su sucesor, el Príncipe de España. 

Y como nadie había que sustituirla, porque nada ni nadie nos impedía continuar nuestra navegación, pensamos en un nombre, una idea, un concepto, algo que nos sirviera adecuadamente para seguir contemplando nuestras tierras, para seguir penetrando en nuestras gentes, para seguir en pie sobre cubierta, dando al viento nuestros descubrimientos y también advirtiendo de nuestros riesgos. ¿Y qué mejor nombre que el de LA HORA?

La hora de España, la hora de León, la hora del mundo, que nos ha tocado vivir; la hora que nos anuncia, por todos los relojes, que ahora y en la hora de nuestro momento es cuando debemos sentirnos con mayor ilusión para cumplir lso compromisos que tenemos contraidos. Los mismos compromisos que cuando abríamos caminos en el mar informativo bajo el signo, ya memorable, de PROA. 

LA HORA LEONESA