9 junio 1989

A petición de los dirigentes del banco BBV, el banco Banesto presionó al periódico para que no actuará contra los dirigentes de esa entidad

El semanario EL INDEPENDIENTE pasa a convertirse en periódico y continuará dirigido por Pablo Sebastián

Hechos

El 18.05.1989 el Consejo de Administración de Ediobser la empresa editora de la revista semanal EL INDEPENDIENTE decidió convertirlo en un periódico diario. Su director seguiría siendo D. Pablo Sebastián

Lecturas

El semanario El Independiente que dirige Pablo Sebastián Bueno anuncia en su número del 9 de junio de 1989 que deja de ser revista para pasar a ser un periódico diario. La empresa editora seguirá siendo Ediobser cuyo presidente seguirá siendo Luis González Seara y cuyo consejero delegado iba a ser Francisco Gayá González.

El día 15 de junio de 1989 se hace público que Francisco Gaya González abandona el proyecto de El Independiente de Ediobser para incorporarse al nuevo proyecto de El Mundo que está montando la nueva empresa Unidad Editorial, donde se le ofrece la posibilidad de convertirse en el accionista mayoritario.

El día 20 de junio de 1989 El Independiente anuncia la sustitución de Gayá González como consejero delegado por dos Consejeros Delegados: Carlos García Pardo y el propio Pablo Sebastián Bueno. En el capital de Ediobser el accionista mayoritario será constructor José Osinalde como accionista mayoritario.

El Independiente no llegará a tener suficiente tirada como para estar sometido al OJD, pero el EGM le adjudicará una tirada de 152.000 ejemplares.

 

16 Mayo 1989

EL INDEPENDIENTE negocia con la editora del DAILY TELEGRAPH

CINCO DÍAS (portada)

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Ediobser, empresa editora del semanario EL INDEPENDIENTE, negocia con el grupo conservador que publica el periódico británico DAILY TELEGRAPH la entrada de este último en el capital, según trascendió en fuentes solventes.

Ediobser impulsa una ampliación de capital de 1.000 millones de pesetas a fin de convertir el semanario en diario. Los tradicionales apoyos financieros de EL INDEPENDIENTE sugirieron la necesidad de entrada de nuevos socios.

09 Junio 1985

EL INDEPENDIENTE se convierte en diario nacional

Pablo Sebastián Bueno

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Nuestro semanario no acudirá a su próxima cita en los quioscos porque este será el último número de una etapa que nosotros consideramos brillante en el periodismo semanal de nuestro país. Han pasado algo más de dos años, ciento cinco semanas, desde que EL INDEPENDIENTE salió a la calle con la intención de ocupar un lugar de prestigio y de credibilidad en la prensa semanal y convencidos de la necesidad de abrir en plena democracia española un nuevo espacio informativo que tomara el relevo en la iniciativa que otras prestigiosas publicaciones tuvieron hace ya más de diez años durante la transición democrática. Creemos que hemos cumplido la primera parte de nuestros objetivos, y ocupado un lugar informativo y editorial. Estamos en condiciones profesionales y empresariales de abordar una segunda etapa más ambiciosa con la conversión del semanario en diario en fecha muy próxima, dentro de unas semanas, cuando quede ultimado nuestro proyecto empresarial, periodístico y tecnológico.

El cierre del semanario y la pronta llegada del diario no quiere decir que esta empresa renuncie al tratamiento semanal de la información y opinión de los grandes temas de la actualidad española e internacional, porque para ello hemos diseñado un proceso gradual de recuperación en los domingos del estilo informativo y editorial de nuestro semanario, completando así el trabajo cotidiano que dedicaremos al seguimiento intensivo de la actualidad. Va a cambiar, eso sí, el formato manteniendo nuestro diseño clásico pero reduciendo las proporciones hacia un diario standar más manejable pero sin duda innovador en la prensa diaria española. La novedad afectará también a nuestro proceso de impresión y de fotocomposición con la llegada de modernos sistemas de edición que van a sustituir a diario los servicios espléndidos de los trabajadores de los talleres del diario YA y de la empresa S. A. F.. En la redacción se incorporan prestigiosos profesionales que completarán el equipo ya probado de excelentes redactores y colaboradores de nuestro semanario. También contaremos con refuerzos en las áreas de gestión de la empresa, así como de las comerciales de publicidad y de distribución para conseguir alcanzar todo el territorio nacional.

