15 abril 1912

El lujoso trasatlántico británico Titanic se hunde tras chocar con un iceberg muriendo 1514 personas de los 2223 tripulantes

Hechos

La noche entre el 14 y el 15 de abril de 1912 se hundió el trasatlántico Titanic en su viaje inaugural.

Lecturas

Ningún accidente naval ha conmocionado tanto al mundo como el hundimiento del trasatlántico de lujo Titanic. En la noche del 15 de abril de 1912, el flamante vapor británico colisionó con un Iceberg frente a las costas de Terranova, hundiéndose poco después.

John_Edward_Smith John Edwards Smith, capitán del Titanic, sobrestimó la capacidad de su barco al no reducir la velocidad. Permaneció en el barco hasta el final figurando entre los fallecidos.

El Titanic, botado el 31 de mayo de 1911 en el célebre astillero Harland & Wolff de Belfast, se presentó como el barco de pasajeros más grande y lujoso del mundo. Sus flancos parecían poderosos acantilados de acero. El gigante de los mares poseía una eslora de 269 metros y una manga de 28 metros. Sus tres máquinas, que tenían una potencia de 50.000 CV, podían impulsar el barco, de 46.328 trb, a una velocidad de 28 nudos a través de mares y océanos. Con ocho cubiertas de acero, y un doble suelo subdividido en cámaras y 16 compartimentos estancos, que en opinión de todos los expertos podían evitar cualquier vía de agua, el Titanic contaba con los últimos avances técnicos en el sector de la construcción naval. Pero sus catorce lanchas y dos balandras salvavidas sólo podían dar cabida a 1.100 personas, apenas la mitad de la cantidad máxima de pasajeros y tripulación admitidos por el buque.

El 10 de abril de 1912, cuando poco después del mediodía zarpó de Southampton con destino a Nueva York, los miembros de la alta sociedad se arremolinaban en las cubiertas superiores: nada menos que 57 millonarios se habían apuntado al viaje, y su primera travesía estaba destinada a ser el acontecimiento social de la temporada. Por debajo de la línea de flotación viajaban en condiciones más modesta los menos pudientes, aunque tanto unos como otros estaban seguros de que aquel barco de ensueño los llevaría sanos y salvos a América. El capitán John Edward Smith, expeirmentado oficial de la White Star Line, conducía el Titanic a una velocidad de más de 22 nudos por la ruta habitual. La tarde del 14 de abril un domingo, todo estaba en perfecto orden. Hacía un frío glacial y el mar se hallaba en completa calma. Desde su puesto en la cofa del mástil, Frederick Fleet vigilaba la posible presencia de icebergs. La estación de radio había recibido una serie de advertencias en este sentido, por lo que el capitán Smith estableció un servicio de vigilancia especial, pero no ordenó aminorar la velocidad.

Hacia las 23.40, Fleet vio surgi un impedimento en medio de la oscuridad. Hizo sonar tres veces su campana de alarma y anunció al puente: «¡Iceberg a la vista!». La proa del gigantesco barco viró a babor, pero ya era demasiado tarde. Como una navaja de afeitar, el iceberg abrió en el blanco del barco una grieta de 90 metros de largo, y los primeros cinco compartimentos estancos se llenaron de agua.

Las escenas que siguieron han dado origen a una serie de leyendas sobre heroísmo y cobardía: sobre el miedo del director de la compañía White Star Line, J. Bruce Ismay, que se aseguró en seguida un puesto en uno de los botes salvavidas; sobre las vanas señales de socorro enviadas por el barco y sobre el asombro causado por la banda de música de a bordo, que interpretó la canción Otoño mientras la nave se hundía.

El balance de la catástrofe fue trágico: 1.503 personas murieron y 703 lograron salvarte. A partir de entonces se incrementaron notablemente las medidas de seguridad en la construcción de barcos de pasajeros.

Otras catástrofes navales famosas serían el ‘Empress of ireland’ (1914), el Hsin Yu (1916), el Kian Ya (1948), el Novorossik (1955), el Herald of Free Enterprise (1987) y el Estonia (1994).