El jefe de la productora La Fábrica de la Tele, Óscar Cornejo, se casa con el dirigente del PSC, Jaume Collboní

Ayer por la mañana se casaron en Barcelona dos mundos que no sabíamos que podían congeniar. La hipermodernidad emparentó con la España de Torrente, la educación en valores con el griterío salvaje, el Parlamento catalán con ‘La Noria’ y las élites políticas con Belén Esteban. La izquierda catalana de Jaume Collboni -el gurú del márketing, el chico más listo y moderno de la última hornada del PSC- se casó con el hombre que desde la sombra moldea el cerebro de millones de españoles a través del mando de la tele.

Óscar Cornejo, uno de los novios, no figura en ninguna lista de las personas más poderosas de España. Por un error evidente de los que hacen las listas. Cornejo es muy poderoso, muy influyente y muy rico gracias a que tiene la capacidad de moldear la mente de los ciudadanos. Muchos políticos matarían por eso. Este novio es el autor intelectual de los programas más vistos de TELECINCO, el creador de una realidad virtual que se superpone a la real hasta confundirse con ella, el hombre que está entonteciendo a una parte de la sociedad con las aventuras de personajes que nacen, viven, se desarrollan y se pelean en las salas de estar de pueblos y ciudades. Cornejo es el personaje diabólico que interpretaba Ed Harris en El show de Truman. «Escúchame, Belén, ahí fuera no hay más verdad que la que hay en el mundo que he creado para ti». Este hombre que rivaliza con los maestros y con los catedráticos de Universidad en la educación de los jóvenes por fin ha dado la cara y ha sido para casarse por todo lo alto. Paolo Vasile sólo es el hombre que le paga. Cornejo es quien mueve los hilos de un mundo que a todos avergüenza y que nadie quiere reconocer como suyo, aunque es un poco de todos porque tiene audiencias millonarias. «Yo no suelo ver esos programas, pero el otro día haciendo zapping…». Mucha gente acalla así su mala conciencia.

Cornejo y Collboni son listos, modernos, suficientemente preparados, han viajado mucho, viven con naturalidad en las redes sociales. Pero a la hora de casarse han optado por una boda tradicional, como las de toda la vida. Una hermosa mañana en el paraíso de Truman.

Lucía Méndez