La línea editorial e informativa de EL INDEPENDIENTE diario está ya dibujada en la colección entrañable para nosotros y para nuestros lectores de este semanario que lleva en su cabecera el lema de ‘nuestra libertad está en tus manos’, que seguirá en la portada del diario donde volveremos a encontrarnos. Quedan atrás unas hermosas páginas del periodismo español que creemos que marcaron un estilo en unos tiempos difíciles para la libertad de expresión y que nosotros hemos escrito semana a semana con la sola intención de ser ante los ciudadanos puntuales testigos de una inolvidable experiencia periodística.

Pablo Sebastián

09 Junio 1989

Nueva singladura

Luis González Seara

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EL INDEPENDIENTE, semanario nacido en una sociedad que está quemando a plazo corto sus etapas, después de dos años de navegación por mares sembrados de escollos cancela su aventura informativa semanal para emprender una nueva salida diaria, que los profeta del infortunio se complacerán en imagina digna del hidalgo manchego. ¿Un diario más? ¿Es que, por ventura, existen condiciones favorables para emprender singladuras periodísticas en un país que ha mostrado siempre recelo hacia las personas que leen? ¿No hay ya demasiados periódicos para tan escasos lectores? Las preguntas pueden parecer la expresión acabada de lo sensato, pero la oportunidad de una empresa se valora también por la dimensión de sus fines y la voluntad de quienes la emprenden. EL Zaratustra de Nietzsche reflexionando sobre sus metas y sus puertos de destino, se preguntaba: “¿Un viento propicio? ¡Ay, sólo el que sabe adónde va sabe también que viento es propicio para él”. EL INDEPENDIENTE se propuso informar de lo que pasa, sin censuras previas, sin miedo a las tempestades. Un grupo de empresarios y profesionales apoyó el proyecto y un equipo ilusionado de periodistas procuró, semana tras semana, servir a los lectores una información independiente y crítica, que pudiera contribuir a la consolidación de una forma de vida democrática y al conocimiento de hechos y circunstancias que pudieran ayudar a los ciudadanos a formar sus opiniones y a clarificar las realidades de su tiempo. Y sólo los lectores pueden valorar el acierto o las carencias de lo que se ha contado. Muchas y prestigiosas firmas han honrado con su colaboración las páginas de EL INDEPENDIENTE a lo largo de sus dos años de existencia; muchas y diversas opiniones se han podido contrastar en ese tiempo. No es una fórmula de cortesía agradecer, a todos los que han hecho posible esa cita informativa semanal, el conjunto de reflexiones y noticias que ha enriquecido nuestra conciencia, personal y pública. En un mundo que siente más que nunca la exigencia de la libertad y que, por ello mismo, sufre la decepción profunda de los atropellos de que es víctima en la práctica cotidiana, se precisa una información limpia y abierta que ponga al descubierto la manipulación y la mentira. Hegel repetía que el ignorante no es libre; debemos un reconocimiento profundo a quienes ensanchan nuestra libertad reduciendo nuestra ignorancia. Una revista, un diario, un semanario, deben ser caminos de liberación y atalayas para vigilar el riesgo de la servidumbre. Cuando sirven a ese ideal, su misión está cumplida.

