14 marzo 2000

El PP presentó una demanda contra la SER ante la Junta Electoral Central

El programa ‘A Vivir…’ de Fernando G. Delgado en la SER vincula al Partido Popular con los asesinos de Federico García Lorca

Hechos

  • En la mañana del 12.03.2000 (día de celebración de elecciones generales) en el programa de ‘A Vivir que son dos Días’ de la Cadena SER se indicó que los asesinos de D. Federico García Lorca ‘o lo que quedara de ellos’ votarían al Partido Popular.

Lecturas

Fernando González Delgado (‘Fernando G. Delgado’) declaró en antena en el programa ‘A vivir que son dos días’ de la mañana del 12 de marzo de 2000 de que ‘los que asesinaron a Federico García Lorca o lo que queda de ellos, votan al Partido Popular’. El 14 de marzo de 2000 Jaime Campmany Díez de Revenga dedica su artículo en ABC a criticar

El Partido Popular presentó un recurso contra la Cadena SER en la Junta Electoral asegurando que la emisora había alterado la jornada de reflexión por aquel caso, aunque aquel recurso quedó en nada.  Por su parte el columnista de ABC, D. Jaime Campmany, optó por responder al Sr. Delgado en su artículo ‘El Yeyuno’ en clave de humor: «Si uno cayera en la tentación de responder en el mismo terreno, sería posible decir que esos que venían de matar a García Lorca y votaban al PP lo hacían para evitar que ganaran las elecciones los que venían de asesinar a Calvo-Sotelo.»

14 Marzo 2000

EL YEYUNO

Jaime Campmany

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Si uno cayera en la tentación de responder en el mismo terreno, sería posible decir que esos que venían de matar a García Lorca y votaban al PP lo hacían para evitar que ganaran las elecciones los que venían de asesinar a Calvo-Sotelo.

Ya decía yo que estas elecciones más que perderlas Joaquín Almunia, las iba perder Jesús Polanco, aunque el que ha dimitido haya sido Almunia y Polanco no. Los medios del ‘grupo de presión’ (Iñaki Gabilondo dixit, oh, el divino subconsciente), PRISA digo, a pedida que avanzaba la noche electoral se ponían enloquecidos, igual que las hormigas cuando alguien les ciega el hormiguero. Los rodrigones de la Casa también. Daba ternura escuchar en televisión a Miguel Ángel Aguilar negar los datos del escrutinio y agararse a la brocha cuando ya la realidad habíaquitado la escaler, no rendirse ni ante la evidencia y repetir como un papagayo en rojo el editorial de EL PAÍS de aquella mañana electoral. Cuitadiño.

Desde el principio de la campaña y de la precampaña, Jesús Polanco había enviado todas sus huestes a luchar contra el Partido Popular, y el sábado de reflexión y el domingo de urnas seguían batallando casa por casa, elector por elector. Los micrófonos de la SER continuaban dando discursos de Joaquín Almunia mientras las urnas se llenaban de papeletas de Aznar, y los redactores y tertulianos de la emisora lanzaban proclamas sobre los pacíficos ejércitos de votantes tratando de remediar lo que ya parecía irremediable. La SER dejaba de ser un medio informativo para convertirse en un altavoz del frente y planteaba la confrontación electoral como una arenga para llamar a una nueva pelea a muerte entre idoelogías.

El Partido Popular hubo de presentar dos denuncias, una ante el Juzgado de guardia y otra ante la Junta Electoral Central. Aquello que hacía la SER era una forma de perturbar el libre ejercicio del sufragio, y proseguir la propaganda cuando ya los colegios electorales tenían las puertas abiertas y las urnas dispuestas. Pero lo más chusco de todo cuanto se dijo por aquellos micrófonos polanquistas en el soleado domingo de las urnas fue lo de ‘la derecha que mató a García Lorca’. En un espacio de la SER titulado ‘El Mirón’ informaron galantemente al personal votante de que ‘a Federico García Lorca lo asesinó la derecha por ser maricón, y esa misma derecha es la que hoy puede ganar las elecciones’.

Se supone que ante tal anuncio todos los maricones del Reino que estuvieran al loro correrían desalados hacia los colegios electorales para votar a la izquierda, ante el temor de que los pasaran a todos a cuchillo o los degollaran y acabaran con ellos como Herodes acabó como los Santos Inocentes. Pero es que, además, el intrépido periodista y galardonado escritor Fernando G. Delgado (nunca he sabido de qué palabra es inicial esa ‘G’, aunque ahora puedo imaginarlo) abundó en el argumento y afirmó, también por los micrófonos de la SER, que los mismos que ‘asesinaron a García Lorca o lo que queda de ellos votan al PP’. Suponiendo que los que fusilaron a García Lorca tuvieran entonces 25 años, ahora tendrían 89. Un aguerrido piquete de votación.

Si uno cayera en la tentación de responder en el mismo terreno, sería posible decir que esos que venían de matar a García Lorca y votaban al PP lo hacían para evitar que ganaran las elecciones los que venían de asesinar a Calvo-Sotelo. Y ya estábamos en los garrotazos goyescos. Decir eso en un día de elecciones democráticas es peor que una perversidad. Es una gilipollez, gilipolluá, que decía el pobre Tip. Lo más cachondo de este caso es que el autor de la frase no duraría ni tres minutos en una conversación sobre García Lorca, porque ése no ha pasado del ‘Romancero gitano’ y habría que sentarlo antes en un pupitre a estudiarse la edición de su vecino de página García Posada. Cuitadiño también el Yeyuno.

Jaime Campmany