El Real Madrid de Bernd Schuster es derrotado en la Copa del Rey y fracasa en sus deseos de conseguir un ‘triplete’

Catorce años lleva el Madrid sin ganar la Copa. Ya está claro que al menos será otro más. Ayer hizo lo que pudo, pero no le alcanzó para eliminar al Mallorca, un joven enemigo del madridismo que amenaza con ingresar en la escuadra de las clásicas bestias negras del club: Barça, Bayern, Juventus… y ahora Mallorca, claro que sí. Aguantando atrás mientras pasaba la borrasca (el Madrid hizo un buen primer tiempo sin premio) y moviéndose después, el Mallorca sacó del Bernabéu la clasificación. El Mallorca ha obtenido brillantes beneficios del Bernabéu en los últimos años. Eso es lo que hay.

En fin, está visto: la Copa no le prueba al Madrid. No sé del todo por qué, pero desde que conozco al Madrid la Copa le resulta como una visita incómoda. El primer partido que vi en televisión, en casa de un amigo ‘pudiente’ de mi padre, fue la final de Copa de 1960. El Madrid venía de ganarle 7-3 al Eintracht en la final de la Copa de Europa y 8-1 al Athletic de Bilbao (3-0 en la ida) en semifinales de Copa. En aquel suculento salón presidido por la diabólica pantalla de la tele yo escuchaba. «Siete al Eintracht, ocho al Bilbao… nueve al Atleti». Pues no. Ganó el Atlético, 3-2, si no recuerdo mal.

Desde entonces asisto sin explicación a persistentes cantadas del Madrid en la Copa. Le he visto caer inapelablemente en el Salto del Caballo, como le he visto salir goleado de Valencia, de Mallorca, de Zaragoza… En este último caso Casillas apeló al espíritu de Juanito, pero no alcanzó. Anoche, una vez más, el Madrid cayó en la Copa. De nada sirvieron los errores arbitrales a su favor (que los hubo) en la ida. Pasa el Mallorca. El Madrid va fuera. En la Liga se escapa, en la Champions aspira a un largo recorrido. Pero en la Copa no está. Los que están son otros. Así son las cosas. Al Madrid no le prueba la Copa.