EL INDEPENDIENTE muere como semanario para nacer como diario. Su nueva navegación se inicia en una época grávida de incertidumbre. El mundo nos ofrece la reforma esperanzada hacia las libertades en los países del llamado socialismo real, pero nos muestra igualmente la intolerancia de los integrismos y fundamentalismos o la represión bárbara sufrida por quienes reclaman libertades democráticas; el mundo nos ofrece la multiplicación de los medios informativos, el despliegue universal de los mensajes en la inmensidad tecnológica de la estereofonía comunicativa, pero nos muestra también las manipulación propagandistas de toda laya, el control partidista de los medios, la persecución y caza del informador molesto. No es fácil, ni es cómodo hacer periodismo independiente. Los demás poderes procuran doblegar, a veces silenciar sin paliativos, el poder informativo. Y el mercado, por su parte, puede dejar en la cuneta el proyecto mejor intencionado. EL INDEPENDIENTE, que aspira ahora a ganar sus lectores como periódico diario con una información pluralista y responsable, quiere contribuir a la transparencia de nuestra sociedad, al desarrollo y garantía de nuestras libertades, a la creación de metas utópicas que hagan posible un mejor orden de convivencia que hagan posible un mejor orden de convivencia. Y para ello tiene que estar presente, lo cual no significa que se hayan dado, ni se vayan a dar pasos apresurados. Al contrario, se trata de consolidar la credibilidad que nace de una información fundamentada y libre, sin oportunismos volanderos. Las personas que van a hacer posible EL INDEPENDIENTE, día a día, en todas sus dimensiones empresariales y periodísticas, van a continuar la línea mantenida hasta ahora, fieles a una concepción del periodismo y de la vida social que hace suya los versos de Rilke:

  • “Todo lo presumo
  • pronto estará pasado
  • aues sólo nos consagra
  • aquello que se queda”.

Luis González Seara

Presidente del Consejo de Administración de EL INDEPENDIENTE

Memorias

Rafael Pérez Escolar

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Un cordial saludo a Pablo Sebastián, porque él sabe mejor que nadie que, cuando estaba al frente de EL INDEPENDIENTE salió de mi bolsillo una crecida suma para el mantenimiento de aquel magnifico periódico, lo que por supuesto no ha llegado a reembolsarme quien me invitó a hacer la entrega por su cuenta, aunque no a su nombre.

El acallamiento de El Independiente

Luis Herrero

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El modelo que Mario Conde siguió para conquistar ANTENA 3 TV ya lo había ensañado con anterioridad en EL INDEPENDIENTE.

En el año 1990 se planificó una ampliación de capital de 1.200 millones de pesetas en el periódico que dirigía Pablo Sebastián con el objetivo básico de adquirir una rotativa que había puesto a la venta el diario YA. Antes de embarcarse en la aventura, Luis González Seara, presidente de la empresa editora, quiso saber si era factible encontrar el dinero necesario para financiar la operación y, a tal efecto, programó una ronda de conversaciones con los principales accionistas de la sociedad. Mario Conde era uno de ellos.

– ¡Claro que iré a la ampliación! – respondió nada más conocer las intenciones de González Seara y Pablo Sebastián – ¿Acaso he dejado de ir alguna vez?

Tenía razón. Desde que dio los primeros 25 millones de pesetas, a petición de José Antonio Martín y Alonso Martínez, nunca había dejado de ayudar económicamente al periódico. Ni cuando tuvo que hacerse cargo de la participación de Juan Abelló, ni cuando tomaron la decisión de convertirlo a diario.

– Una de dos: o pongo yo el dinero o me encargo de encontrar a la gente que quiera ponerlo. Pero no os preocupéis – sentenció – en todo caso el éxito económico de la operación está asegurado.

Con la promesa formal del presidente de Banesto como mejor garantía, González Seara y Pablo Sebastián firmaron las letras de rigor. Sin embargo, cuando llegó el momento de poner el dinero, el entusiasmo del banquero había decrecido considerablemente. La cita, para empezar, ya no fue en su despacho, sino el de Jacques Hachuel. Y para colmo, Conde ni se presentó.

– Es que Mario anda muy ocupado – pretextó el financiero judío. Quiere que yo sea el nuevo consejero delegado y que nos pongamos de acuerdo entre nosotros para elegir a la persona que se haga cargo del día a día.

– ¿Qué es eso del día a día? – Preguntó asombrado el director del periódico.

Cuando lo supo, el asombro se transformó en irritación. Lo que Hachuel trataba de decirle es que la condición previa para hablar de dinero era un cambio en la dirección del dinero.

– De eso, ni hablar – gruñó Pablo Sebastián.

Hachuel se quedó con la palabra en la boca.

– No te pongas así, Pablo – dijo con ánimo apaciguador Mario Conde una vez que el director de EL INDEPENDIENTE consiguió hablar con él por teléfono.

La prensa de la época no publicó ninguna reseña de la entrevista que sostuvieron, el 10 de mayo, Felipe González y Mario Conde. Sin embargo, el presidente de Banesto le hizo un amplio y elíptico resumen a Pablo Sebastián. Fue elíptico porque el nombre de González nunca se pronunció a pesar de que casi siempre era el sujeto de la oración.

– El Gobierno me culpa a mí de todo lo que publicáis en el periódico, Pablo – dijo Conde para empezar.

– Bueno. ¿Y qué?

– Pues que no puedo estar en guerra permanente con ellos, Pablo, date cuenta de que mi apoyo al periódico me está dando muchas dificultades. Ni siquiera me han concedido todavía exenciones fiscales que necesito para sacar a Bolsa la Corporación.

– ¿Y qué propones?

– Llegar a un acuerdo

Los términos del pacto eran estos: cubriría la ampliación de capital de EL INDEPENDIENTE el Grupo Zeta de Antonio Asensio, sería nombrado nuevo director del periódico Enrique Arias (uno de los lugartenientes de Asensio) y Pablo Sebastián, pasaría a ocupar la presidencia del grupo editorial.

– SI crees que voy a aceptar, estás loco – le respondió el periodista.

La discusión fue creciendo en pasión y en intensidad. Conde aceptaba que Pablo Sebastián siguiera como director siempre que él pudiera revistar diariamente la portada del periódico y todos los comentarios editoriales.

– Me los haces llegar por fax a mi despacho del banco yo te doy mi objetivo por teléfono – le explicó.

– Mira, Mario, la censura se acabó con Franco.

La discusión siguió creciendo aún más en pasión y en intensidad. Al cabo de otro rato, Conde propuso su última oferta: que Pablo Sebastián siguiera como director a cambio de aceptar a Enrique Arias, cancerbero del Grupo Zeta en el puesto de consejero editorial.

– Yo no acepto que nadie me sople en el cogote – respondió Pablo Sebastián.

– Entonces no me dejas ninguna salida.

– Te equivocas, Mario, te dejo la salida más honorable: que cumplas la palabra que nos diste a Luis González Seara y a mí y que pongas el dinero sin ninguna condición previa.

Conde, inopinadamente, dio su brazo a torcer.

– De acuerdo – dijo – el lunes te haré llegar la entrega a través de Fernando Garro.

Era demasiado bonito para ser verdad. El lunes, Pablo Sebastián llamó a Fernando Garro para pedirle dinero. – ¿De qué dinero me hablas, Pablo? Se extraño el locutor.  Garro no sabía nada. Y Conde, desde entonces, dejó de ponerse al teléfono. Pablo Sebastián se quedó con un palmo de narices.

Lo único que Conde no había calculado es que EL INDEPENDIENTE pudiera salir adelante sin su ayuda, por lo menos el tiempo suficiente para dar los últimos coletazos, que siempre son los más peligrosos.

Conde se fue de EL INDEPENDIENTE para que otros vinieran a hacer el trabajo sucio de callarlo para siempre. A pesar de todo, esa complicidad en la muerte del periódico figurará siempre en la hoja de servicios del banquero como una de sus más fantásticas contribuciones al engrandecimiento de la sociedad civil.